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Cátedra Olímpica como experiencia de formación (II) (Fútbol paradójico)

“La luz duradera de las virtudes es la luz que eterniza la victoria” - Píndaro.

Juan Carlos Rodas Montoya
27 de enero de 2023 - 05:35 p. m.
Tokio reinstala los anillos olímpicos como preparación para los Juegos Olímpicos que se celebraron en 2021, luego de que la pandemia evitara su realización en 2020. (Photo by Philip FONG / AFP)
Tokio reinstala los anillos olímpicos como preparación para los Juegos Olímpicos que se celebraron en 2021, luego de que la pandemia evitara su realización en 2020. (Photo by Philip FONG / AFP)
Foto: AFP - PHILIP FONG
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Esta Cátedra Olímpica, en la Universidad Pontificia Bolivariana, hace un recorrido histórico por los Juegos Olímpicos de la antigua Grecia con el propósito de establecer los vínculos entre mito, juego sagrado, cuerpo y victoria. Dichos vínculos se infieren de los textos de Píndaro y sus odas a estos juegos que servían como una tregua de esa guerra intestina entre los pueblos y que el deporte alejaba durante el tiempo que duraban. Hay dos términos que es preciso recordar porque los estudiantes advierten en ellos los orígenes mismos de la relación entre juegos y poesía, cuerpo y palabra: Nike, la diosa de la victoria, a la que había que alcanzar a como diera lugar porque, además, prodigaba virtud, felicidad y hasta comida para el resto de la vida. Areté, la gran virtud de quien se levantaba con la victoria en los juegos. El ganador, regularmente, era un virtuoso en su deporte y en su locuacidad. El mito griego y los textos La Iliada y La Odisea, mantienen vivo el recuerdo de la importancia del deporte en la vida humana. Juegos que se inmortalizaron gracias a la literatura. Hoy habitamos los Juegos Olímpicos modernos, esos que comienzan en 1896, con el COI, y que su gran novedad fue la presencia de las mujeres en competición. Esos juegos de los que Octavio Paz escribe en 1970 sobre lo que pasó en los que organizó México en 1968 y que, previo al certamen, murieron cientos de jóvenes estudiantes. Este evento se llamó La matanza de Tlatelolco. Paz, ante semejante masacre, optó por renunciar a los cargos diplomáticos que ejercía en este momento porque vivió un hecho que consideró injusto desde todo punto de vista. Y, si seguimos haciendo memoria de los Juegos Olímpicos modernos, tenemos que aludir a temas que no tienen nada qué ver con el juego por el juego, pero que se meten por las hendijas como el agua: juegos y dictaduras (Videla, Pinochet, Hitler, Franco, Mussolini); juegos y guerra; juegos y religión; juegos y brujería; juegos y dopaje; juegos y curiosidades; juegos y política; juegos y cuerpos formados, transformados y manipulados; juegos y publicidad; juegos y… deportes extraños, raros, inverosímiles y situaciones de tensión porque algunos deportistas han encontrado la muerte en estos escenarios y campos deportivos. Carros de fuego es, tal vez, la película que recrea mejor unos Juegos Olímpicos que aluden al tema religioso y que cuenta con una banda sonora, de Vangelis, para complementar esta historia entre juegos y música. Esta Cátedra ha dejado de ser una clase de historia de los Juegos Olímpicos y se ha convertido en una experiencia para los estudiantes que, entre tema y tema, han recreado y jugado al catapiz, chucha cogida, canicas, salto de lazo, vuelta a Colombia con tapitas, tejo (turmequé), pirinola, pañuelito y, entre juego y juego, aparecen unos versos, unas palabras, unas rimas y unos refranes que aluden al miedo infantil después del goce por el juego callejero.

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Por Juan Carlos Rodas Montoya

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