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“Dedicado a Terra Alexis Wallace”, son las últimas palabras que se leen antes de los créditos finales en la película Cette Maison de Miryam Charles. Terra es la prima de la directora de la película, y murió a los 14 años. Como en la película de Peter Jackson Desde mi cielo, Terra repite constantemente en una voz en off: “nací en Stamford, Connecticut, 1994, y morí en Bridgeport, Connecticut, en 2008″.
El primer largometraje de Miryam Charles es una carta al duelo: al suyo y al de toda su familia por el violento deceso de Terra. Pero la directora intenta borrar todo rastro de violencia y del asesino en su documental. No es una película sobre su asesinato, es un intento por reconstruir la memoria de su prima para reestructurar su propio duelo.
Aunque se trata de un documental, en la película hay actores, una de ellas interpreta a Terra. La mayoría de los escenarios se grabaron en estudio y la puesta en escena de los personajes es bastante teatral.
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Esta forma de narrar el documental no es nueva, y se llama ‘docuficción’. Se trata de un híbrido: narrar una situación ‘real’ utilizando elementos de ficción como actores o recreando situaciones que no se grabaron directamente. De las primeras películas que se tiene registro en esta modalidad es Moana, realizada en 1926 por el documentalista Robert Flaherty. Sin embargo, hay quienes afirman que ‘Nanook del norte’ (1922), el primer documental de la historia también tiene elementos de la ‘docuficción’.
La mosca en la pared vs. La mosca en la sopa
Las barreras que separan al cine documental o de no ficción con el cine de ficción se han desdibujado con los años. El cine directo, desarrollado entre 1958 y 1962 en Estados Unidos, propuso que el realizador debía ser como “una mosca en la pared”, aspirando a ser invisible y un simple observador de los hechos sin intervención alguna. De forma paralela, en Europa se desarrolló el cinéma vérité o cine de realidad, donde, en cambio, sostenían que el realizador debía ser “una mosca en la sopa”, buscando siempre la intervención y la creación de situaciones para poder registrarlas en cámara.
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Para Iván Sierra, director colombiano, “no existe el documental, todo es una ficción; siempre hay una intervención”. En el momento en que el realizador coloca una cámara, ya hay una puesta en escena y siempre interviene. Incluso en la ficción, aunque el público sabe que los hechos narrados no son reales, es necesaria la verosimilitud, es decir, lograr que la historia sea creíble – real o no –.
La ‘docuficción’ en 2023
Hay muchas películas que han hecho una hibridación del documental, la ficción e incluso el experimental para narrar historias. Muestra de ello es la película Flee, de Jonas Poher Rasmussen, estrenada en 2021, que cuenta la historia de un hombre que dejó Afganistán por Dinamarca. Es considerada una ‘docuficción’ porque el personaje tiene un seudónimo y utiliza flashbacks – algo inusual para un documental – y además es animado. Fue nominado a tres Premios Oscar: Mejor Película Animada, Mejor Película Extranjera y Mejor Documental.
Existen muchos ejemplos de ‘docuficción’, como Taxi (2015) de Jafar Panahi, Your Name Here (2015) dirigida por B.P. Paquette, o Juventud en marcha (2006) de Pedro Costa.
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Cette Maison y la ‘docuficción’
Cette Maison a veces parece más ficción y experimental que documental, pero es un viaje personal hacia el duelo de Miryam Charles. Todos los personajes son interpretados por actores, e incluso hay entrevistas – como es lo usual en un documental – pero son guionizadas. “Lo que propongo son historias inventadas, pero no tan alejadas de la realidad”, dice la actriz que interpreta a Terra, la prima de Charles, mirando a la cámara en una entrevista imaginada. No es de extrañarse tampoco que la película se presente en un formato de 4:3 – típico de televisión hace unos años –, mostrando una realidad imaginada a través de la cámara.
La película enfrentó varios retos. El más notorio fue el ser rodada en pandemia, lo que imposibilitó viajar a Haití para grabar algunas escenas. Pero lo que fue una dificultad, Charles lo convirtió en una fortaleza. Decidió grabar las escenas de casa en un estudio para que se vieran artificiales a propósito y así generar cierta distancia con la historia que estaba narrando, creando una puesta en escena teatral. De igual forma, las escenas en Haití fueron grabadas en la isla de Dominica, y la directora utilizó sonidos que tenía grabados de hace años cuando viajó Haití a visitar a su familia.
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Cette Maison es una fiel representación de lo que es la memoria. Inexacta, a veces parece ficcional. La memoria no es un espejo de la realidad, se va construyendo y reconstruyendo con el tiempo en la mente, así como la película.
“Lo estamos inventando. Eso es lo que hacemos aquí, ¿verdad? Lo estamos intentando. Estamos intentando escribir una historia… otra historia… Una historia imposible”, dice Terra frente a la cámara. En realidad, es una historia imposible. Es el homenaje que le hace Miryam Charles a su prima, en un intento por reescribir su duelo.
La ‘docuficción’ permite reimaginar la realidad y romperla. Jugar con los escenarios, crear nuevas ficciones, escribir otros finales. Sí, todo lo que se merece la prima de Miryam Charles y su recuerdo.