Efemérides, la persistencia del recuerdo
Son mucho más que fechas marcadas en el calendario. Estas son recordatorios de la memoria colectiva y posibilidades para conectar el pasado con el presente.
Samuel Sosa Velandia
Eduardo Galeano tenía la convicción de que “uno sobrevive en los demás: en la memoria y en los actos”. Aunque le era incierto quiénes serían las personas o las fuerzas que permitirían que algo persistiera en el tiempo, para él no existía otra forma de inmortalidad más que la que se desprende de los recuerdos y de lo que uno decida hacer con ellos. El 13 de abril de 2025 se conmemorarán 10 años de su muerte. Ese día, quizá, sus palabras tomarán sentido. Veremos cómo siguen las brisas de un viento que no acabó, aun cuando su vida sí lo hizo, así como dijo en una entrevista para la BBC, en la que habló sobre su legado y la muerte.
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Eduardo Galeano tenía la convicción de que “uno sobrevive en los demás: en la memoria y en los actos”. Aunque le era incierto quiénes serían las personas o las fuerzas que permitirían que algo persistiera en el tiempo, para él no existía otra forma de inmortalidad más que la que se desprende de los recuerdos y de lo que uno decida hacer con ellos. El 13 de abril de 2025 se conmemorarán 10 años de su muerte. Ese día, quizá, sus palabras tomarán sentido. Veremos cómo siguen las brisas de un viento que no acabó, aun cuando su vida sí lo hizo, así como dijo en una entrevista para la BBC, en la que habló sobre su legado y la muerte.
Cada año, en el calendario aparecen fechas que nos invitan a conversar sobre el tiempo y la historia. Se abre lugar para recordar momentos y personajes que ofrecen significados colectivos y propician la conversación. Esa es la esencia de una efeméride, aseguró el escritor Federico Díaz Granados, quien opinó que en fechas en las que se celebra la primera edición de una novela o se conmemora la muerte de un autor se evita que su paso se diluya en el olvido y se reconoce lo que identifica a una comunidad, un país o un continente.
Para el escritor, que ha percibido una ausencia de mitos que ha derivado en la necesidad de inventar héroes, demagogos, dictadores y figuras que han causado daño a las sociedades, es importante mirar al pasado. “Hay que volver a esas obras y símbolos culturales que de alguna manera nos han dado esa identidad común. Estos elementos han creado puentes entre el pasado, el presente y nos permiten mirar hacia el futuro. Todo eso permite reforzar el sentido de pertenencia, o en el caso de lo literario, nos dan una voz ante el mundo”, reflexionó.
El historiador Enzo Traverso plasmó en su libro “El pasado, instrucciones de uso”, que hay unas memorias que son oficiales, y que se sostienen por instituciones e incluso por Estados, y otras que llamó “memorias subterráneas”, que carecen de visibilidad. Por eso afirmó que en cuanto algo es más fuerte en reconocimiento público e institucional, se vuelve susceptible de ser explorado y puesto en la historia. Así ocurrió el año pasado con la decisión del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, que declaró 2024 como el año de “La vorágine” y Arnoldo Palacios: una obra y un autor que representan y narran historias colombianas, pero que no son conocidas por todos.
Daniella Sánchez, directora del grupo de literatura en el Ministerio, habló para El Espectador y explicó que estas decisiones no se tomaban al azar, sino que son voluntades políticas de la cartera que, desde sus inicios, ha implementado la práctica de celebrar efemérides, que tiene la intención de visibilizar, honrar y propiciar la visita del archivo literaria y, a partir de la (re)lectura, generar conversaciones.
De igual manera, señaló que los criterios de la entidad para seleccionar las efemérides literarias “se estructuran en torno a un delicado equilibrio entre la celebración de las obras destacadas de autores colombianos y la necesidad imperiosa de visibilizar el vasto patrimonio literario nacional”. Por lo cual, se ha priorizado buscar una representación equitativa de las diversas regiones del país y que sirvan como vehículo de memoria colectiva. “Este enfoque busca no solo destacar las contribuciones literarias existentes, sino también contextualizarlas dentro del flujo histórico y cultural de Colombia, fomentando una relectura crítica de la narrativa nacional”, agregó.
La selección de las efemérides literarias se realiza a través de un proceso colaborativo que involucra a equipos técnicos del ministerio, la Biblioteca Nacional de Colombia y el Instituto Caro y Cuervo. Tras la elección inicial, se conforma un comité de expertos interdisciplinario que incluye representantes de diversas instituciones públicas y privadas. Este comité apoya en la definición de las acciones conmemorativas, asegurando un abordaje holístico que integre las dimensiones literarias, históricas y culturales de cada efeméride. “La selección de efemérides no se limita a un único autor u obra, sino que puede abarcar múltiples figuras literarias y sus creaciones, reflejando la pluralidad y riqueza de la tradición literaria colombiana”, puntualizó la directora.
