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“Ella, como la estirpe de los García Márquez, ha venido a este mundo a contar historias”, escribió Gustavo Tatis en el diario El Universal. En su nota, revela que Indira Cato, la cineasta mexicana, es la hija natural de Gabriel García Márquez. Y tiene razón. Tanto Cato como García Márquez coinciden en la vocación de narrar historias, pero, más allá de eso, comparten el amor como eje de las mismas.
Llévate mis amores (2014), producida por Indira Cato y dirigida por Arturo González Villaseñor, cuenta la historia de Las Patronas, un grupo de mujeres que les preparan y entregan comida a los migrantes que viajan encima de La Bestia, el tren que cruza México en dirección a Estados Unidos. El documental, ganador en el Festival Internacional de Cine de Los Cabos, es una mirada íntima a estas mujeres que, desde 1995, son ejemplo de solidaridad con aquellos que buscan un futuro mejor.
“Esto no puede ser más que un acto de amor puro y absoluto. Las bolsas sí llevan fríjoles y arroz, pero, en realidad, lo que llevan es amor”, afirmó Cato en charla con el Instituto Mexicano de Cinematografía. El título de su obra viene de la fugacidad propia de ese acto de amor. Las Patronas lanzan las bolsas y, por un segundo, crean un lazo con los migrantes de La Bestia. Tras ese momento efímero, los pasajeros informales del tren se llevan el esfuerzo y dedicación de aquellas voluntarias en Guadalupe.
Cato y González Villaseñor no solo lograron capturar una de las muchas formas que toma el amor en la producción audiovisual, también tuvieron la oportunidad de vivir este sentimiento en carne propia durante los tres años que grabaron y entrevistaron a Las Patronas. Experimentaron, de primera mano, cómo los panaderos les regalaban pan y botellas de agua, con el fin de apoyar su causa, e incluso, ayudaron a lanzar las bolsas con fríjoles y arroz al tren.
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De una forma menos evidente, Cato también transmite el sentimiento del amor en el cortometraje de ficción ¡Qué grande eres, magazo!, dirigido por ella y escrito por su madre, Susana Cato. En la historia, un mago, el famoso Chen Kai, le cumple dos deseos a una mujer: casarse y que se caiga el mal gobierno. El corto está dedicado al pueblo mexicano y fue lanzado cuando comenzó la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, en diciembre de 2018.
El amor por su país de origen es un sentimiento que Cato comparte con su padre, Gabriel García Márquez. En entrevista con María Elvira Samper, en 1985, el Nobel de Literatura afirmó que, de tener una segunda oportunidad sobre la tierra, haría todo igual excepto irse de Colombia y, curiosamente, tener una hija.
Y es que el amor es una temática transversal en la obra de García Márquez. “Yo no he escrito una línea que no sea sobre el poder, y, sobre todo, sobre el más poderoso, importante, grande y eterno de todos los poderes que es el poder del amor”, afirmó en alguna ocasión el autor de Del amor y otros demonios y Cien años de soledad.
Sus cuentos y novelas, al igual que las producciones de su hija, se nutren de las diferentes formas que adopta este sentimiento. Con la frase “Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaban siempre el destino de los amores contrariados”, el escritor colombiano abre El amor en los tiempos del cólera y hace referencia al mismo en Crónica de una muerte anunciada: “Ángela Vicario se atrevió apenas a insinuar el inconveniente de la falta de amor, pero su madre lo demolió con una sola frase: También el amor se aprende”.