“Lo que soy y lo que siento es suficientemente bueno como para servir de base a una terapia, siempre que logre ser lo que soy y lo que siento en mi relación con él. Entonces quizás él también logre ser lo que es, de manera abierta y libre de temor”, decía Carl Rogers.
Foto: Wikimedia Commons
Carl Rogers creció en un hogar religioso, en donde se le daba gran importancia al trabajo arduo. Decía que sus padres se preocupaban constantemente por él y sus cinco hermanos. Pero esa preocupación también derivaba hacía la “prohibición” de ciertas actividades. Entonces, no había espacios para los juegos, el alcohol y los bailes. La vida social era casi nula, porque lo que importaba era el “trabajo”. Y a pesar de todo, Rogers decía que disfrutaba de los momentos que compartía en familia, esos que eran escasos. “Un niño solitario”, así se...
Por Danelys Vega Cardozo
Comunicadora social y periodista de la Universidad de La Sabana con énfasis en periodismo internacional y comunicación política, y un diplomado en comunicación y periodismo de moda. Perteneció al semillero de investigación Acción social y Comunidades, bajo el proyecto Educaré.danelys_vegadvega@elespectador.com
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