"Perdona, perdona porque no supe descubrirte cada día; de hecho, dudo de que te haya conocido realmente. Lo digo por la carta que me dejaste, ¿recuerdas? Cuando supiste que ibas a morir".
Foto: Rodrigo Cabral Godoy - @rodrigo_cabral_godoy
Ciro, sin Eduardo, sin Fernando, sin Clara
Cachifo, ¿se acuerda de cuando me abrazó al iniciar nuestro trabajo como magistrados? Me dijo que no entendía cómo un aprendiz de tinterillo como yo siquiera podría pensar en darle algo de justicia a este país y, en efecto, me hizo la vida imposible. Que sí, que los derechos eran muy lindos, pero materializarlos costaba. Que mis discursos eran hermosos, pero de grandilocuencia no vivía la gente. Que mi afán por que todos y cada uno de los individuos tuvieran un cuerpo en el sistema judicial era...
Por Juliana Vargas
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