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Carlos Mayolo, por última vez

Una entrevista que el cineasta caleño concedió a una emisora radial vallecaucana, resultó ser un recuento personal y muy emotivo de su legado cinematográfico.

Mónica Diago Rivera
13 de febrero de 2008 - 10:10 a. m.
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Sus palabras se interrumpen cada 20 segundos por un suspiro agitado que da cuenta de su estado de salud. Mientras tanto, el periodista Mauricio Antonio Cuevas le pregunta en su programa La caja de Pandora por aquellas películas que dieron a conocer la Cali de la década del 70: “Lo que queríamos hacer con Oiga, vea era mostrar lo popular, los barrios de Cali, no la burguesía caleña que se estaba mostrando con los juegos panamericanos”, afirmaba entre sollozos Carlos Mayolo.

Y fue en esa misma ruta que construyó Agarrando pueblo (1977), una ficción que se burla de la forma de hacer documentales en Latinoamérica, o como él mismo lo define “una respuesta al método que utilizaban los cineastas colombianos para convertir la miseria en mercancía. Filmaban a los pobres sin preguntarles nada como si fueran un zoológico y mandaban eso a Europa y se ganaban premios, eso lo bautizamos pornomiseria”.

Y de la pornomiseria pasó al “estilo gótico tropical”, como él mismo define el género que utilizó para crear películas como Carne de tu Carne, y la adaptación de La mansión de Araucaíma, en la que se desempeñó como director, su papel preferido: “Me gustaba más dirigir que actuar porque podía organizar la película, imprimirle un sello propio. Cuando le apostamos al estilo gótico tropical descubrimos que el cine de misterio no se hacía en las selvas inglesas sino en la exuberancia del trópico”.

Televisión del trópico

“Después de ver mis películas me llamaron para hacer televisión. A mí me cayó como anillo al dedo la historia del mestizaje, de los negros obreros, de la familia tradicional dueña de los ingenios, el advenimiento de la salsa y la música tropical dentro del ámbito vallecaucano. Azúcar fue una representación de las costumbres vallecaucanas, así como una explicación del mestizaje, y la piel color de piel que todos tenemos en el Valle que nos hace alegres, nadadores, atletas y muy particularmente híbridos”, explicaba Mayolo cuando le preguntaban por su incursión en la televisión nacional. Después de Azúcar, debutó en la comedia con Laura por favor, y después retornó a la novela con La otra raya del tigre.

Emblema de la patria

“Luis Ospina decía que ustedes dos son como el escudo de Colombia, usted es la libertad y Ospina es el orden”, le comenta Mauricio Cuevas a su invitado en el programa radial, “efectivamente él es más sensato, yo soy el origen de las ideas y él es quien las acaba”, respondió Mayolo. Para Luis Ospina Cali es una ciudad que siempre está esperando que alguien la filme, y si no son ellos, serán las generaciones venideras. Para este nuevo grupo de cineastas, Mayolo dejó un mensaje: “Curiosidad, disciplina y suerte”.

En casa de un poeta

Carlos Mayolo, diciembre 22 de 2006.

Un mes antes de morir, Mayolo escribió un poema en la casa de José Zuleta, que fue publicado en la revista de poesía Clave

“ Aquí quieto con todos mis músculos en reposo

siento cómo vibra el mundo fuera de mi cuerpo.

Sé que estoy condenado a esta combinación de sueño y pereza.

Este vibrar del mundo es un reloj vertiginoso útil e inútil,

pero que me hace sentir como un no participante de un jolgorio

que antes me trajo dicha pero hoy sólo desdén.

Quieto ya no me siento partícipe del ruido,

no estoy sordo pero oigo ruidos y músicas internas

que hacen bailar mis recuerdos

Cuando uno está en paz y quieto evoca la dicha venidera.

Al fin y al cabo el pasado es el padre del futuro

Aunque creo que el futuro ya pasó”.

Por Mónica Diago Rivera

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