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La artista colombiana Doris Salcedo exhibe por primera vez su trabajo en el área de Washington D.C, en Estados Unidos. Una selección de sus esculturas se presentarán en el museo de Glenstone, en Maryland, que también le comisionó una de ellas. Se trata de piezas hechas con seda y más de 12.000 agujas de coser que fueron intervenidas antes de incrustadas en la tela, cuya forma se asemeje a los chales. Dependiendo del ángulo del espectador, los detalles de la seda y el metal aparecen más o menos visibles, una técnica que evoca al olvido. De ahí el nombre de la muestra “Disremembered” o “Desrecordados”.
“Cada vez que experimentamos una masacre, de repente recordamos masacres pasadas, pero ya hemos olvidado lo que soportaron estas familias, y es ese mismo olvido el que abordan estas piezas”, dice Salcedo en entrevista con The Art Newspaper. “Son como fantasmas en el sentido de que casi no están del todo porque el proceso de olvido ya se ha producido”.
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Para hacer las cuatro partes que componen “Disremembered X (2020/2021)”, el encargo del museo de Glenstone, Salcedo realizó entrevistas con madres estadounidenses cuyos hijos fallecieron producto de la violencia con armas. El título de la serie, para la que ya había producido otras piezas (2014), corresponde a una palabra utilizada por la nobel de literatura Toni Morrison en su obra Beloved, de 1987. “Desrecordar” o olvidar los eventos pasados que aún desangran el presente.
“Cuando pierdes a un padre, te llaman huérfana, pero el dolor que sienten las madres es algo que ni siquiera somos capaz de nombrar”, afirma la arista en el mencionado medio. “Una mujer me dijo que le tenía miedo al Alzheimer porque se olvidaría de su hijo. Es un duelo que sucede a diario incluso después de que la atención de los medios ha desaparecido: estos padres desayunan solos, almuerzan solos, tienen que vivir en una casa vacía y obligarse a trabajar y tratar de olvidar a pesar de este dolor incesante”.
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En entrevista con el Museo de Arte Contemporáneo de Chicago, donde la artista ya ha tenido exposiciones individuales, habló sobre la tela y las agujas, una obra que es peligrosa y delicada a la vez. “Es intocable, pero sigue siendo increíblemente amoroso. Son todos los contrastes que encuentro especialmente en las madres que han perdido un hijo. Es un dolor insoportable”. Salcedo, considera que su exposición hace un llamado a nuestra incapacidad de llorar colectivamente los duelos que nos agravian como sociedad.