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                                                                                                                                Dolly Mejía: una poetisa con convicción

                                                                                                                                La filóloga y escritora colombiana Olga Echavarría lanzó en el 2015 “Aún llueve en Torcoroma”, publicada por Hilo de Plata Editores. Esta novela biográfica sumergirá al lector en la vida íntima de la poetisa Dolly Mejía. El próximo jueves 21 de abril, durante la FILBO, la autora conversará junto con la escritora Alexandra Castrillón en el Gran salón E a las 2:00 pm, acerca de esta obra que revela los secretos de la poetisa colombiana.

                                                                                                                                Elena Chafyrtth

                                                                                                                                La biografía novelada “Aun llueve en Torcoroma” fue ganadora del concurso Estímulos al Talento Creativo del Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia en el 2016.
                                                                                                                                Foto: Daniel Robledo E.
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Dentro de los muros de aquel lugar, en lo más alto de una pared, reposaba una fotografía de ella. Sus obras se hallaban en la sección de tomos antiguos, catalogadas como libros fuera de circulación. Para Olga Echavarría, escribir una tesis no era suficiente para rescatar la obra, la memoria de la poeta y traerla de vuelta a la vida de los lectores. Entonces decidió escribir varias cartas para obtener acceso a sus archivos, visitó a los familiares Mejía del pueblo, entrevistó a personas que la conocieron y poco a poco fue recopilando toda la información que pudo para posteriormente publicarla en Wikipedia. Su obsesión era una sola: sacar del olvido a aquella mujer que, a pesar de las cicatrices que llevaba sobre su ser, nunca dejó de escribir.

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                La historia comienza cuando Ignacio recibe una llamada. El coronel Gómez, esposo de Dolly, le ha pedido que por favor vaya a recoger las cosas que la poetisa dejó en su casa de Torcoroma días antes de su muerte. No es una casualidad, el coronel supo de su amorío, también leyó la correspondencia que tuvieron Ignacio y Dolly durante años. Por eso desea que el dolor se prolongue; quiere que se reencuentre con los objetos del pasado que le pertenecieron a la única mujer que realmente amó. Una vez entra en aquella finca se encuentra con las cartas que él le escribió en todos esos años. Ella siempre acompañaba sus cartas con uno que otro poema. “Oír voces que se fueron y otras voces que han venido, cansancio en mi propia sangre, languidez en mis sentidos”. Toca el papel, cree que haciéndolo podrá sentir aquellos versos.

                                                                                                                                Podría interesarle: Del escrache a la cancelación

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Desde hacía mucho tiempo, Ignacio sabía que su amor por la mujer de ojos grandes y cabello rubio jamás se concretaría en matrimonio. No era por falta de amor, sino por la certeza de que muchos hombres se cruzarían en su camino. Desde su infancia, la poetisa había padecido crisis depresivas que la mantenían encerrada en su habitación durante semanas. Pero quizás, la más fuerte de todas fue cuando su esposo, el señor Hernández, falleció.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Le recomendamos: Prográmese para el 20 de abril en la FILBo

