Portada de "La Vóragine" (edición Universidad Nacional)
Foto: Penguin Random House
Aunque Cortázar reveló que “la novela siempre gana por puntos, mientras que el cuento debe ganar por nocaut”, La vorágine es un caso singular, pues captura al lector desde el primer renglón y no lo suelta hasta la última página. La prueba es que muchos aprendimos de memoria su impactante comienzo: “Antes de que me hubiera apasionado por mujer alguna, jugué mi corazón al azar y me lo ganó la Violencia”.