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Antón Chéjov se hizo uno de los escritores más destacados de la literatura rusa y uno de los maestros del relato corto. Su obra lo inscribió en el realismo y naturalismo, pues se interesó retratar la humanidad desde todos sus ángulos.
En un principio, escribió para ganar dinero, pero luego se convirtió también una pasión y una convicción. Por medio de sus expresiones escritas, al igual que sus piezas teatrales, pudo interpelar y cuestionar esa realidad que le tocó vivir. Allí encarnaba los deseos y frustraciones de sus personajes por construir un mundo mejor, por eso el monólogo se convirtió en una de sus mejores herramientas narrativas.
Sus biógrafos registran 588 escritos entre relatos cortos y largos, cuentos, obras de teatro y crónicas, pero se presume que hay más. Algunas de las narraciones de Chéjov se incluyen en el libro publicado póstumamente Los veraneantes y otros cuentos (1910) y también quedaron consignadas en sus obras como La estepa (1888), La cigarra (1892), La sala número 6 (1892), El monje negro (1894) y La señora del perro (1899).
Además de la las letras, también tuvo otra pasión: la medicina. Por eso algún día dijo que ‘’la medicina es mi esposa legal, la literatura solo mi amante’'.
Fue en su papel de médico que contrajo tuberculosis, una enfermedad que padeció durante gran parte de su vida y que lo obligó muchas a veces a salir de su casa -Rusia- y viajar hasta Francia, porque allí era más favorables las condiciones climáticas para su salud.
El 15 de julio de 1904 falleció a causa de esta enfermedad. Murió en Alemania, a donde se había mudado con su esposa, pero su cuerpo fue llevado hasta Moscú. Lo llevaron en un tren refrigerado que se usaba para transportar ostras, y fue enterrado junto a su padre.
A continuación, presentamos algunas frases de Antón Chéjov, a 120 años de su muerte:
- “Cuando se sugieren muchos remedios para un solo mal, quiere decir que no se puede curar”.
- “Quien no desea nada, nada espera y se asusta por nada, no puede ser un artista. Un artista observa, selecciona, adivina y sintetiza”.
- “El hombre ha sido dotado con la razón, con el poder de crear, así que puede añadir a lo que se le ha dado. Pero hasta ahora no ha sido un creador, sólo un destructor”.
- “Me siento más seguro y más satisfecho cuando pienso que tengo dos profesiones en lugar de una. La Medicina es mi esposa legal y la literatura mi amante. Cuando me canso de una, paso la noche con la otra”.
- “Los infelices son egoístas, injustos, crueles e incapaces de comprender al otro. Los infelices no unen a las personas, las separan”.
- “El amor, la amistad y el respeto no unen tanto a la gente como un odio común hacia alguna cosa”.
- “En la vida la gente no se suicida, no se ahorca, ni se enamora, ni dice cosas geniales a cada minuto. Pasa la mayor parte del tiempo bebiendo… o diciendo tonterías… La vida en escena debe ser lo que es en realidad, y la gente, por lo tanto, debe andar naturalmente y no sobre zancos”.
- “Todo lo que quise fue decir a la gente: Mírense a ustedes mismos y vean que malas y monótonas son sus vidas. Lo importante es que la gente se dé cuenta de ello, porque entonces seguramente crearán para ellos mismos una vida distinta y mejor… Y mientras esa vida diferente no exista, seguiré diciendo a la gente una y otra vez: por favor comprendan que su vida es mala y monótona”.