El pintor Edvard Munch dejó un legado pictórico de más de mil obras. EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON
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Entre tonos naranjas y azules que dan una sensación de desasosiego, una figura misteriosa grita sobre un puente. En el cuadro no hay más, pero con esto basta para entender que se trata de la obra más reconocida de Edvard Munch, “El grito”. Pintada en 1893, esta obra, conocida como símbolo de angustia y ansiedad, representa la confusión interna del artista. El protagonista de esta pieza parece estar gritando, pero para unos, como el curador James Payne, el hombre de la imagen está cubriendo sus oídos para bloquear su grito.
Por Andrea Jaramillo Caro
Periodista y gestora editorial de la Pontificia Universidad Javeriana, con énfasis en temas de artes visuales e historia del arte. Se vinculó como practicante en septiembre de 2021 y en enero de 2022 fue contratada como periodista de la sección de Cultura.@Andreajc1406ajaramillo@elespectador.com