Portada de “Un ejercicio del fracaso”, libro de Jaír Villano.
Foto: Cortesía
“[…] los hombres ansiando progreso y el progreso devorando hombres…”.
Semmelweis, Louis-Ferdinand Céline.
Como lo humano deviene en necedad, no resulta fácil aceptar la desventura. En los tiempos que corren, donde el individuo (a través de la infinidad de redes sociales, por supuesto) expone la vida como ese producto que debe ser atractivo a la vista de los demás, el fracaso es rasgo de vergüenza. Con fórmulas para ser felices y exitosos, el fracaso no tiene cabida.
Por Víctor Ahumada
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