Diomedes, entre el placer y las penas
Este texto fue escrito por la periodista Olga Lucía Martínez, quien falleció este 20 de julio por complicaciones en sus pulmones. Martínez fue parte de la redacción cultural de este diario. Como homenaje, revivimos uno de sus textos.
Olga Lucía Martínez
Desde que tenía cinco años, Diomedes Díaz no se separa de la Virgen del Carmen. En sus viajes, siempre lo acompaña la estatua. Va a su lado, pero nunca en la ventanilla, allí se sienta el ídolo vallenato.
La Virgen del Carmen está también en las canciones de Diomedes Díaz. “Aunque sea una frase pequeñita”. En Mi biografía, su nuevo trabajo discográfico, no está ausente.
Hoy el ídolo retorna a Valledupar. Allí es día de fiesta por el lanzamiento del disco. Desde el gobernador del departamento del Cesar hasta el más sencillo seguidor estarán en el aeropuerto esperando a Diomedes. Habrá desfile hasta la plaza Alfonso López, palabras de agradecimiento en la voz del cantante y rumba, parranda completa hasta el domingo como mínimo.
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El trabajo salió un poco tarde. Para ser exactos 19 días después de la fecha señalada cada año: el 26 de mayo, cumpleaños de Diomedes. “Cambié algunas canciones y por eso se atrasó el lanzamiento. Además, siempre meto la voz en cinco días y en esta ocasión me demoré quince”. Por otra parte, se quiso que el disco saliera casi paralelo al video promocional, que se terminó hace tan sólo dos días en Bogotá.
Esta vez, Diomedes Díaz viajó a la capital de la República acompañado de su nueva esposa, una médica vallenata, y de Liliana, su tercera hija, una bebé que lo tiene al borde de la locura. “Soy el padre más feliz del mundo, la niña es hermosa y ya me reconoce”.
¡Ay, Diomedes!
Diomedes Díaz es un personaje. Desde que se hizo cantante profesional ha dado de qué hablar. Tiene fama de incumplido, derrochador y mujeriego. Cuando se hizo poner un diente de diamante logró que la presentación oficial de la joya fuera todo un acontecimiento. No escatimó sonrisas para que las cámaras lo tomaran ni simpatía para afirmar que el valor del seguro del diamante, desenterrado de una mina de Suráfrica, tenía más de ocho ceros ala derecha.
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Sus seguidores lo adoran. Por eso, Sony tomó la decisión de sacar una preventa de Mi biografía, de 400.000 ejemplares, cantidad que sin duda se agotará antes de dos semanas.
El trabajo incluye trece temas, Mi biografía, Esta vez para siempre, Yo vivo para quererte, Eres mi vida, No tengo la culpa, Esos ojos negros, Qué hubo linda, Sin saber qué me espera, La vaina de los dos, Otra piedra en el camino, Bajo el palo de mango, El indio y Entre placer y penas, esta última de su inspiración.
Diomedes Díaz, además, está en la onda de volver a lo autóctono. De ahí que bombo electrónico, claves y teclados fueron erradicadas de la grabación. “Es más que suficiente con el acordeón, la caja, la guacharaca y un poco de percusión”.
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Iván Zuleta, acordeonero que remplazó a Juancho Rois (fallecido en un accidente aéreo en 1995), sigue a su lado. Perteneciente a la dinastía de los Zuleta, es un muchacho que no sobrepasa los 23 años y hoy es una figura.
“Cuando lo oí quedé encantado. A Juancho -la Virgen del Carmen lo sabe- nadie lo igualará. Pero Iván tiene casta vallenata, es un arreglista grande y trabajamos muy bien juntos”.
De este modo el Cacique de La Junta vuelve a ser noticia. Hoy en la tarde, ya casi entrada la noche, repartirá copias de Mi biografía a diestra y siniestra. Al gobernador del Cesar, el alcalde de Valledupar y sus secretarios, a los candidatos, a los amigos e incluso a aquellos que hace más de 20 años, cuando Diomedes Díaz empezaba su carrera, no le ofrecían comida en sus parrandas. “El muchacho de La Junta es un metido en la fiesta y además no sabe cantar”, decían.
Qué se iban a imaginar el futuro. Cualquiera no sale al mercado con una preventa de 400.000 discos ni obtiene doble y hasta triple disco de platino cada año por cada producción.
Desde que tenía cinco años, Diomedes Díaz no se separa de la Virgen del Carmen. En sus viajes, siempre lo acompaña la estatua. Va a su lado, pero nunca en la ventanilla, allí se sienta el ídolo vallenato.
La Virgen del Carmen está también en las canciones de Diomedes Díaz. “Aunque sea una frase pequeñita”. En Mi biografía, su nuevo trabajo discográfico, no está ausente.
Hoy el ídolo retorna a Valledupar. Allí es día de fiesta por el lanzamiento del disco. Desde el gobernador del departamento del Cesar hasta el más sencillo seguidor estarán en el aeropuerto esperando a Diomedes. Habrá desfile hasta la plaza Alfonso López, palabras de agradecimiento en la voz del cantante y rumba, parranda completa hasta el domingo como mínimo.
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El trabajo salió un poco tarde. Para ser exactos 19 días después de la fecha señalada cada año: el 26 de mayo, cumpleaños de Diomedes. “Cambié algunas canciones y por eso se atrasó el lanzamiento. Además, siempre meto la voz en cinco días y en esta ocasión me demoré quince”. Por otra parte, se quiso que el disco saliera casi paralelo al video promocional, que se terminó hace tan sólo dos días en Bogotá.
Esta vez, Diomedes Díaz viajó a la capital de la República acompañado de su nueva esposa, una médica vallenata, y de Liliana, su tercera hija, una bebé que lo tiene al borde de la locura. “Soy el padre más feliz del mundo, la niña es hermosa y ya me reconoce”.
¡Ay, Diomedes!
Diomedes Díaz es un personaje. Desde que se hizo cantante profesional ha dado de qué hablar. Tiene fama de incumplido, derrochador y mujeriego. Cuando se hizo poner un diente de diamante logró que la presentación oficial de la joya fuera todo un acontecimiento. No escatimó sonrisas para que las cámaras lo tomaran ni simpatía para afirmar que el valor del seguro del diamante, desenterrado de una mina de Suráfrica, tenía más de ocho ceros ala derecha.
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Diomedes Díaz, además, está en la onda de volver a lo autóctono. De ahí que bombo electrónico, claves y teclados fueron erradicadas de la grabación. “Es más que suficiente con el acordeón, la caja, la guacharaca y un poco de percusión”.
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“Cuando lo oí quedé encantado. A Juancho -la Virgen del Carmen lo sabe- nadie lo igualará. Pero Iván tiene casta vallenata, es un arreglista grande y trabajamos muy bien juntos”.
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