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El 23 de enero de 1944 fallecía Edvard Munch en Oslo, Noruega. Considerado como uno de los precursores del movimiento expresionista a inicios del siglo XX. El pintor alcanzó la fama con algunas obras como “La niña enferma” (1886), “La desesperación” (1892), “Inger en la playa” (1889) y su pintura más famosa, “El grito” (1893).
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Su estilo se caracterizó por ir en contra de lo que se mostraba en el impresionismo, donde se destacaba a la naturaleza, los paisajes exteriores y retratos de la vida cotidiana. Munch mostró en su obra el reflejo de sus emociones, basándose en experiencias personales que le habían causado dolor, angustia y soledad, como la muerte de su madre y de una de sus hermanas cuando era un niño.
En 2005, la escritora británica Sue Prideaux publicó el libro “Edvard Munch: Behind The Scream”, donde relató algunas de las anécdotas que hay detrás de la pintura “El grito”, que fue robada en dos ocasiones entre 1994 y 2004, y apuntes biográficos del artista. El texto también narra la travesía de más de 80 pinturas del artista que cayeron en manos de Adolf Hitler en 1938.
De acuerdo con el relato, el ‘Führer’ le solicitó a Joseph Goebbels, ministro para la Ilustración Pública y Propaganda, organizar una exposición en Berlín llamada “Entartete Kunst” (Arte degenerado), en la que se reunieran distintas pinturas y esculturas que emitieran un mensaje de “moral baja y estilo pernicioso”, para luego destruirlas. Dentro de estas obras se encontraban algunas firmas como Henri Toulouse-Lautrec, Henri Matisse, Rembrandt y Munch.
Algunos de los altos cargos dentro del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, encontraron el valor comercial que tenían varias de estas pinturas y las vendieron en subasta para financiar el régimen, y en otros casos se quedaron con algunas de ellas. Prideaux señala que no existió un catálogo formal para tener conocimiento, puntualmente, de cuántas de estas fueron vendidas, guardadas o destruidas.
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En 2012, la fiscalía de Augsburgo, en Alemania, confiscó al coleccionista Cornelius Gurlitt (1932 - 2014), al rededor de 1.500 obras que pertenecieron a su padre Hildebrand Gurlitt, un comerciante e historiador que tuvo participación activa en el despojo de obras de arte para añadirlos a la “Entartete Kunst”. Las piezas artísticas de Otto Dix, Franz Marc, Claude Monet, Munch, y más, fueron entregadas al Museo de Arte de Berna (Suiza), donde se presentaron por primera vez en exhibición abierta al público en 2017.