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-Dos muertos y una en coma, todos por traumatismos craneoencefálicos, lesiones vasculares cerebrales e hipoxia, básicamente los ahogaron, pero ningún testigo hasta ahora.
-¿Qué no tenemos?
-Posible arma homicida, muestras de sangre, rastro de huellas, hora aproximada, testimo…
-¡Deténgase!, repita eso, ¿no tomaron muestras de sangre de la escena?
-No señor.
-¡García! ¡Esto nos puede costar el empleo idiota! ¿Cómo es que no las tomaron? ¿En qué maldito planeta estaba, eh?
-Señor, no nos fue posible recoger muestras de sangre porque no había sangre, a mi parecer nuestro asesino no quiso ensuciarse las manos.
-¡Ah! Por supuesto, lo supuse… disculpe mi comportamiento por favor, tengo un dolor de cabeza desesperante, el frío me hace daño, ¿sabe?
-A todos señor, y no es nada jefe, yo también me encuentro alterado, las víctimas eran solo unos niños. Si le sirve de consuelo tomamos muestras de las huellas dactilares de las prendas que llevaban puestas.
-¡Carajo, García! Con esta jaqueca olvidé a mi propio niño, usted acaba de recordármelo, está solo en casa y yo debo tomar el primer vuelo a Alemania para el análisis de las muestras.
-¿Desea que consiga a alguien para que lo cuide señor?
-¡No, no, no García!, usted más que nadie sabe lo corto que estoy de plata, ¿no se da cuenta de lo miserable que es su salario? No, yo no le puedo pagar a nadie para que cuide a mi hijo mientras no estoy, debo pedírselo a alguien de confianza, alguien que no me cobre un peso… ¿Qué tal usted García? ¡Sí! Traeré a Pablo ahora mismo para que lo vigile y de paso le haga compañía. ¿Qué opina?
-Si usted lo dice señor, haré lo que pueda.
***
-¿Cuántos años me dijo que tenía?
- Siete, pol cualta vez señol Galcía.
- ¡Ja! Cada vez se parece más a su papá, parece un señor en el cuerpo de un chiquilín.
-…Galcía, ¿me enseña lo que sabe? De asesinos, clímenes y todo eso.
-¿Todo lo que sé de ciencia forense?
-Sí.
-No, no lo creo, así me lo entregaron y así lo tengo que devolver, no quiero que se me asuste, además hay muchas más cosas que podemos hacer mientras esperamos a su papá, jugar parqués, pedirle dulces a Betty la secretaria o mirar cómo se derrite el hielo.
-Si sigue con eso Galcía el plóximo asesinato selá el suyo, ¿me oyó?
-Si no fuera el hijo del jefe le juro que…
-¿Qué?
-Está bien, ahí le va una clase de ciencia forense. Aquí investigamos las cosas malas que hace la gente mala, tenemos lupas gigantes que nos ayudan a seguir muy de cerca a los asesinos, y si hoy es su día de suerte puede que vea a Sherlock Holmes entrar por esa puerta, ya casi es su hora del almuerzo.
-¡Blavo Galcía!, ahola que telminó de chistal puede empezal con su explicación, no me hable como si tuviela seis.
-Válgame Dios, póngase cómodo pelado. Pues la ciencia forense existe porque la criminalidad existe, ayuda a condenar culpables y exonerar inocentes. Hay diferentes herramientas que lo facilitan, como la fotografía y el análisis de huellas dactilares. ¿Todo claro hasta ahí?
-Como el agua, plosiga mi quelido Galcía.
-Bueno, aquí entra la ciencia, en el proceso de análisis se busca la presencia de un conjunto de regiones específicas del ADN, la identidad genética se determina gracias al VNTR que significa…
-¿Lepeticiones en tándem de númelo valiable? Está esclito en ese afiche.
-Sí, exacto, muy observador Pablo, pero ¿quién está dando la explicación? ¿Quiere aprender o no? Como decía, las pruebas de ADN detectan las repeticiones de nucleótidos en los cromosomas. Para conseguir el ADN que se quiere analizar se puede recurrir a diferentes objetos de la escena del crimen, como tazas, cigarrillos o en este caso ropa, tomamos muestras de ADN de la ropa de esos pobre niños muertos o casi muertos, si no me equivoco eran solo un poco mayores que usted.
-Ya veo señol Galcía, y, ¿qué otlos factoles pueden degladal el ADN?
-Me sorprenden sus preguntas, pues factores como la luz solar, las altas temperaturas o la humedad, pero en caso de que la muestra esté intacta es posible obtener resultados precisos. ¿Cómo la ve Pablito?
-Sumamente intelesante.
-¿Cierto?, Existe un proceso eficaz de análisis, la electroforesis, que separa piezas de ADN mezclándola con un gel especial para que sea posible detectar una secuencia única. Y espere pelado que me cansé.
-¿Un vaso de agua Galcía?
-Fresco, ya respiré.
-¿Y cómo saben si un sospechoso es culpable o inocente?
-Buena pregunta, esta es mi parte favorita, si el ADN coincide, los puntos de la huella genética se alinean, pero si se presenta alguna diferencia en la comparación entonces el sospechoso es descartado, y así pelado, hasta que encontramos coincidencias y descubrimos al asesino.
-Todo eso suena bellísimo Galcía.
-Qué infante tan interesante que es usted.
-Ahola usted es mi ídolo señol Galcía.
-¡Ja!, pues disfruté explicarle todo eso más de lo que usted cree. Oiga, y a todas estas, ¿por qué se interesó tanto por mi trabajo?
-Polque así ya sé cómo demostlal que mi papá es culpable.
-¿Qué está diciendo pelado?
-Sí Galcía, yo vi cómo ahogaba en el lago a los niños que me molestaban en el colegio.
-Betty... deje de comerse esos dulces y envíe a buscar al papá de Pablo, algo me dice que no tiene muchas intenciones de regresar de su viaje a Alemania.
*En esta edición del Magazín presentamos los tres primeros cuentos surgidos de “Con Textos”, un espacio de conversaciones y debates organizado por el Nuevo Gimnasio de Bogotá y El Espectador, liderado por Francisco Javier Burbano y dirigido a estudiantes de los grados 9° 10° y 11° de varios colegios de Bogotá (Colegio Nuevo Gimnasio, Colegio Bilingüe José Max León y Liceo Chico Campestre). Son una pequeña muestra de la manera de percibir el mundo y la vida de las nuevas generaciones del país.*