Eça de Queiroz: comicidad y realismo (Plumas transgresoras)
El autor José María de Eça de Queiroz (1845-1900) fue considerado como el mayor escritor portugués de estilo realista. Entre sus obras se destacan El crimen del padre Amaro (1875), El primo Basilio (1878) y Los Maia (1888).
Mónica Acebedo
“¿En qué consiste la educación de un sacerdote? Primo: en prepararlo para el celibato y para la virginidad; esto es, para la supresión violenta de los sentimientos más naturales. Secundo: en evitar cualquier conocimiento y cualquier idea que sea capaz de poner en duda la fe católica; esto es, la supresión forzada del espíritu de indagación y de examen, por lo tanto, de toda la ciencia verdadera y humana…”. El crimen del padre Amaro.
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“¿En qué consiste la educación de un sacerdote? Primo: en prepararlo para el celibato y para la virginidad; esto es, para la supresión violenta de los sentimientos más naturales. Secundo: en evitar cualquier conocimiento y cualquier idea que sea capaz de poner en duda la fe católica; esto es, la supresión forzada del espíritu de indagación y de examen, por lo tanto, de toda la ciencia verdadera y humana…”. El crimen del padre Amaro.
La prosa de Eça de Queiroz es considerada como una de las más representativas de la lengua portuguesa y, un referente fundamental tanto en la literatura lusófona, como en la hispanoamericana. Su estilo se caracterizó por innovar en el lenguaje (fue un maestro de los neologismos), en el humor y sintaxis. Además, su pluma es considerada transgresora por presentar en sus escritos una crítica social, política y satírica a la clase burguesa y al clero, a través de personajes variados que dejan ver sus pasiones, sentimientos, vicios y comportamientos en un ambiente verosímil y realista. Afirman Martín de Riquer y José María Valverde: “Eça de Queiroz es una personalidad de orden universal, y precisamente si acertó a situar la literatura portuguesa en una posición fecunda fue gracias a su formación cosmopolita: desde sus puestos diplomáticos en el extranjero «lisboizaba» su estilo, mientras adoptaba exteriormente un aire olvidado de su patria. Cualquier página suya impresiona, ante todo, por su prosa de sabio ritmo […]” (Historia de la literatura universal II, RBA, 2005 Ed digital, Kindle, p.367).
Eça de Queiroz nació el 25 de noviembre de 1854 en Póvoa de Varzim (Portugal), de padre brasileño y madre portuguesa. Su educación escolar la recibió en Oporto. Después estudió derecho y ejerció un tiempo como abogado en Lisboa. Luego, estuvo unos años dedicado al periodismo, a la administración pública y a la diplomacia (cónsul de Portugal en: la Havana, Cuba, en New Castle, Bristol y París). Desde muy joven se aficionó a las letras, en especial desde su paso por el periodismo. Muchas experiencias como funcionario público y como diplomático quedaron plasmadas en sus obras literarias.
Fue el precursor del realismo portugués; el 12 de julio de 1871, en un salón del Casino Lisbonense dio una conferencia llamada «El Realismo como nueva expresión del arte» en la que defendía la prosa realista y naturalista por oposición a la del Romanticismo decimonónico. Según el autor, el realismo “es una base filosófica para todas las concepciones del espíritu: una ley, un prontuario, una guía del pensamiento humano en la eterna región de lo bello, lo bueno y los justo” (Introducción de El crimen del padre Amaro, ed. Penguin Digital, Kindle, p.3).
El crimen del padre Amaro (1875), su primera novela, tuvo mucho éxito, disparó su carrera como escritor y provocó escándalo en los círculos sociales portugueses. Es la historia de un sacerdote, Amaro Viera, nombrado párroco de Leiria (un pueblo que el autor conocía muy bien por haber sido su gobernador) que se enamora de Amélia, la hija de la mujer que lo hospeda. El cura logra convencer a la muchacha para que acceda a tener una relación íntima que se mantiene en secreto. La convence que sus actos no son pecado y que no debe preocuparse. La joven queda embarazada y el padre sigue jugando la carta de la doble moral al quitarle el bebé y otros sucesos macabros que, claramente, denuncian la hipocresía del clero y de la sociedad del momento, junto con la corrupción, el abuso del poder y la forma cómo la iglesia manipulaba la fe de los creyentes: “mientras en este país haya sacerdotes respetables como Sus Señorías, ¡Portugal mantendrá con dignidad su lugar en Europa! ¡Porque la fe, señores míos, es la base del orden!”. Pero, además, hace una descripción sicológica de los tormentos, las dudas de los personajes y vituperios contra las mujeres: “Y citando a san Juan de Damasco y a san Crisólogo, a san Cipriano y a san Jerónimo, explicaba los anatemas de los santos contra la mujer, a quien llamaba, conforme a las expresiones de la Iglesia, serpiente, dardo, hija de la mentira, puerta del infierno, cabeza de pecado, escorpión…”.
Otras de sus novelas que lo ratificaron como uno de los escritores más importantes de la lengua portuguesa: El Primo Basilio (1878); El Mandarín (1880); La Reliquia (1887); Los Maia (1888); La Ciudad y las Sierras (1901, póstuma).
En conclusión, Eça de Queiroz fue el novelista que selló el movimiento realista / naturalista en la literatura portuguesa. Su prosa escandalizó a una sociedad muy conversadora y católica que sintió a través de novelas entretenidas e irónicas una diatriba contra la doble moral, la corrupción y a la hipocresía. Sus escritos y estilo sirvieron de referente a otros escritores posteriores, tanto en Portugal como en Brasil, como José Saramago, Machado de Assis o Aluísio Azevedo. Su narrativa innovadora, una observación social precisa, el uso original del lenguaje le otorgaron un puesto en el canon de la literatura universal.