Catalina la Grande, a través de un golpe de Estado con el que derrocó el poder imperial de Pedro III, su esposo, se convirtió en la emperatriz de Rusia, en la máxima dirigente del imperio.
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“La doncella Chargorodskaia despierta a Catalina II, que dormía profundamente. Le informa que ha llegado Alexis Orlov, quien desea hablar urgentemente con Su Majestad. Catalina despierta en un instante (…). La actitud del visitante demuestra que está dispuesto a la acción”.
-Es hora de que os levantéis -dice-. Todo está dispuesto para proclamaros emperatriz.