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                                                                                                                                Cuarenta años de un muro (El cajón de Santaora)

                                                                                                                                David Gilmour afirmó que su conflicto personal con Roger Waters se inició con la grabación de la película “The Wal”l. Esa primera diferencia, de las tantas que los llevaron a separarse como banda, se enmarca en la obra cinematográfica, y el álbum que la precede. Este 2022 se cumplen cuarenta años del rodaje de este filme, uno de los más grandes hitos artísticos del siglo XX. Compartimos algunas cavilaciones más allá de lo musical. La brevedad del tiempo humano y la perdurabilidad de sus intentos, desde el cajón de Santaora.

                                                                                                                                Julia Díaz Santa

                                                                                                                                La película The Wall, de 1982, forjó un pensamiento crítico frente a la sociedad, a la guerra y a los sistemas de educación en occidente.
                                                                                                                                Foto: Archivo particular
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Dos décadas atrás, a la orilla de un cayo rocoso del caribe colombiano, yo había escuchado y anotado esa misma frase en una pequeña libreta. Casi la misma: “Los hombres pasan, sus cosas quedan”, me dijo mi padre en ese entonces, con la mirada encallada en el Nicodemus. Un viejo barco carguero, partido en dos y oxidado por el paso del tiempo, motivó la reflexión.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Cosas y causas. Motivos y razones que movilizan las acciones, tantas veces convertidas en cuerpos inertes que duran más que mil vidas humanas, latiendo en sucesivo. Hay objetos de objetos, hay de causas de causas. Así como barcos, algunos muros permanecen en pie muchos más años de los que llegan a vivir las personas que los construyeron.

                                                                                                                                Por ejemplo, han pasado dieciséis siglos desde que el emperador Constantino I “el Grande” murió, y todavía están ahí, aunque transformadas, las murallas de Constantinopla que él ordenó construir. En la actual Estambul, capital de Turquía, esas paredes fueron construidas para proteger el antiguo imperio Bizantino de las arremetidas de los ávaros, los árabes, los rusos y los búlgaros. Y resistieron más que el imperio mismo.

                                                                                                                                O el Muro de Adriano, edificación de piedra que otro emperador, Adriano, ordenó construir en el siglo II. Aún se conservan los vestigios y buena parte del recorrido, gracias a las labores de conservación. No obstante, Adriano vive en las memorias de quienes lo hemos seguido, pero él mismo se ha perdido casi veinte siglos de la historia de sus tapias. Y así se podría completar la lista de paredes célebres y longevas: el muro de los lamentos, la gran muralla china, el muro de Berlín.

                                                                                                                                Este último, tuvo una vida activa por casi treinta años, pero hoy todavía quedan sus vestigios. Desde su instalación, el 13 de agosto de 1961, fue un símbolo de la división de Europa. Y del mundo, disputado por dos grandes potencias: Estados Unidos y la Unión Soviética. Cumplió la misión hasta su caída, el 9 de noviembre de 1989.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Millones de personas lo vieron en vivo, en directo o en diferido. Finalmente, una acción poética que prometía comunicar no solo a Alemania oriental y occidental, tras décadas de abrupta separación, sino al mundo entero. Y aunque hoy en día, ese sueño pacificador de 1990 parece inalcanzable, la sociedad ha sido forjada también por esa banda sonora y esas imágenes trasmitidas de generación en generación.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                La película The Wall, de 1982, forjó un pensamiento crítico frente a la sociedad, a la guerra y a los sistemas de educación en occidente. La historia de un muchacho que creció en un mundo escabroso, luego de la segunda guerra mundial, hizo parte de la canasta familiar como alimento dinamita de mentes y sensibilidades.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Todos los jóvenes adeptos fuimos, o intentamos ser, ese alguien que, frente a la miseria de su realidad, se encierra y construye un gran muro que lo protege de los demás. Es lo que hace Pink, el protagonista, quien finalmente no logra resguardarse de sí mismo. Después de cuarenta años de su estreno, sigo pensando que hay más coraje en mirarse y develarse a uno mismo, que en señalar con el dedo lo que está mal en el mundo. Caminar nuestro propio paisaje extraño es la manera más potente de incorporar la crítica a los preceptos sociales como entes enajenantes. El espejo como verdadero grito de auxilio, desde el sin sentido humano. La efectiva caída del muro que nos impide el encuentro con nosotros mismos, que somos el otro.

