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Más de 700 personas involucradas en la producción y transformación del viche, así como representantes de consejos comunitarios de Cauca, Chocó, Nariño y Valle del Cauca, participaron en la consulta previa para el proyecto de decreto reglamentario de la Ley 2158, conocida como ‘Ley del Viche/Biche’. La consulta se llevó a cabo del 3 al 6 de agosto en Timbiquí (Cauca), Quibdó (Chocó), Tumaco (Nariño) y Buenaventura (Valle del Cauca).
El proceso, realizado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y Saberes, la Vicepresidencia de la República y la Dirección de la Autoridad Nacional de Consulta Previa del Ministerio del Interior, incluyó un taller de formación en consulta previa y sesiones de trabajo para analizar el proyecto de decreto.
Durante las jornadas, se revisaron y discutieron las propuestas del decreto reglamentario, que se centraron en la protección, promoción y comercialización del viche, la acreditación de productores, y la certificación anual de precios. También se abordaron aspectos relacionados con el Comité Interinstitucional del Viche y los mecanismos de participación de los delegados vicheros.
El 6 de agosto se realizó el primer Comité Interinstitucional del Viche del año, donde se recibieron recomendaciones adicionales y se consolidó el plan de trabajo para avanzar en la implementación del decreto. La reglamentación busca establecer las condiciones para proteger la bebida tradicional, mejorar la productividad y facilitar su comercialización.
El decreto será sancionado por el presidente de la República y se implementará posteriormente, con el objetivo de fortalecer el patrimonio cultural asociado al viche y apoyar a quienes históricamente han trabajado en su producción y transformación.
El viche, una bebida alcohólica tradicional de Colombia, especialmente popular en la región del Pacífico, se elabora a partir de la fermentación de la caña de azúcar. Su proceso varía según la región y las costumbres locales. Con un sabor fuerte y alta graduación alcohólica, el viche presenta un color dorado o ámbar, y su perfil de sabor puede incluir notas dulces, amargas o especiadas, dependiendo de los ingredientes adicionales utilizados en su preparación.
La reglamentación busca asegurar la protección patrimonial del viche y fomentar su comercialización, garantizando el respaldo a quienes han mantenido viva esta tradición.