Publicidad

Dipacho: de la vida y otros dibujos

Diego Francisco Sánchez Rodríguez, más conocido como Dipacho, es autor de libros ilustrados, además de diseñador gráfico y músico. Sus libros han sido publicados por distintas editoriales del territorio hispano y en países como Brasil, Italia y Francia.

María Alejandra Pérez Echeverri
18 de abril de 2023 - 10:41 p. m.
Dipacho ha publicado algunos libros como "El animal más feroz", "Todos se burlan" y "Jacinto y María José", como autor e ilustrador.
Dipacho ha publicado algunos libros como "El animal más feroz", "Todos se burlan" y "Jacinto y María José", como autor e ilustrador.
Foto: Dipacho/editorial Panamericana
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Ser autor de libros ilustrados ha motivado en él la búsqueda permanente de preguntas, respuestas, y luego aún más preguntas, sobre el ser en sí mismo y sus formas de habitar y relacionarse con el otro. Desde hace poco, su labor también lo ha estado llevando a recordar su infancia, ese Yo más joven obsesionado aún con lo que hoy siguen siendo sus más grandes pasiones.

(Le puede interesar: Los números y la pelota de Arturo)

De niño estaba fascinado con los Atlas, el conocimiento geográfico de los disímiles territorios que configuran nuestro globo azul. Y es que lo que más anhelaba era explorar los distintos países con sus muy distintas culturas. Otra de sus obsesiones son los juegos de mesa. Se recuerda jugando junto a su abuela y los demás familiares, alrededor de un tablero, envueltos en la emoción. Tanto le gustan los juegos a Diego que, justo ahora, uno de sus proyectos se enfoca en el diseño de algunos, ilustrados por él mismo. Sin embargo, no sólo le ha gustado jugar con fichas y tablas, sino que también encontró un deleite en el juego que se pronuncia entre las imágenes y las palabras. Pues claro que la mayor de sus grandes obsesiones y que, por supuesto hoy perdura, es el dibujo y la posibilidad de contar historias a través de las formas y los colores.

Llegar al mundo de la ilustración no fue un trayecto lineal. Al terminar el colegio tuvo primero que enfrentarse a los tedios de la vida laboral, lo que implicó trabajar en distintas áreas lejanas a la ilustración. Mientras tanto, persistía con su idea de acceder a la educación superior. De algún modo, entre la niñez, la adolescencia y la juventud, se fue disipando esa obsesión por el dibujo que tuvo de pequeño. Se presentó cinco veces a la Universidad antes de pasar, y fue en este punto, donde volvió a su mente el recuerdo del gusto por los trazos, las manchas, las líneas y de contar historias con imágenes. Finalmente, el niño que fuimos siempre termina salvándonos.

Solo recuerda que la primera vez se presentó a medicina, la segunda, a arquitectura. Ni la tercera ni la cuarta. La quinta, la vencida, fue Diseño Gráfico, de la cual se graduó. Luego, solo sabe que un día comenzó a visitar la biblioteca del barrio y la Luis Ángel Arango, en donde encontró una colección nutrida de libros de ilustración infantil. Fue ahí que se enamoró de leer, detallar y descifrar las formas que tienen los cuentos para hablar a través de trazos, colores y animales.

Más que escribir cuentos para niños, Dipacho se nombra a sí mismo como un autor de libros ilustrados, para la infancia y también para los otros niños, los que habitan al interior de cada adulto. Sus libros están dirigidos a múltiples públicos, dedica sus historias ilustradas a los distintos momentos de la vida de sus lectores, para que se acerquen a la potencia narrativa de la ilustración mientras les propone juegos de palabras, en ocasiones graciosos y divertidos; en otras, reflexivos. Para la creación de sus libros siempre se reta a encontrar nuevas alternativas creativas para narrar a todos los públicos, sin ningún tipo de sesgos, pues siente que las posibilidades de la relación entre imagen y texto son un juego extenso y profundo que permite modular la narración.

(Lea también: La Protesta y el origen de la salsa brava en Colombia)

Los temas que trata en sus libros vinculan sus propias preguntas sobre la vida, el amor y las relaciones humanas. Aunque no está tan cerca del mundo infantil en su vida cotidiana, encuentra en los libros ilustrados la posibilidad de contar a los más pequeños las complejidades de las dinámicas sociales, y también internas, que transita cada individuo. Es el humor una de las herramientas le sirven para articular los leguajes y las narraciones, pues le facilita entablar diálogos complejos con sus diferentes lectores, desde perspectivas divertidas.

Es por esto por lo que cada uno de sus libros cuenta con múltiples capas simbólicas, con las que propone temas potentes de la realidad humana, con el propósito de que cada lector encuentre, según su momento en la vida, los tesoros encriptados que guardan las imágenes y las palabras.

Así como sus textos, Dipacho también tiene capas: humor, preguntas, juegos, y finalmente un corazón. Aquello que reposa en el fondo, que fundamenta sus relatos y que tienen en común, es el amor. Sus ilustraciones, así como él, esperan poder sonreírle a todo el mundo, poder ofrecerle un abrazo a quien lo necesite, poder llevar sosiego en medio de las aflicciones contemporáneas, y finalmente es así como se sienten, como una caricia, como corrientes de viento frío en un día caluroso o como el primer atisbo de luz en la mañana.

Si le interesa seguir leyendo sobre El Magazín Cultural, puede ingresar aquí 🎭🎨🎻📚📖

Por María Alejandra Pérez Echeverri

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar