Cuando la historia del arte se abre paso entre las salas de cine
Las expresiones artísticas han inspirado cientos de filmes. Desde Frida hasta Picasso, pasando por la colección de “Grandes Maestros Italianos” que se presentó este mes en Colombia.
Laura Montes
El arte no solo vive en los libros de historia, a veces también cobra vida en la gran pantalla. Como Owen Wilson conociendo a Salvador Dalí y Pablo Picasso en la Medianoche en París de Woody Allen, y Loving Vincent, la película animada de 2017 sobre la vida de Van Gogh.
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El arte no solo vive en los libros de historia, a veces también cobra vida en la gran pantalla. Como Owen Wilson conociendo a Salvador Dalí y Pablo Picasso en la Medianoche en París de Woody Allen, y Loving Vincent, la película animada de 2017 sobre la vida de Van Gogh.
El cine no solamente es el séptimo arte, también ha sido inspirado por el arte mismo cientos de veces. En ocasiones en la ficción: películas basadas en momentos históricos y hasta tomas que imitan pinturas famosas. Como Shutter Island (2010) de Martin Scorsese, en donde DiCaprio abraza a su amada, y el plano referencia al cuadro El beso, de Gustav Klimt.
Asimismo, Alfred Hitchcock se inspiró en la pintura House by the Railroad de Edward Hopper para crear la casa de los Bates en su clásico Psicosis (1960). Y ni hablar de Kirsten Dunst vestida de novia mientras sostiene unas flores en un lago en Melancolía (2011), de Lars Von Trier. Esta es una referencia directa a Ofelia, la obra prerrafaelita de John Everett Millais.
En las ‘biopics’ o películas biográficas, muchos artistas han sido las estrellas. Sin ir más lejos, el ganador al Óscar a Mejor Película de Animación en 2017, Loving Vincent. Pero hay muchas más. Frida (2002), donde Salma Hayek encarna a la gran artista mexicana, es una de ellas. O Sobreviviendo a Picasso (1996), el filme de James Ivory en el que Anthony Hopkins interpreta al pintor español. O el romance francés entre Isabelle Adjani y Gérard Depardieu, en La pasión de Camille Claudel (1988), sobre la escultora del siglo XIX.
Documentar la historia
Hay cientos de documentales que ponen la lupa en el arte. Pero la forma de hacerlo ha cambiado a lo largo de los años. El primero en la historia fue Nanook del norte (1922), un filme sobre un esquimal y su familia. En los años 20, los documentales solían ser de observación, donde no existía intervención de los realizadores, y la cámara buscaba ser un simple observador.
En 1956, se estrenó el documental El misterio de Picasso, dirigido por Henri-Georges Clouzot. En él, el artista español produce veinte pinturas en tiempo real, y el director utiliza una técnica similar al stop-motion para representar el desarrollo de las obras.
Pero el estilo de los documentales se transformó con los años. Pasaron de ser simples observadores para tener modalidades interactivas y reflexivas, muchas veces construyendo al realizador como personaje. Los filmes sobre arte también evolucionaron. Se alejaron de las estructuras narrativas convencionales para colocar la narrativa en función de la historia.
Hoy en día, hay de todo tipo. Desde los clásicos documentales donde un presentador viaja hasta las ruinas históricas (como en la miniserie The Victorians o los de National Geographic) hasta narraciones contemporáneas que cuentan con voz en off y edición rítmica.
Las narrativas del siglo XXI ahora más que nunca exigen documentales que estén a la altura del nuevo milenio – sobre todo si se trata de la historia del arte –. Imágenes prominentes, grandes montajes, música ascendente, y mantener en todo momento la atención del espectador al rojo vivo.
En Colombia
No hay muchas películas en Colombia que tengan al arte como protagonista. Pero Cineco Alternativo está haciendo un esfuerzo por promoverlo. Actualmente, presentan su ciclo de “Grandes maestros italianos”. Ya se ha exhibido Botticelli, Florencia y Los Médici; Rafael, el joven prodigio; y este fin de semana es el turno de Tiziano, el imperio del color.
Tienen una estética visual impecable, rescatando a la Italia dorada del Renacimiento y con primeros planos de las obras. Las pinturas cobran vida de la mano de actores que personifican las expresiones pictóricas más representativas de sus autores. Desde la Venus de Botticelli hasta Cecilia, el gran amor de Tiziano. La prominencia visual, la explosión del color y la maestría artística nace ante los ojos de los espectadores.
Tiziano, el imperio del color; la película que sigue en esta colección de historia del arte tuvo funciones únicas el 21, 22 y 23 de junio en ocho ciudades del país, con una función adicional el 24 en Bogotá, Cali y Medellín.
El arte cobra vida en la gran pantalla. Justo donde pertenece, para que su legado sea celebrado por siempre.