De marino a literato: cien años de la muerte de Joseph Conrad
El centenario de la muerte del británico-polaco Joseph Conrad, escritor descendiente de una familia polaca, se cumple este 3 de agosto, al mismo tiempo que se celebra la vida de este novelista clave para la literatura inglesa.
A los 17 años, inició su andadura como marino, hasta enrolarse en la marina mercante británica, a partir de lo que adoptó el inglés como lengua propia para sus libros, pese a no ser su idioma nativo.
Los viajes que realizó por todo el mundo en barco y el concepto del mar como la tragedia de la soledad marcaron sus novelas e hicieron que sea recordado como gran escritor de la literatura anglosajona.
Del mar a la literatura
Nacido en la Ucrania de 1857, bajo el poder del Imperio ruso, recibió el nombre de Józef Teodor Konrad Korzeniowski, el cual cambiaría al firmar su primera novela, La locura de Almayer, como recoge la Enciclopedia Británica.
Su padre, Apollo Nalęcz Korzeniowski, poeta y activista por la independencia de Polonia frente a Rusia, murió de tuberculosis, junto a su madre, dejando a Conrad huérfano y a cargo de su tío materno, Tadeusz Bobrowski.
Los inicios de la trayectoria literaria del escritor reflejan su experiencia dentro de la marina mercante británica, como se ve en Un paria en las islas, El negro del Narcissus o Lord Jim, vida que dejó atrás a los 37 años para dedicarse a la escritura.
Más allá de los libros
Su obra El corazón de las tinieblas, publicada en 1899 y que será reeditada por Alfaguara en el contexto de esta efeméride, sirvió como inspiración de la película Apocalypse Now de Francis Ford Coppola, estrenada ochenta años después de la novela.
De esta forma, Conrad dejó huella en otros ámbitos culturales más allá de la literatura, con varias de sus novelas usadas como base para los guiones de películas, como El agente secreto, y sigue siendo necesario cien años más tarde de su muerte, como afirmó el escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez en la reedición de Alfaguara.
“En este libro se cuentan cosas que preferiríamos no saber; tal vez por eso lo seguimos necesitando”, expuso Vásquez en el prólogo de la obra que habla de los excesos del colonialismo, pero también de la oscuridad en la condición humana, como recoge Alfaguara.
Objeto de estudio
Ahora, cien años después de su muerte y en un mundo muy diferente al que conoció Conrad en algunos aspectos, varios expertos se dedican al estudio de la obra del escritor en la Joseph Conrad Society, situada en el Reino Unido.
De hecho, sus miembros conmemorarán el centenario de su fallecimiento este mismo sábado tres de julio, junto a su tumba familiar en el cementerio de Canterbury, en el sureste de Inglaterra.
Desde 1973, este grupo de estudiosos celebran la vida del escritor y analizan los distintos elementos de la vida y de la trayectoria literaria de Conrad, además de celebrar una conferencia académica internacional cada año en la Universidad St. Mary de Londres.
A los 17 años, inició su andadura como marino, hasta enrolarse en la marina mercante británica, a partir de lo que adoptó el inglés como lengua propia para sus libros, pese a no ser su idioma nativo.
Los viajes que realizó por todo el mundo en barco y el concepto del mar como la tragedia de la soledad marcaron sus novelas e hicieron que sea recordado como gran escritor de la literatura anglosajona.
Del mar a la literatura
Nacido en la Ucrania de 1857, bajo el poder del Imperio ruso, recibió el nombre de Józef Teodor Konrad Korzeniowski, el cual cambiaría al firmar su primera novela, La locura de Almayer, como recoge la Enciclopedia Británica.
Su padre, Apollo Nalęcz Korzeniowski, poeta y activista por la independencia de Polonia frente a Rusia, murió de tuberculosis, junto a su madre, dejando a Conrad huérfano y a cargo de su tío materno, Tadeusz Bobrowski.
Los inicios de la trayectoria literaria del escritor reflejan su experiencia dentro de la marina mercante británica, como se ve en Un paria en las islas, El negro del Narcissus o Lord Jim, vida que dejó atrás a los 37 años para dedicarse a la escritura.
Más allá de los libros
Su obra El corazón de las tinieblas, publicada en 1899 y que será reeditada por Alfaguara en el contexto de esta efeméride, sirvió como inspiración de la película Apocalypse Now de Francis Ford Coppola, estrenada ochenta años después de la novela.
De esta forma, Conrad dejó huella en otros ámbitos culturales más allá de la literatura, con varias de sus novelas usadas como base para los guiones de películas, como El agente secreto, y sigue siendo necesario cien años más tarde de su muerte, como afirmó el escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez en la reedición de Alfaguara.
“En este libro se cuentan cosas que preferiríamos no saber; tal vez por eso lo seguimos necesitando”, expuso Vásquez en el prólogo de la obra que habla de los excesos del colonialismo, pero también de la oscuridad en la condición humana, como recoge Alfaguara.
Objeto de estudio
Ahora, cien años después de su muerte y en un mundo muy diferente al que conoció Conrad en algunos aspectos, varios expertos se dedican al estudio de la obra del escritor en la Joseph Conrad Society, situada en el Reino Unido.
De hecho, sus miembros conmemorarán el centenario de su fallecimiento este mismo sábado tres de julio, junto a su tumba familiar en el cementerio de Canterbury, en el sureste de Inglaterra.
Desde 1973, este grupo de estudiosos celebran la vida del escritor y analizan los distintos elementos de la vida y de la trayectoria literaria de Conrad, además de celebrar una conferencia académica internacional cada año en la Universidad St. Mary de Londres.