Dipacho y las distintas formas de vida en la literatura infantil
El autor colombiano se presentará en la Feria del libro de Pereira con su libro Algunos y los otros, que reflexiona acerca de las relaciones humanas, la familia, entre otros temas. El ilustrador habló para este periódico sobre la aparente simplicidad de los temas en que desarrolla en su obra y su objetivo de ampliar su público a la hora de crear.
Laura Camila Arévalo Domínguez
En una de las páginas de Algunos y los otros hay un jabirú pintado. La frase que lo acompaña dice: “Algunos no tienen familia”, pero su expresión es alegre. No se queja de soledad, abandono ni ensañamiento del universo contra él. Está solo y se ve cómodo en sus plumas. Al pasar la página, se lee la frase: “Otros sí”, y sobresalen los aleteos de dos jabirús cercanos y sonrientes: la compañía se percibe agradable, parecen hablar de algo que los emociona, se disfrutan.
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En una de las páginas de Algunos y los otros hay un jabirú pintado. La frase que lo acompaña dice: “Algunos no tienen familia”, pero su expresión es alegre. No se queja de soledad, abandono ni ensañamiento del universo contra él. Está solo y se ve cómodo en sus plumas. Al pasar la página, se lee la frase: “Otros sí”, y sobresalen los aleteos de dos jabirús cercanos y sonrientes: la compañía se percibe agradable, parecen hablar de algo que los emociona, se disfrutan.
Y así continúan más y más escenas en las que, a través de esta ave, que además vive en Colombia y otros países de Latinoamérica, Dipacho habla de lo distintas que pueden ser nuestras circunstancias. Como el libro es infantil, las imágenes están allí para originar o darles un empujón a las preguntas sobre las formas en las que esas aves viven: por qué algunas tienen familia, cómo así que hay otras que, pudiendo estar acompañadas, prefieren estar solas; por qué hay algunas que huyen, por qué otras se mueren, qué es eso de la muerte o qué implica quedarse... Y a pesar de que el libro podría prometer simplicidad por la sencillez de sus ideas y la aparente obviedad de las interacciones propuestas por los jabirús, hay una especie de sugerencia para los adultos: esta es la realidad, así están las cosas, y nosotros estamos poco preparados para aceptarlas.
Que haya resistencia por entender la singularidad del otro y que aún se insista en la uniformidad hasta en términos de estilo de vida e interacción familiar podrían ser otras de las ideas propuestas por este libro que, además, fue escrito por un autor que aclara no crear solo para niños. Para él, sus reflexiones están diseñadas para trascender las fronteras de la edad y por eso cree que se enriquecen con el uso de la imagen y la palabra. Lo que ha buscado, desde su decisión de ser escritor e ilustrador, ha sido contar lo que ha pensado a través de sus frustraciones, victorias, viajes y soledades. Y Algunos y los otros nació de sus cavilaciones en tiempos de pandemia, temporada en la que se dio cuenta de que había muchas formas de vivir y encontrar disfrute a pesar de lo comúnmente establecido sobre el bienestar.
Varias veces ha dicho que usted no solo escribe e ilustra para niños. Le entiendo, entonces, que su objetivo pretende trascender esas fronteras de la edad, pero usted se ha formado en literatura infantil, ¿cómo lo equilibra? Y se lo pregunto porque sus temas podrían verse simples, pero no lo son…
Al principio, mi trabajo fue más enfocado a la creación literaria y artística, como los libros álbum o libros ilustrados, en los que he podido jugar con el texto y la imagen. Y es justamente por eso, por ser ilustrados, que el mercado los categoriza como contenido infantil. A causa de esto, he conocido muchísimo más sobre el universo de los niños y las niñas. Tengo ambos tipos de producción: unos más complejos, filosóficos, políticos, sociales. Y los infantiles. A pesar de esto, me interesa que los adultos se sientan próximos a cualquier temática que haga. Cada vez más tengo unas posibilidades de creación mucho más amplias.
“Algunos y los otros” fue escrito en pandemia, ¿por qué? ¿Qué notó durante este tiempo para hablar sobre distintas formas de vida?
La pandemia fue un momento muy complejo para todos, en especial en temas familiares: varias personas tuvieron que separarse y otras juntarse demasiado... Esas experiencias en las que a unos les tocó una cosa y a otros, otra, me interesaron y me llevaron a reflexiones sobre la forma en que nos relacionamos. Pensé en que la familia es una conexión importante para muchos, pero para otros no, y esta fue una realidad que quise explorar.
