César Álvarez, director del Teatro de titeres La Libélula Dorada
Foto: Cortesía
Se vive con la esperanza de llegar a ser un recuerdo.
Antonio Porchia.
Querido César:
No te veré más hermanito, tan solo en el difuso espejo de la memoria, en viejas fotos, en videos, en recuerdos escritos o hablados de otros, en tantos amigos que te admiraron o se deleitaron con tus ocurrencias provocadoras y socarronas.
Debo decirte, desde este pozo de melancolía en que por ahora me encuentro, que lo que más te agradezco, es que siempre estuviste a la altura de nuestros sueños. Empujando, remando, haciendo palpable...