Cámara Oscura: donde lo absurdo es lo posible, y la realidad se fractura
A Julián Isaza, periodista y escritor colombiano, le apasiona la ciencia ficción y el terror, dos géneros que le han permitido reflexionar sobre la condición humana a través de la literatura. En diálogo para El Espectador, Isaza comparte reflexiones sobre ‘Cámara Oscura’, su más reciente libro (Rey Naranjo Editores).
María José Noriega Ramírez / @Majonori
Julián Isaza creció leyendo libros. En sus palabras, “la ciencia ficción es un gusto viejo”. Aunque su primer acercamiento al género fue a través de los escritos de Isaac Asimov, la literatura sobre naves espaciales y desarrollos científicos nunca ha sido de su preferencia. “Eso ya me parece un poco aburrido. Pienso que es más interesante una ciencia ficción que explore un poco la condición humana, y que de alguna manera le dé una mirada a la sociedad en la que vivimos”.
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Julián Isaza creció leyendo libros. En sus palabras, “la ciencia ficción es un gusto viejo”. Aunque su primer acercamiento al género fue a través de los escritos de Isaac Asimov, la literatura sobre naves espaciales y desarrollos científicos nunca ha sido de su preferencia. “Eso ya me parece un poco aburrido. Pienso que es más interesante una ciencia ficción que explore un poco la condición humana, y que de alguna manera le dé una mirada a la sociedad en la que vivimos”.
En su mente, Isaza guarda una frase de Philip K. Dick, un autor estadounidense de ciencia ficción, que ha tomado como referencia para formarse como lector y escritor dentro de este género. “La mejor ciencia ficción no es aquella que se pregunta "¿qué tal si...?", sino la que se pregunta: "¡Por Dios!, ¿qué tal si...?””. A esto, Isaza le suma la necesidad de transmitir calidez a través de sus escritos, y fue leyendo a Kurt Vonnegut que logró entender la razón detrás de ello. “Lo que él propone es poner a personajes decentes en escenarios indecentes, y explorar de una manera muy profunda de qué estamos hechos y cómo vivimos en este mundo con toda la barbaridad y la atrocidad”, termina por afirmar el autor colombiano.
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Lo cierto es que la producción de escritos de ciencia ficción en Colombia es muy pobre. El género, en palabras de Isaza, “tiene muy poca tradición en el país, escasa producción por parte de los escritores, y carga con la idea de ser un género menor dentro de la literatura. Es decir, se ha menospreciado”. Lo curioso del asunto es que Colombia sí tiene lectores de ciencia ficción. Hay poca producción, pero fuerte demanda de este tipo de escritos. Para Isaza esto es una paradoja, aunque también una oportunidad de creación narrativa. ‘Cámara Oscura’, su más reciente libro y segunda obra de ciencia ficción, bajo el sello de Rey Naranjo Editores, es prueba de ello.
Escribir una trama, y ambientar escenarios y personajes es lo que a él, como escritor, le da placer. En la ciencia ficción ha encontrado la posibilidad de construir nuevos mundos a partir de lo propiamente humano, creando relatos verosímiles de la mano de la exageración. Precisamente, ‘Cámara Oscura’ es un libro que reúne once cuentos unidos por el interés del autor de narrar “historias donde la realidad se fractura y donde lo absurdo se vuelve posible”, así lo cuenta él. A partir de la extravagancia, Isaza trata temas como la soledad de una madre por parte del abandono de su hijo, la infidelidad en un matrimonio y el matoneo entre niños, como temas transversales a la historia de sus personajes, pero, sobre todo, a la vida de los lectores. De ahí, que Isaza afirme “que la ciencia ficción es como una caricatura, pues toma ciertos rasgos de la realidad para hacerlos más reconocibles y palpables. El género toma rasgos de la sociedad actual y los exagera para criticar ciertas formas de vida”, termina por enfatizar el autor.
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El estilo literario de Isaza está marcado por la búsqueda de lo absurdo, lo grotesco y lo superlativo. De ahí, que a René, un personaje ficticio del libro, lo describe como “una criatura que no supera los 70 centímetros, con cabeza grande y ojos enormes, brazos largos, delgados y muy lisos, y piernas que caen desgonzadas”. Una figura muy parecida al personaje clásico la Rana René, por lo menos así lo dice el libro. Sin embargo, el autor sitúa este tipo de extravagancias en un contexto de experiencias reales. En aquellas que él ha presenciado, e incluso que él ha vivido.
-Le pongo un ejemplo, dice Isaza.
-¿Una anécdota personal?, pregunto.
-Sí, un recuerdo propio. Hay un cuento que se llama ‘Volver’. Esta historia me ayudó a digerir un evento de mi pasado. Convertí eso que viví hace mucho tiempo en otra cosa. Todo gracias a la ficción.
“Cuando pensaba en ese recuerdo era nítido. Siempre. Insoportablemente nítido. El tiempo no lo había oxidado, como sucedía con los recuerdos viejos, que se suelen deformar hasta ser fotografías borrosas, corroídas, como si cada vez que se trajeran a la mente perdieran algo en el camino”. Estas son las primeras líneas de ese cuento tan personal del autor, que alimentó con elementos ficticios con aquel ser que “no tenía ni ojos ni nariz ni boca. Solo piel. Piel tersa, pareja, sin relieves, sin vida”. Así se lee el desenlace de la historia.
“Yo no aspiro a ser un clásico, yo aspiro a ser entretenido”, dice Isaza entre risas. Y es que cuando le pregunto acerca del mensaje que quiere transmitir con su obra, él es muy claro en afirmar que su escritura no responde a ciertas posturas pretenciosas de la literatura. “Yo creo que ser entretenido sirve, y es algo que a veces se menosprecia, pero ahí hay posibilidades tremendas. Yo soy consumidor de la literatura que entretiene y, como lector, busco que un libro me emocione mientras lo leo”.
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Dieciséis años han pasado desde que Julián Isaza escogió la escritura como oficio. Aunque él admite que escribir es difícil, el gusto por ella lo hace persistir. A lo largo de estos años, ha logrado combinar el periodismo literario con la escritura de cuentos de ciencia ficción. Así, al tiempo que ha escrito crónicas, Isaza ha direccionado su pluma hacia al mundo del género de lo absurdo e imposible. Esto le ha permitido al autor ampliar el espectro de su producción literaria, explorando y reforzando su propio estilo narrativo. Bien lo dice Isaza, “en la ficción encontré la posibilidad de escapar a esa cosa estricta y apegada a la realidad que le impone a uno el periodismo, así sea narrativo”.
‘Cámara Oscura’ es una mezcla de ciencia ficción y terror. Es una obra que explora los elementos de ambos géneros. Este libro es un peldaño más en la construcción literaria de Isaza, que le servirá a él como experiencia y aprendizaje para robustecer futuros textos firmados bajo su nombre.