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                En sus ciento sesenta y cuatro páginas, el lector podrá adentrarse en la vida de esta poetisa oriunda de Jericó, quien, a pesar de haber sufrido numerosos momentos difíciles tras la muerte de su amado y padecer eventos depresivos que la sumieron en una profunda oscuridad, nunca dejó de escribir. La escritora Olga Echavarría, a través de sus personajes, recrea los momentos más importantes que vivió la autora, quien con sus versos sutiles y puros revolucionó la poesía de aquella época.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                La biografía novelada “Aun llueve en Torcoroma” fue ganadora del concurso Estímulos al Talento Creativo del Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia en el 2016.
                                                                                                                                Foto: Daniel Robledo E.
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Dentro de los muros de aquel lugar, en lo más alto de una pared, reposaba una fotografía de ella. Sus obras se hallaban en la sección de tomos antiguos, catalogadas como libros fuera de circulación. Para Olga Echavarría, escribir una tesis no era suficiente para rescatar la obra, la memoria de la poeta y traerla de vuelta a la vida de los lectores. Entonces decidió escribir varias cartas para obtener acceso a sus archivos, visitó a los familiares Mejía del pueblo, entrevistó a personas que la conocieron y poco a poco fue recopilando toda la información que pudo para posteriormente publicarla en Wikipedia. Su obsesión era una sola: sacar del olvido a aquella mujer que, a pesar de las cicatrices que llevaba sobre su ser, nunca dejó de escribir.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Ignacio evoca con sentimientos encontrados aquellos tiempos en que la poetisa, en su caminar por los claustros del convento, presenció cómo la salud de la Madre Auxiliadora se desvanecía. Con regularidad, el doctor Alberto Hernández atendía a la Madre, y fue así como Dolly se enamoró perdidamente de aquel hombre que la intimidaba con solo su presencia. Durante meses, dedicó su tiempo a escribirle poemas al médico que había sacudido su corazón desde el primer instante en que lo vio, hasta que llegó el día en que Hernández le propuso matrimonio. La ceremonia se celebraría en Torcoroma, lugar que sería testigo de muchas historias.

                                                                                                                                Desde hacía mucho tiempo, Ignacio sabía que su amor por la mujer de ojos grandes y cabello rubio jamás se concretaría en matrimonio. No era por falta de amor, sino por la certeza de que muchos hombres se cruzarían en su camino. Desde su infancia, la poetisa había padecido crisis depresivas que la mantenían encerrada en su habitación durante semanas. Pero quizás, la más fuerte de todas fue cuando su esposo, el señor Hernández, falleció.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Le recomendamos: Prográmese para el 20 de abril en la FILBo

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                                                                                                                                Durante un mes, Ignacio estuvo al lado de ella, cuidándola y visitándola a diario. Las mujeres de la época desconfiaban de la autora, pues no se ajustaba a las normas sociales y se enfocaba en su pasión por la poesía en lugar de dedicarse al hogar. Sin embargo, su amor por la literatura y el periodismo fue más fuerte, tanto, que la llevó en 1945 a dirigir el suplemento literario de La República, para luego ser periodista de planta en El Tiempo y colaboradora de Cromos y El Colombiano. Poco a poco, demostró a aquellas mujeres que no necesitaba de un hombre para mantenerse a sí misma. En una época donde las mujeres no podían estudiar en las universidades del país –pues no fue hasta 1935 que se les permitió el acceso a la educación superior, y no fue sino hasta la década de 1950 que ese derecho se amplió a nivel nacional– y no tenían derecho al voto –que llegaría hasta el año 1957–, ella se mantuvo firme en su deseo de aprender, estudiando Museología en Francia y convirtiéndose en una reconocida crítica de arte.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Por su parte María Elena, la admiradora de la poetisa, se adentra en una búsqueda minuciosa en las publicaciones de su referente y descubre que sus notas periodísticas han sido eliminadas del archivo del periódico El Tiempo. Este hallazgo la lleva a sospechar que había una intención de ocultar su legado. No obstante, encuentra una copia de su primer libro, “Las Horas Doradas”, el cual cuenta con un prólogo escrito por su amigo cercano, el poeta Eduardo Carranza, con quien compartió numerosas fiestas y eventos literarios.

                                                                                                                                En sus ciento sesenta y cuatro páginas, el lector podrá adentrarse en la vida de esta poetisa oriunda de Jericó, quien, a pesar de haber sufrido numerosos momentos difíciles tras la muerte de su amado y padecer eventos depresivos que la sumieron en una profunda oscuridad, nunca dejó de escribir. La escritora Olga Echavarría, a través de sus personajes, recrea los momentos más importantes que vivió la autora, quien con sus versos sutiles y puros revolucionó la poesía de aquella época.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Si le interesa seguir leyendo sobre El Magazín Cultural, puede ingresar aquí 🎭🎨🎻📚📖

                                                                                                                                Por Elena Chafyrtth

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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