Dicha determinación del Ministerio se formaliza mediante una resolución. En ese documento se establece que los grupos del Ministerio deben contar con presupuesto para que se puedan desarrollar actividades y proyectos que permitan promover la vida y obra del autor, así como evaluar la dinámica de las artes y la cultura en la región en la que nació.
Este 2025 se declaró como el año de Guillermo Cano Isaza, en conmemoración a los 100 años de su natalicio. Así, la cartera ministerial promoverá acciones que le rendirán tributo en el marco de sus actividades en el campo periodístico y cultural.
El debate de la memoria
El año pasado surgieron algunos comentarios que afirmaban que la elección por homenajear al escritor chocoano Arnoldo Palacios estaba viciada por una única intención de exaltar relatos que coincidían con algunas de las ideas defendidas por el gobierno de Gustavo Petro. En ese momento, Sánchez manifestó que no se trataba de propaganda sobre una ideología, sino que esa decisión respondía a una responsabilidad estatal de hacer que la literatura fuera relevante.
En la conversación para este diario se refirió sobre este caso y dijo que por naturaleza la literatura es un territorio de una carga política intrínseca, pues es el reflejo de una crítica de las estructuras sociales. Sin embargo, dijo que eso no significa que caiga en la politización. “El caso de Arnoldo Palacios ilustra cómo una efeméride puede resaltar la literatura como un acto de resistencia y afirmación cultural, especialmente desde una región como el Chocó, históricamente marginalizada. Estas conmemoraciones fomentan el diálogo y el reconocimiento de identidades diversas, evitando la instrumentalización de las obras”.
Por su parte, Díaz Grados reconoció este trabajo. Considera que es valioso y fundamental en cuanto a que estas efemérides ayudan a exaltar la importancia de las obras, sus autores e identificar el legado. “Esas conmemoraciones o celebraciones nos invitan a reflexionar sobre por qué podemos considerar a ese autor o autora como un símbolo nacional, cuyo aporte cultural nos cohesiona como sociedad”. De hecho, señaló que las críticas que surgen por si fue la decisión correcta, o si la imagen de cierto autor está siendo politizada, son positivas, pues plantear ese debate evidencia que la cultura atraviesa los demás asuntos del país. “Un país que conoce a sus íconos culturales, que valora sus grandes obras, es sin duda un país mucho más preparado para hablar de paz”, aseveró.
En lo que sí dijo que debían ponerse más esfuerzos es sobre la articulación con los planteles educativos, para que estas efemérides sean un eje de enseñanza, que vaya más allá de los esfuerzos de un docente y sea algo institucional, que permita un acercamiento crítico y consciente a la obra y el autor. Respecto a eso, Sánchez manifestó que desde entidades como la Biblioteca Nacional se ha desarrollado este trabajo.
“Un ejemplo claro de cómo funcionaron las efemérides literarias en 2024 está en la conmemoración de ´La vorágine´, en la que trabajamos de manera activa con seminarios y talleres de escritura en colegios públicos de departamentos como Putumayo, Casanare y Vaupés. Además, la Red Nacional de Bibliotecas Públicas de la Biblioteca Nacional de Colombia juega un papel clave en ampliar el acceso a la literatura, ya que su alcance llega a diversos rincones del país”, detalló.
De Austen a Galeano: algunas efemérides literarias en 2025
El nuevo año llegó con diferentes aniversarios literarios de relevancia nacional e internacional. Desde natalicios, aniversarios de fallecimiento y aniversarios de publicación de obras literarias, para 2025 hay diferentes conmemoraciones por realizar.
Por un lado, se celebran 50 años de la publicación de “Otoño del patriarca”, de Gabriel García Márquez. Esta obra fue publicada por primera vez en 1975. Asimismo, se cumplirán 100 años de la publicación de la novela de José Asunción Silva: “De sobremesa”.
En cuanto a los natalicios, el 16 de diciembre se cumplirán 250 años del nacimiento de la autora británica Jane Austen. Adicionalmente, se conmemorarán los nacimientos de Guillermo Cano Isaza y Orlando Fals Borda, nacidos el 12 de agosto de 1925 y 11 de julio del mismo año, respectivamente. Este 2025 también se cumplirán 10 años de la muerte de Eduardo Galeano y los 30 de Marvel Moreno.