La séptima papeleta fue promovida por la comunidad estudiantil y avalada por escritores, políticos y medios de comunicación. / Ilustración: Daniela Vargas
Pasaron 41 años desde aquella marcha del silencio convocada por Gaitán. El país estaba sumido en una de sus peores crisis. El poder del Estado estaba fuertemente infiltrado por el narcotráfico y una guerra fratricida entre capos, subversión, paramilitares y Ejército. Una semana antes habían asesinado a Galán en el sur de Bogotá. Nuevamente un símbolo de esperanza caía en un charco de sangre y los gritos de terror y desasosiego volvían a las calles.
Por Andrés Osorio Guillott
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