Conozca la historia de la primera biblioteca pública de Colombia
Con motivo del Día Internacional de las Bibliotecas, hacemos un recorrido a través de la historia de la primera biblioteca pública de Colombia.
De acuerdo con los archivos de la Biblioteca Nacional, fue fundada en 1777 tras un decreto del entonces virrey Manuel de Guirior, la Real Biblioteca se ubicó en el Palacio San de Carlos y tomó posesión de la colección bibliográfica de los padres jesuitas, que fueron expulsados de España por el rey Carlos III en 1767. La mayoría de estos textos versaban de teología, filosofía, matemáticas, clásicos griegos y latinos como de ciencias e historia.
Se trasladó al Colegio San Bartolomé y se asignó su dirección al cubano Manuel del Socorro Rodríguez, quien recibía un pago anual de 400 pesos. Este adecuó un cuarto en la biblioteca para su vivienda y dirigió la institución durante 29 años, hasta su muerte en 1829.
El general Francisco de Paula Santander, en calidad de vicepresidente, ordenó incluir en los catálogos de la biblioteca la colección perteneciente a la Expedición Botánica de José Celestino Mutis y en 1822 la reubicó en el edificio Las Aulas (actualmente donde opera el Museo de Arte Colonial), rebautizándola como Biblioteca Nacional.
En 1834 que se expidió la ley de Depósito Legal, en la que se especificaba que en la Biblioteca Nacional debía tener al menos un ejemplar de cada obra impresa, y más recientemente audiovisual, que se produjera en el país. Esta asignación convirtió a la institución en la protectora del patrimonio nacional, permitiéndole adquirir colecciones bibliográficas de personalidades como Anselmo Pineda, Manuel Ancízar, Rufino José Cuervo, Jorge Isaacs y Germán Arciniegas, entre otros.
Bajo la dirección de Daniel Samper Ortega, se inauguró en 1938 su sede actual, un edificio diseñado por el arquitecto Alberto Wills Ferro, quien tomó inspiración de las grandes bibliotecas del mundo adaptándolas a las necesidades estéticas y bibliotecológicas requeridas para los funcionarios y el público. Esta edificación fue declarada monumento nacional en 1975.
Los diseños de Wills Ferro tenían un característico estilo art decó, en el que destacó la sala de estudio en el medio de la biblioteca, (ahora el pasillo central) y en los sótanos operó, por orden del general Rojas Pinilla, la Televisora Nacional de Colombia desde 1954 hasta mediados de los años noventa.
Actualmente, la biblioteca cuenta con los manuscritos de obras como “La Vorágine” de José Eustasio Rivera y una copia de la composición original del himno nacional, como una exposición permanente en donde se encuentran la máquina de escribir, el diploma y la medalla del único premio Nobel colombiano: Gabriel García Márquez.
La Biblioteca Nacional se ha modernizado, permitiendo un recorrido virtual por el Fondo Antiguo, en donde reposan más de 70.000 obras escritas entre 1450 y 1830, a la par de tener a disposición más de 131.000 recursos bibliográficos entre los que se encuentran revistas, libros y material audiovisual que puede consultarse desde cualquier parte del mundo.
De acuerdo con los archivos de la Biblioteca Nacional, fue fundada en 1777 tras un decreto del entonces virrey Manuel de Guirior, la Real Biblioteca se ubicó en el Palacio San de Carlos y tomó posesión de la colección bibliográfica de los padres jesuitas, que fueron expulsados de España por el rey Carlos III en 1767. La mayoría de estos textos versaban de teología, filosofía, matemáticas, clásicos griegos y latinos como de ciencias e historia.
Se trasladó al Colegio San Bartolomé y se asignó su dirección al cubano Manuel del Socorro Rodríguez, quien recibía un pago anual de 400 pesos. Este adecuó un cuarto en la biblioteca para su vivienda y dirigió la institución durante 29 años, hasta su muerte en 1829.
El general Francisco de Paula Santander, en calidad de vicepresidente, ordenó incluir en los catálogos de la biblioteca la colección perteneciente a la Expedición Botánica de José Celestino Mutis y en 1822 la reubicó en el edificio Las Aulas (actualmente donde opera el Museo de Arte Colonial), rebautizándola como Biblioteca Nacional.
En 1834 que se expidió la ley de Depósito Legal, en la que se especificaba que en la Biblioteca Nacional debía tener al menos un ejemplar de cada obra impresa, y más recientemente audiovisual, que se produjera en el país. Esta asignación convirtió a la institución en la protectora del patrimonio nacional, permitiéndole adquirir colecciones bibliográficas de personalidades como Anselmo Pineda, Manuel Ancízar, Rufino José Cuervo, Jorge Isaacs y Germán Arciniegas, entre otros.
Bajo la dirección de Daniel Samper Ortega, se inauguró en 1938 su sede actual, un edificio diseñado por el arquitecto Alberto Wills Ferro, quien tomó inspiración de las grandes bibliotecas del mundo adaptándolas a las necesidades estéticas y bibliotecológicas requeridas para los funcionarios y el público. Esta edificación fue declarada monumento nacional en 1975.
Los diseños de Wills Ferro tenían un característico estilo art decó, en el que destacó la sala de estudio en el medio de la biblioteca, (ahora el pasillo central) y en los sótanos operó, por orden del general Rojas Pinilla, la Televisora Nacional de Colombia desde 1954 hasta mediados de los años noventa.
Actualmente, la biblioteca cuenta con los manuscritos de obras como “La Vorágine” de José Eustasio Rivera y una copia de la composición original del himno nacional, como una exposición permanente en donde se encuentran la máquina de escribir, el diploma y la medalla del único premio Nobel colombiano: Gabriel García Márquez.
La Biblioteca Nacional se ha modernizado, permitiendo un recorrido virtual por el Fondo Antiguo, en donde reposan más de 70.000 obras escritas entre 1450 y 1830, a la par de tener a disposición más de 131.000 recursos bibliográficos entre los que se encuentran revistas, libros y material audiovisual que puede consultarse desde cualquier parte del mundo.