                                                                                                                                Podría interesarle leer: “El arte es una herramienta de vida que permite también salvar vidas”

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                                                                                                                                El resto de la historia es auto referencial. El muro, exitoso en ventas, se instaló en la mitad de la banda. Roger Waters, quien escribió la mayoría de las canciones, reclamó el control artístico exclusivo. Luego vino su salida de Pink Floyd. Cuentan que una vez le preguntaron a Waters, en una entrevista, si volvería a interpretar la obra en su totalidad. Respondió que no, “pero si cae el Muro de Berlín, quizá lo reconsidere”, concluyó.

                                                                                                                                Pude ver esto en vivo. No en 1990 sino en su gira del 2012. El Estadio de los Yankees, en Nueva York, estaba a reventar. Casi tanto como el entusiasmo de la audiencia. En la espectacular puesta en escena, el muro en el escenario fue derribado por un gran avión que bajó volando desde las más altas graderías. Todo esto me devolvió a las imágenes de la caída de las torres gemelas. ¿Hasta cuando seguirá vigente la crítica?

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Si le interesa seguir leyendo sobre El Magazín Cultural, puede ingresar aquí 🎭🎨🎻📚📖

                                                                                                                                La película The Wall, de 1982, forjó un pensamiento crítico frente a la sociedad, a la guerra y a los sistemas de educación en occidente.
                                                                                                                                Foto: Archivo particular
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Dos décadas atrás, a la orilla de un cayo rocoso del caribe colombiano, yo había escuchado y anotado esa misma frase en una pequeña libreta. Casi la misma: “Los hombres pasan, sus cosas quedan”, me dijo mi padre en ese entonces, con la mirada encallada en el Nicodemus. Un viejo barco carguero, partido en dos y oxidado por el paso del tiempo, motivó la reflexión.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Por ejemplo, han pasado dieciséis siglos desde que el emperador Constantino I “el Grande” murió, y todavía están ahí, aunque transformadas, las murallas de Constantinopla que él ordenó construir. En la actual Estambul, capital de Turquía, esas paredes fueron construidas para proteger el antiguo imperio Bizantino de las arremetidas de los ávaros, los árabes, los rusos y los búlgaros. Y resistieron más que el imperio mismo.

                                                                                                                                O el Muro de Adriano, edificación de piedra que otro emperador, Adriano, ordenó construir en el siglo II. Aún se conservan los vestigios y buena parte del recorrido, gracias a las labores de conservación. No obstante, Adriano vive en las memorias de quienes lo hemos seguido, pero él mismo se ha perdido casi veinte siglos de la historia de sus tapias. Y así se podría completar la lista de paredes célebres y longevas: el muro de los lamentos, la gran muralla china, el muro de Berlín.

                                                                                                                                Este último, tuvo una vida activa por casi treinta años, pero hoy todavía quedan sus vestigios. Desde su instalación, el 13 de agosto de 1961, fue un símbolo de la división de Europa. Y del mundo, disputado por dos grandes potencias: Estados Unidos y la Unión Soviética. Cumplió la misión hasta su caída, el 9 de noviembre de 1989.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Podría interesarle leer: “El arte es una herramienta de vida que permite también salvar vidas”

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                                                                                                                                El resto de la historia es auto referencial. El muro, exitoso en ventas, se instaló en la mitad de la banda. Roger Waters, quien escribió la mayoría de las canciones, reclamó el control artístico exclusivo. Luego vino su salida de Pink Floyd. Cuentan que una vez le preguntaron a Waters, en una entrevista, si volvería a interpretar la obra en su totalidad. Respondió que no, “pero si cae el Muro de Berlín, quizá lo reconsidere”, concluyó.

                                                                                                                                Pude ver esto en vivo. No en 1990 sino en su gira del 2012. El Estadio de los Yankees, en Nueva York, estaba a reventar. Casi tanto como el entusiasmo de la audiencia. En la espectacular puesta en escena, el muro en el escenario fue derribado por un gran avión que bajó volando desde las más altas graderías. Todo esto me devolvió a las imágenes de la caída de las torres gemelas. ¿Hasta cuando seguirá vigente la crítica?

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                “Los muros no son eternos”, decía un graffiti en esa gran pared alemana, en 1989. Y si hasta ellos tienen fecha de defunción (ya hemos visto que esas construcciones duran muchos milenios más que las vidas humanas) entonces podríamos decir que la mayoría de nuestras disputas son tan breves como el brillo de una luciérnaga. Quizás eso bastaría para que, frente al espejo y sin muros de por medio, regresáramos a la justa proporción y encausáramos en otra dirección nuestros intentos.

                                                                                                                                Si le interesa seguir leyendo sobre El Magazín Cultural, puede ingresar aquí 🎭🎨🎻📚📖

                                                                                                                                Por Julia Díaz Santa

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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