Primero escribe o dibuja…
A veces empiezo los libros dibujando y a veces escribiendo. Creo la generación de ideas y los procesos creativos son bastante flexibles, sobre todo porque, por ejemplo, a veces parto de un personaje que me gustó y del que quiero contar una historia. Otras veces juego con la escritura, con las palabras. Y bueno, también hay reflexiones: textos o ideas que están rondando en mi cabeza, experiencias de vida, conversaciones, etc. Son muchos las circunstancias que podrían originar un libro
¿Qué fue lo que le gustó de la ilustración? ¿Por qué la eligió como una herramienta para contar historias?
Desde niño siempre me gustó dibujar, pero no lo imaginaba como una profesión a futuro. Salí de estudiar y me presenté cinco veces a la universidad Nacional: logré pasar en la última a Diseño Gráfico. Un día, y justo antes de comenzar con la carrera, busqué libros en la Virgilio Barco sobre ilustración, dibujo, técnicas pictóricas, historia del arte, y todos los temas relacionados con la imagen, y encontré los que habían sido hechos para los niños. Fue en ese momento cuando tomé la decisión, no solo de ilustrar, sino de contar historias. Lo que me cautivó fue la idea de poder hacer mis propios libros con imágenes y textos.
Temas como el amor, las relaciones humanas, las dinámicas sociales, la soledad, la individualidad, son los que se encuentran en sus obras, pero cómo llegan a su trabajo...
Lo que he hecho ha nacido desde lo que he vivido, desde mis experiencias. Es decir, mis reflexiones de vida y lo que me va pasando va quedando plasmado allí. Además, cada vez que puedo agarro mi mochila y me voy por el mundo, y creo que los viajes me permiten conocer otras dinámicas y formas de vida. Otras formas de relacionarme con el mundo. Esas relaciones humanas me hacen pensar y de ahí es donde sale mi material creativo para hacer libros. Después viene la parte creativa y el juego con la metáfora, con lo simbólico.
¿Usted qué lee? De dónde se alimenta para pensar más en estos temas…
No solo leo: hay muchos campos que me interesan: el cine, la música, los juegos de mesa, y claro, leo mucha literatura. Trato de entender cómo funciona cada tema, lo estudio. Creo que el arte es un goce que está lleno de referencias creativas, de cómo se puede abordar un tema desde distintas miradas, y por eso me interesa ver todo lo que pueda. Un juego de mesa me puede aportar lo que me hace falta o lo que necesito para un libro ilustrado. Un guion de una película también puede cumplir la misma función...
Dice que elige aves para sus ilustraciones para potenciar la poco conocida biodiversidad de esta especie en Colombia. Volvamos a “Algunos y los otros”: eligió los jabirús, ¿por qué?
Sí, es por una postura que adopté: siempre vemos en los libros a los leones, las jirafas, águilas, etc. Pero en Colombia tenemos la mayor diversidad de aves del mundo, así que generar esa conexión entre los lectores y estos animales es uno de mis intereses. Y en el caso de los jabirús: fui al Aviaro Nacional en Barú y cuando lo vi me impactó, no sabía que era un ave latinoamericana. Era grande, imponente, así que me impresionó no conocerla.
En “Algunos y los otros” hay situaciones distintas (la compañía y la soledad), pero deseables para distintos tipos de personas. Pero hay otras que no (algunos están juntos, aunque no quieren), así que este libro no es solo una forma de reafirmar las distintas elecciones de vida de los seres humanos, sino sus circunstancias… O qué piensa.
Es un libro que habla de las relaciones humanas en general, no solamente de las buenas. Me interesa que en mis libros, que seguramente serán leídos y analizados por niños, se generen reflexiones sobre el tema general: por qué hay familias separadas, por qué hay otra en la que hay un solo adulto y tantos niños, y el sinfín de por qués que se podrían dar a partir de la lectura de las imágenes. Que haya preguntas sobre la conformación de las familias, la agrupación entre otras “especies” (claro, los animales representan a las personas), la soledad, etc... Si la lectura de imágenes se refuerza entre adultos y niños, se convierten en un recurso muy potente.
Usted recurre mucho a los animales para sus libros, ¿por qué? ¿Tiene que ver con un interés personal o con un recurso para la literatura infantil?
Me gusta trabajar con animales porque tienen muchas posibilidades de creación y de narración. Pienso, por ejemplo, en animales que actúan como humanos: que caminan, que se visten y tienen características humanas, pero no hablan... O animales que simplemente actúan como animales. Hay muchas posibilidades en el juego de la relación con los humanos y creo que eso tiene más posibilidades que dibujar personas, que tienen características más específicas. También las hago, pero me interesa más lo que me abre las posibilidades narrativas.