El Caravaggio “perdido” que casi fue vendido por nada llega al Museo del Prado
El “Ecce Homo” de Caravaggio que casi fue vendido por 1.500 euros en una subasta al pensarse que era de un pintor menor, se exhibirá a partir de esta semana en el madrileño Museo del Prado.
Se trata de un cuadro de “valor extraordinario”, “perdido” durante años, y que representó “uno de los mayores descubrimientos de la historia del arte” al ser certificado como obra del maestro italiano.
Así describe la obra de 400 años el Museo del Prado, que lo mantendrá expuesto desde este martes hasta octubre, gracias a la “generosidad de su nuevo propietario”, al cual no identificó, y quien aceptó cederlo en “préstamo temporal”.
Pintado entre 1605 y 1609, el “Ecce Homo” (“He aquí el hombre” en latín) representa a Cristo de manos atadas y corona de espinas en la cabeza, cuando fue presentado por el gobernador romano Poncio Pilato al pueblo con esas palabras.
Es apenas uno de los sesenta cuadros en el mundo atribuidos al gran artista italiano especializado en claroscuros (1571-1610).
“Evidencias documentales”
Según los expertos, este óleo sobre lienzo de tamaño reducido formó parte de la colección privada del rey Felipe IV de España, antes de ser expuesto en los aposentos de su hijo Carlos II.
Legado a la Real Academia de San Fernando, en Madrid, fue recuperado en 1823 por el diplomático español Evaristo Pérez de Castro Méndez, quien lo intercambió por otra obra. A partir de entonces, perteneció a su familia.
En 2021, una casa de remates madrileña lo tasó en 1.500 euros (1.630 dólares) al pensar que el autor era un miembro de la escuela de José de Ribera, pintor español de la primera mitad del siglo XVII conocido por sus composiciones religiosas.
Alertado por expertos, el Museo del Prado dio la voz de alarma ante las “evidencias documentales y estilísticas suficientes” que hacían sospechar que era de Caravaggio.
Preventivamente, el Ministerio de Cultura español bloqueó la subasta, una medida tomada en el último minuto que rescató del olvido al cuadro, posteriormente certificado por especialistas como obra del maestro italiano.
Restaurado en su totalidad
Entre los expertos figuraba Maria Cristina Terzaghi, profesora de Historia del Arte en la Universidad de Roma III, quien en 2021 contó cómo se desarrolló lo que ella bautizó como “la operación Caravaggio”.
“Vi el cuadro en una imagen que me habían enviado por Whatsapp unos amigos anticuarios, y que habían entendido al momento que podía tratarse de una obra muy importante”, relató Terzaghi.
Horas después, ya en Madrid, pudo verlo en persona y quedó impresionada por los elementos en el lienzo típicos de Caravaggio, como el brillo del torso, “la tridimensionalidad” de las figuras sobre un fundido “casi cinematográfico”, su tamaño...
“No tuve más duda (...) Para mí era evidente que se trataba de una obra de Caravaggio”, afirmó.
Antes de llegar al Prado, que lo mostrará en una “instalación individual especial”, el cuadro fue completamente restaurado, bajo la dirección del especialista Andrea Cipriani.
Según medios españoles, la pintura fue comprada por 36 millones de euros (39 millones de dólares) por su nuevo propietario, un ciudadano británico residente en España, y podría permanecer expuesta al público tras su paso por el Prado.
“El cuadro no va a acabar en casa del comprador”, porque este quiere que “esté en colecciones públicas, de momento, en forma de préstamo”, explicó Jorge Coll, responsable de la galería a cargo de su venta.
Una buena noticia para los amantes de Caravaggio, quien también tuvo una vida tumultuosa y fue un personaje olvidado por siglos antes de volver a ser reconocido como un genio a partir de los años cincuenta.
Se trata de un cuadro de “valor extraordinario”, “perdido” durante años, y que representó “uno de los mayores descubrimientos de la historia del arte” al ser certificado como obra del maestro italiano.
Así describe la obra de 400 años el Museo del Prado, que lo mantendrá expuesto desde este martes hasta octubre, gracias a la “generosidad de su nuevo propietario”, al cual no identificó, y quien aceptó cederlo en “préstamo temporal”.
Pintado entre 1605 y 1609, el “Ecce Homo” (“He aquí el hombre” en latín) representa a Cristo de manos atadas y corona de espinas en la cabeza, cuando fue presentado por el gobernador romano Poncio Pilato al pueblo con esas palabras.
Es apenas uno de los sesenta cuadros en el mundo atribuidos al gran artista italiano especializado en claroscuros (1571-1610).
“Evidencias documentales”
Según los expertos, este óleo sobre lienzo de tamaño reducido formó parte de la colección privada del rey Felipe IV de España, antes de ser expuesto en los aposentos de su hijo Carlos II.
Legado a la Real Academia de San Fernando, en Madrid, fue recuperado en 1823 por el diplomático español Evaristo Pérez de Castro Méndez, quien lo intercambió por otra obra. A partir de entonces, perteneció a su familia.
En 2021, una casa de remates madrileña lo tasó en 1.500 euros (1.630 dólares) al pensar que el autor era un miembro de la escuela de José de Ribera, pintor español de la primera mitad del siglo XVII conocido por sus composiciones religiosas.
Alertado por expertos, el Museo del Prado dio la voz de alarma ante las “evidencias documentales y estilísticas suficientes” que hacían sospechar que era de Caravaggio.
Preventivamente, el Ministerio de Cultura español bloqueó la subasta, una medida tomada en el último minuto que rescató del olvido al cuadro, posteriormente certificado por especialistas como obra del maestro italiano.
Restaurado en su totalidad
Entre los expertos figuraba Maria Cristina Terzaghi, profesora de Historia del Arte en la Universidad de Roma III, quien en 2021 contó cómo se desarrolló lo que ella bautizó como “la operación Caravaggio”.
“Vi el cuadro en una imagen que me habían enviado por Whatsapp unos amigos anticuarios, y que habían entendido al momento que podía tratarse de una obra muy importante”, relató Terzaghi.
Horas después, ya en Madrid, pudo verlo en persona y quedó impresionada por los elementos en el lienzo típicos de Caravaggio, como el brillo del torso, “la tridimensionalidad” de las figuras sobre un fundido “casi cinematográfico”, su tamaño...
“No tuve más duda (...) Para mí era evidente que se trataba de una obra de Caravaggio”, afirmó.
Antes de llegar al Prado, que lo mostrará en una “instalación individual especial”, el cuadro fue completamente restaurado, bajo la dirección del especialista Andrea Cipriani.
Según medios españoles, la pintura fue comprada por 36 millones de euros (39 millones de dólares) por su nuevo propietario, un ciudadano británico residente en España, y podría permanecer expuesta al público tras su paso por el Prado.
“El cuadro no va a acabar en casa del comprador”, porque este quiere que “esté en colecciones públicas, de momento, en forma de préstamo”, explicó Jorge Coll, responsable de la galería a cargo de su venta.
Una buena noticia para los amantes de Caravaggio, quien también tuvo una vida tumultuosa y fue un personaje olvidado por siglos antes de volver a ser reconocido como un genio a partir de los años cincuenta.