“Carmina Burana”, una combinación entre el ‘hip-hop’ y la música sinfónica
Este 16 de septiembre se reunirán la Filarmónica de Medellín y JKE, el cantante del grupo de ‘hip-hop’ Crew Peligrosos, para traer la obra escrita por Carl Orff en 1936. La cita será el 16 de septiembre en el Teatro Metropolitano de la capital antioqueña.
La Rueda de la Fortuna ha girado, y esta vez la Filarmónica de Medellín, los coros Piccolo, Iuventus y Ars Nova Cultura Sabaneta, la soprano Eliana Piedrahíta y el barítono Juan Pablo Vélez, presentan “Carmina Burana”, la obra de Carl Orff, con un acento urbano, acompañados por el ‘hip-hop’ de JKE de Crew Peligrosos y 4Eskuela.
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La Filarmónica de Medellín hace un reconocimiento al ‘hip-hop’ que durante 50 años ha mostrado realidades sociales propias de lo popular, tal como lo hicieron en la Edad Media los textos de “Carmina Burana”; y como siempre lo ha hecho la música.
La obra original habla de placer terrenal, banalidad, sátira, amor carnal y goce por la naturaleza, y esta vez el ‘hip-hop’ llega para acompañar a la Filarmónica de Medellín, cantantes y coros de la ciudad.
“Carmina Burana” habla sobre cómo el destino de las personas está regido por los caprichos de la fortuna. “Carmina, acompañada de lo urbano, transmite todo su dramatismo y emotividad”, explica el director Juan David Osorio, para quien esta obra evoca una poderosa sensación épica.
200 músicos en escena participan en “Carmina Burana”. La soprano Eliana Piedrahíta, encarnará el amor presente, creativo y tierno, por su parte, el barítono Juan Pablo Vélez, invita a gozar los placeres carnales durante la brillante primavera; los coros advierten sobre el peligro de los excesos y hacen crítica social, y el sonido de la orquesta, con contrastes sensuales, explora el riesgo y la fascinación. Así avanza y gira “Carmina Burana”.
¿Qué relación existe entre “Carmina Burana” y el ‘hip - hop’?
“Dos lenguajes musicales distintos y apasionantes”, así lo afirma Juan David Osorio, el director del concierto. “Carmina Burana” es una obra del compositor alemán Carl Orff, que creó la música para una colección de poemas medievales, críticos e irreverentes, encontrados en 1803 en un monasterio benedictino de la Alta Baviera. Por su parte, el ‘hip-hop’ nació en el Bronx de Nueva York en 1973, y durante cincuenta años ha sido una forma de denuncia social, una vía para retratar la vulnerabilidad humana y la injusticia.
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Para Juan David Osorio, “Carmina Burana” tiene un lenguaje muy amplio, es profunda, banal, alegre, es una obra que pasa por todos los estados y habla sobre las realidades de la vida; el rap es un lenguaje que tiene mucho de eso, también expresa injusticia y crítica social al igual que la obra de Orff. “... A pesar de tener un montón de años de diferencia y ser músicas distintas, la poesía de Carmina Burana y el pensamiento del rap tienen mucho que ver”, explica el director del concierto.
¿Cómo está estructurado el espectáculo?
Además de la obra de Orff, los asistentes verán elementos de la cultura ‘hip-hop’ como el break dance e intervenciones del JKE. “... Ambas músicas se pueden unir muy bien, la parte rítmica del Carmina es impresionante, ese es su factor transversal, y en el rap, el ritmo es fundamental. Por ejemplo, cuando un rapero tiene su flow, tiene que vocalizar muy bien, tiene un montón de texto para hacer en poco tiempo y de forma muy rápida. Hay partes del Carmina que parecen líneas hechas para un rapero, contienen mucho texto y figuras musicales pequeñas que permiten resaltar el acento de cada palabra”, expresó el director.
La Rueda de la Fortuna ha girado, y esta vez la Filarmónica de Medellín, los coros Piccolo, Iuventus y Ars Nova Cultura Sabaneta, la soprano Eliana Piedrahíta y el barítono Juan Pablo Vélez, presentan “Carmina Burana”, la obra de Carl Orff, con un acento urbano, acompañados por el ‘hip-hop’ de JKE de Crew Peligrosos y 4Eskuela.
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La Filarmónica de Medellín hace un reconocimiento al ‘hip-hop’ que durante 50 años ha mostrado realidades sociales propias de lo popular, tal como lo hicieron en la Edad Media los textos de “Carmina Burana”; y como siempre lo ha hecho la música.
La obra original habla de placer terrenal, banalidad, sátira, amor carnal y goce por la naturaleza, y esta vez el ‘hip-hop’ llega para acompañar a la Filarmónica de Medellín, cantantes y coros de la ciudad.
“Carmina Burana” habla sobre cómo el destino de las personas está regido por los caprichos de la fortuna. “Carmina, acompañada de lo urbano, transmite todo su dramatismo y emotividad”, explica el director Juan David Osorio, para quien esta obra evoca una poderosa sensación épica.
200 músicos en escena participan en “Carmina Burana”. La soprano Eliana Piedrahíta, encarnará el amor presente, creativo y tierno, por su parte, el barítono Juan Pablo Vélez, invita a gozar los placeres carnales durante la brillante primavera; los coros advierten sobre el peligro de los excesos y hacen crítica social, y el sonido de la orquesta, con contrastes sensuales, explora el riesgo y la fascinación. Así avanza y gira “Carmina Burana”.
¿Qué relación existe entre “Carmina Burana” y el ‘hip - hop’?
“Dos lenguajes musicales distintos y apasionantes”, así lo afirma Juan David Osorio, el director del concierto. “Carmina Burana” es una obra del compositor alemán Carl Orff, que creó la música para una colección de poemas medievales, críticos e irreverentes, encontrados en 1803 en un monasterio benedictino de la Alta Baviera. Por su parte, el ‘hip-hop’ nació en el Bronx de Nueva York en 1973, y durante cincuenta años ha sido una forma de denuncia social, una vía para retratar la vulnerabilidad humana y la injusticia.
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¿Cómo está estructurado el espectáculo?
Además de la obra de Orff, los asistentes verán elementos de la cultura ‘hip-hop’ como el break dance e intervenciones del JKE. “... Ambas músicas se pueden unir muy bien, la parte rítmica del Carmina es impresionante, ese es su factor transversal, y en el rap, el ritmo es fundamental. Por ejemplo, cuando un rapero tiene su flow, tiene que vocalizar muy bien, tiene un montón de texto para hacer en poco tiempo y de forma muy rápida. Hay partes del Carmina que parecen líneas hechas para un rapero, contienen mucho texto y figuras musicales pequeñas que permiten resaltar el acento de cada palabra”, expresó el director.