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El color resalta mucho en sus obras, ¿cómo configura su paleta de color?
Con los años el color se vuelve más importante, porque creo que tiene un poder muy inmediato de llevarnos a una nueva atmósfera. Encuentro mi inspiración para esto en muchas partes, tomo fotografías mentales hasta que puedo recrear las paletas y traducir la foto a partir de colores. Investigo mucho y tengo un archivo infinito con muchos colores.
¿Cuál es el proceso de creación de una de sus obras?
Antes de mi accidente cargaba muchos cuadernos de dibujo conmigo, ahora la fase del boceto la hago principalmente en el iPad. En este momento de mi vida todo viene a mi cabeza en la noche, mientras hago rehabilitación, imagino e imagino, y luego hago los bocetos en la tableta o, ya no tanto, en los cuadernos de dibujo. Cuando, por ejemplo, tengo un cliente que me pide hacer una ilustración o trabajar en un proyecto, me envían un brief con el que empiezo a resolver el diseño en digital. Me gusta mucho la dualidad de mi trabajo, en la que debo resolver un problema con una imagen, mientras que mi carrera artística está más ligada a mis gustos personales. Este proyecto, que lo iniciamos junto al Espacio KB y el Instituto Italiano de Cultura, ha sido fundamental para mí por varios motivos. Principalmente, porque, por primera vez después del accidente, volví a pintar en grandes dimensiones, fue agotador, a veces tenía que vendarme los codos por el esfuerzo que realizaba, pero también me ha servido para recuperar la movilidad.
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Desde su accidente, ¿cómo fue el proceso de adaptación para continuar creando?
Después del accidente nunca dudé de que seguiría diseñando, fue algo místico pensar que no me detendría. Al final de los primeros meses empecé a buscar el método, sobre todo en los cuadernos de dibujo, para continuar, y fue desafiante porque no tenía control sobre mi tronco y era muy difícil. Antes del covid, y de los confinamientos, me transfirieron a un hospital en Milán y tuve varios amigos ilustradores que me visitaban. Uno de los más queridos me regaló su iPad y me dijo: “Creo que volverás a dibujar”. Fue muy frustrante al inicio, pero pensé en utilizar esta herramienta a la que llamo “fascetta”, que usan los tetrapléjicos para aprender a comer con los cubiertos de forma autónoma, con esta especie de venda de cuero fue que comencé a diseñar de nuevo. En el hospital había un laboratorio de arte y ahí pinté en dimensiones más pequeñas, porque era muy difícil mantenerme erguida. Con el tiempo continué mi labor y seguí ejercitándome y adaptando la “fascetta” para meter diferentes utensilios para poder diseñar y llegar a obras de gran formato, como tiene una parte elástica, puedo usar elementos más grandes. Una cosa importante para mí es encontrar la mesa correcta, ya que debe tener la altura justa, porque si es muy baja no alcanzo el material y debe haber espacio suficiente para mis piernas, y utilizo un cojín para apoyar mis codos y no lastimarme.
¿Qué la motivó a volver a realizar obras de gran formato?
Entendí que mi trabajo es mi vida y que, sin embargo, tendría que encontrar otras estrategias para volver a hacer lo que amo. Hasta el estilo de los personajes y con los temas, me mantuve fiel al camino que venía recorriendo. Es desgastante porque me tuve que acostumbrar a relacionarme de forma diferente con el espacio de la obra y el espacio a mi alrededor. Mientras pinto tomo mis fotos mentales y pongo música. En esta relación con el espacio tengo que entender y analizar cómo voy a llegar de un punto al otro.
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Usted estudió arquitectura y luego se interesó por la ilustración, ¿por qué decidió dedicarse a este campo?
Estoy muy contenta de haber recibido mi formación como arquitecta, porque me dio una mezcla bellísima de diversas disciplinas. Me acerqué a la ilustración porque esta, como la arquitectura, tiene una fase de conceptualización, proyección y definición, es el mismo proceso de la arquitectura, pero más veloz e instantáneo, por lo que me permite hacer más proyectos y conocer a más personas. Pienso que la ilustración tiene un proceso más afín a mi mundo actual y me permite ver esa conexión con la arquitectura en el sentido que se resuelve un problema a través de las imágenes.
¿Cuáles fueron sus referentes o inspiración para esta exhibición?
Parte de esta muestra, llamada “eredITA”, está compuesta por ocho lienzos que son fragmentos de inspiración proveniente de diversos ámbitos, como la arquitectura, el diseño, la moda, la cultura italiana, entre otros, unidos a las sugestiones del panorama doméstico que nos rodea como nuestras casas, casas de amigos, donde vemos cuadros y manifiestos. Considero que estas imágenes se fijan en nuestra mente y con esta exposición quería visibilizar todas mis fuentes de inspiración y conectarlas de una manera nueva. Hay una obra llamada “Il giardino a mezzogiorno” (“Jardín del mediodía”), que es un homenaje a la región meridional de Italia que me fascina, y presenta a ocho mujeres que representan ocho regiones del mezzogiorno de Italia, imagino que estas ocho mujeres cada día, al mediodía, se encuentran en un jardín a hablar y tomar el sol. En este sentido, creo que he permanecido fascinada por el trabajo de Beatriz González, quien fue otra fuente de inspiración, por su tensión con los seres humanos y grupos de personas que, paradójicamente, puede parecer una fiesta y a la vez ser un acto muy político.
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Colecciona elementos como gafas y aretes, entre otras cosas, porque considera que “todo puede evocar algo”...
En “eredITA” el tema es eso, la importancia de la cultura material. En los ocho lienzos hay una relación entre lo material, la producción y quizá con los maestros y referentes, los objetos que hay en casa que definen el gusto personal. Las mujeres del jardín tienen elementos populares de las regiones, por lo tanto, pienso que un objeto puede remitirte a una cultura, a tus colores favoritos, a una época... Es el método, para mí, de comunicarme de manera inmediata. Disfruto mucho mezclando esos elementos culturales, porque de esa forma todos nos podemos sentir en un mismo mundo. Cada uno tiene un reclamo por los objetos de su propia cultura, pero todos juntos crean un mismo universo.