Componer otros finales para los muertos: una charla con César López | Pódcast
El libro elegido por el músico César López, el tercer invitado al pódcast El refugio de los tocados, fue “Mi vida y el palacio”, de Helena Uran, un texto sobre los asesinatos que quisieron vender como muertes circunstanciales del Palacio de Justicia, pero también una obra que le recordó sus propias tragedias familiares y las razones por las que aún cree que se podría soñar con un país que salga del bucle absurdo de la guerra.
Su convicción es clara. Cada vez que César López habla de la fuerza de su idea o, mejor dicho, del móvil que lo mantiene activo, cambia la voz. La pone más seria o la saca por medio de pausas: el arte sana, dice. Las artes tienen el poder de reconstruir sobre los destrozos que ha dejado esta guerra cíclica y absurda que Colombia aún padece, sostiene.
César López, músico y compositor colombiano, eligió “Mi vida y el palacio”, de Helena Uran Bidegain, para el tercer capítulo del pódcast El refugio de los Tocados. En este texto, Uran se regresa a esos días, 6 y 7 de noviembre de 1985, en los que ella era una niña y su papá un magistrado. En los que ella creía en un futuro junto a él. Cuenta cómo, después de ver un video en el se ve que su papá sale vivo del Palacio, debe asumir que murió. Y la verdad es que lo mataron. Y la verdad es que, como él, muchos fueron asesinados o desaparecidos por aquellos que esos días aprovecharon la armas y la confusión para cobrar venganza o saciar algún odio fundado en quién sabe qué argumento.
En esta conversación, López habla sobre los recuerdos de su infancia en los que vio bombas y muertos en su televisor, y cómo estas imágenes lo conmovieron y lo convirtieron en el artista que hoy, en marchas o conciertos, pide paz y habla de perdón. También habla de la historia de su hermana, quien fue secuestrada y torturada: el caso aparece en estas páginas. López aprovechó para tocar la canción que le compuso al padre de Helena, habló sobre el hastío de vivir en un país que no avanza, pero también de las formas en las que se recarga para no desfallecer: si las víctimas que han enterrado a sus muertos o aún buscan a sus desaparecidos no se rinden, yo por qué me voy a dar ese lujo, concluye.
Cada quince días se publicará un capítulo de “El refugio de los Tocados” en el que el invitado, a partir de su gusto por la obra elegida, se descubrirá ante los pilares en aquel libro, pero, sobre todo, se confrontará a temas humanos y esenciales: la existencia, el bien y el mal, lo bueno y lo malo, etc. Será un pódcast de literatura que, poniendo en el centro a los libros, explorará la vida de sus entrevistados. Lo invitamos a seguirlo en Spotify o en su plataforma de audio favorita.
Su convicción es clara. Cada vez que César López habla de la fuerza de su idea o, mejor dicho, del móvil que lo mantiene activo, cambia la voz. La pone más seria o la saca por medio de pausas: el arte sana, dice. Las artes tienen el poder de reconstruir sobre los destrozos que ha dejado esta guerra cíclica y absurda que Colombia aún padece, sostiene.
César López, músico y compositor colombiano, eligió “Mi vida y el palacio”, de Helena Uran Bidegain, para el tercer capítulo del pódcast El refugio de los Tocados. En este texto, Uran se regresa a esos días, 6 y 7 de noviembre de 1985, en los que ella era una niña y su papá un magistrado. En los que ella creía en un futuro junto a él. Cuenta cómo, después de ver un video en el se ve que su papá sale vivo del Palacio, debe asumir que murió. Y la verdad es que lo mataron. Y la verdad es que, como él, muchos fueron asesinados o desaparecidos por aquellos que esos días aprovecharon la armas y la confusión para cobrar venganza o saciar algún odio fundado en quién sabe qué argumento.
En esta conversación, López habla sobre los recuerdos de su infancia en los que vio bombas y muertos en su televisor, y cómo estas imágenes lo conmovieron y lo convirtieron en el artista que hoy, en marchas o conciertos, pide paz y habla de perdón. También habla de la historia de su hermana, quien fue secuestrada y torturada: el caso aparece en estas páginas. López aprovechó para tocar la canción que le compuso al padre de Helena, habló sobre el hastío de vivir en un país que no avanza, pero también de las formas en las que se recarga para no desfallecer: si las víctimas que han enterrado a sus muertos o aún buscan a sus desaparecidos no se rinden, yo por qué me voy a dar ese lujo, concluye.
Cada quince días se publicará un capítulo de “El refugio de los Tocados” en el que el invitado, a partir de su gusto por la obra elegida, se descubrirá ante los pilares en aquel libro, pero, sobre todo, se confrontará a temas humanos y esenciales: la existencia, el bien y el mal, lo bueno y lo malo, etc. Será un pódcast de literatura que, poniendo en el centro a los libros, explorará la vida de sus entrevistados. Lo invitamos a seguirlo en Spotify o en su plataforma de audio favorita.