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Nadie, ni siquiera el protagonista de estas líneas, tiene claro en qué momento de la historia, de su historia, el personaje se separó de la persona. Sergio Castro Gisbert, el rapero español que nació en Madrid en 1993, se describe como un tipo más bien tímido, introvertido, inseguro de sí mismo y con una dificultad suprema para hablar en público. Sin embargo, cuando Chuty, su álter ego, se sube a una tarima a hacer freestyle rap, Sergio queda paralizado y de repente se suelta una bestia. Una máquina de rimar que lleva 13 años domando las figuras literarias y las palabras improvisadas sobre una base de hip hop.
Chuty, a diferencia de Sergio, es prepotente, agresivo, sinvergüenza, retador y omnipresente. Dentro del circuito mundial de freestyle dicen que es un dios, uno injusto, castigador y vengativo. Un dios capaz de minar la seguridad de sus oponentes para imponer su voz y que, con una frialdad propia de un asesino a sueldo, logró subyugar la lengua de Cervantes para hacerse un lugar en la historia del freestye.
“El personaje que compite es muy diferente al que soy en el día a día. Mi personalidad es opuesta. Es una manera de complementar mis experiencias y vivencias. Tengo una vida tranquila y normal. Los momentos de desahogo los vivo en la tarima, y eso se complementa bien con mi forma de ser. Si Sergio es quien se sube al escenario no ganaría ninguna batalla”, dice Chuty en entrevista para El Espectador.
El próximo sábado 11 de septiembre Sergio, y no Chuty, será uno de los tres jueces que tendrá la responsabilidad de elegir al campeón de la Red Bull Batalla de los Gallos Colombia 2021. Para el MC de Vallecas será la primera vez en el país.
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“Colombia es uno de los países que tiene más nivel en el circuito y tiene talento para ser potencia mundial. Si bien es cierto que Valles-T (Camilo Ballesteros) es la cara más reconocida en el exterior, este año hemos tenido la oportunidad de conocer nuevos talentos que se han mostrado en la nueva liga profesional que se creó (K.O. Federación Freestyle). Estoy ilusionado porque me gusta conocer otros países y sus capacidades. Cuando esté allí me empaparé un poco más sobre cómo se respira el freestyle en Colombia”, dice.
En países como España, México, Argentina o Chile, el freestyle ha dejado de ser una disciplina de nicho para ser un producto de mainstream. Son varios los MC que ya logran vivir del verso improvisado. En España, por ejemplo, Chuty es uno de esos raperos que logró doblegar esa utopía. De hecho, con lo que ha hecho dentro del circuito profesional de freestyle logró financiar su carrera como administrador de empresas.
“Al final, como todo, cuando algo se hace masivo, tiene sus cosas buenas y malas. Dentro de lo malo se puede hablar de las reacciones de un sector del público que pueden ser tóxicas, pero la sociedad en general es un poco así. A la gente se le hace más fácil dejar un comentario negativo que uno positivo”. Y es que el freestyle, en últimas, es parte de esa “sociedad del cansancio”, como la denomina el filósofo y ensayista surcoreano Byung-Chul Han, quien explica que la del siglo XXI ya no es una sociedad disciplinaria, sino de rendimiento. “En realidad, lo que enferma no es el exceso de responsabilidad e iniciativa, sino el imperativo del rendimiento, como nuevo mandato de la sociedad del trabajo”, dice. De allí la obsesión de las empresas de medios, y en general de la industria del entretenimiento, por generar cada vez más tráfico, más clics, más rimas, más visualizaciones. “Lo que decidí estudiar es adaptable totalmente a mi carrera como freestyler. Al final nosotros somos nuestra propia empresa. Hay muchas cosas que son totalmente aplicables. Todo lo que tiene que ver con el marketing y la economía son cosas importantes. Vivimos de nuestra imagen, de cómo sostenerla y hacerla crecer. Gran parte de la carrera es aplicable a Chuty como una empresa”, agrega.
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El MC de Vallecas
Chuty, quien creció y vive en Vallecas, el distrito de Madrid en el que juega el Rayo Vallecano y, en consecuencia, en donde jugará Falcao García, cuenta cómo es ese barrio obrero que recibirá al futbolista colombiano en los próximos días. La tradición popular de la zona, dice, lo metió de cabeza al mundo del freestyle, pues sus amigos más cercanos y él mismo, desde muy niños, formaron parte del movimiento hip hop que encontró asidero en las reivindicaciones sociales del lugar.
“Vallecas es el típico barrio en el que hay mucha diversidad cultural y en el que vive mucha gente humilde y trabajadora. Es un barrio obrero con los valores muy marcados desde siempre. Es difícil que quienes vivimos allí nos sintamos representados por movimientos capitalistas”.
Crecer en Vallecas y ver las necesidades del entorno fue definitivo para que decidiera estudiar administración de empresas. “Estudié esa carrera porque tiene mucha salida laboral. Cuando vives en un barrio tan humilde te preocupa encontrar trabajo pronto. Sin embargo, mi caso fue un poco diferente, porque cuando terminé la carrera ya estaba viviendo del freestyle, pero decidí culminarla para asegurarme de que, si me empezaba a ir mal con el rap, poder tener un plan ‘b’ que me garantizara vivir”. Alguna paradoja habrá en ello, pues Chuty no contempló la opción de improvisar su vida en caso de que de los versos improvisados hubieran resultado cacofónicos.
Pese a los avances y la transformación que han tenido los imaginarios del freestyle en la sociedad, aún hay camino por recorrer. Lo que hacen los improvisadores sobre la tarima aún es visto, por muchos, como un ejercicio primario de insultos viscerales entre personas. Al respecto, el rapero español dice: “El freestyle es un movimiento artístico cultural que va más allá de dos personas insultándose. Es más complejo que eso. Hay una corriente que analiza de manera literaria lo que pasa en las batallas. Los recursos que se utilizan y de más. Lograr ese proceso mental de poder hilar palabras rimándolas con musicalidad es muy complejo.
Si una persona solo se quiere quedar con lo que está escuchando con el insulto o la ofensa, es más difícil hacerle cambiar de visión, pero es solamente quedarse con la punta de iceberg, quedarse solo con el insulto es no apreciar la obra completa”, finaliza.
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La final nacional de Red Bull Colombia
El próximo sábado 11 de septiembre 16 improvisadores se disputarán en el Movistar Arena de Bogotá, desde las 8:00 p.m., el título de la competencia. Ellos son: elevn, Carpediem, Marithea, Token, quienes clasificaron automáticamente a la final nacional 2021 por su actuación en el certamen del año pasado. Disputarán el título con Big Killa, Bless, Wendigo, Neg, Pandora, Alzate, Vendetta, Filósofo, Decko, Azrael, Lokillo y Airon. Como la edición del año pasado el evento no contara con la presencia del público, pero será transmitido por Señal Colombia y por los canales oficiales de Red Bull Batalla de los Gallos.