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                                                                                                                                Contenido Patrocinado
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                                                                                                                                Los ismos de Fiódor Dostoievski

                                                                                                                                A propósito del bicentenario del natalicio del escritor ruso, que se cumple el próximo 11 de noviembre, hablamos sobre algunas ideas que determinaron su obra literaria.

                                                                                                                                Andrés Osorio Guillott

                                                                                                                                Coordinador newsletters
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                                                                                                                                Foto: Mario Rodríguez
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Individualismo, nihilismo y existencialismo son algunos de los ismos más presentes en la narrativa de Fiódor Dostoievski. Todos ellos surgieron no solo de la metamorfosis que vivía Rusia, sino la que vivió él también después de haber salido del campo de prisioneros, donde estuvo entre 1849 y 1854.

                                                                                                                                Le puede interesar: El sufrimiento de mujeres esclavizadas por la medicina ahora tiene un monumento

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                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Le recomendamos: Homenaje al arte colombiano en Tokio

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                                                                                                                                Desde su espiritualidad surgió una preocupación por la moral, una preocupación que justamente lo llevó a notar el individualismo rampante, que se convertiría, con el paso de los años, en uno de los pilares del capitalismo, incluso en el mismo ensayo criticó que aquellos valores que promovía la Revolución francesa (igualdad, libertad y fraternidad) solo eran realmente posibles siempre y cuando hubiera dinero de por medio.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Y esa preocupación por la moral y el exceso de individualismo lo llevó a pensar por toda la humanidad, y de esa idea se desencadenó uno de los primeros aparecimientos del existencialismo en la literatura, pues casi que contemporáneo a él, Soren Kierkegaard empezó a hablar de esta corriente en la filosofía que, años más tarde, se seguiría desarrollando con pensadores como Jean Paul Sartre, Martin Heidegger, Albert Camus y Franz Kafka, entre otros.

                                                                                                                                Tumba de Fiódor Dostoievski, ubicada en San Petersburgo, ciudad donde falleció el 9 de febrero de 1881. / Getty Images
                                                                                                                                Foto: Getty Images
                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Le puede interesar: Nicolás Buenaventura: “Las virtudes están pegaditas a los vicios”

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Le sugerimos: Ty Cobb: La leyenda del villano del béisbol (II)

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                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Raskólnikov, personaje central de Crimen y castigo, es uno de los emblemas de la literatura dostoievskiana y de la narrativa rusa. En palabras de Paul Strathern, que escribió Dostoievski en 90 minutos: “En la mente de Raskólnikov se desarrolla un drama igualmente interesante y vivimos con él sus sentimientos de culpa, junto al terror y la bravuconería que recubren sus pensamientos. Poco a poco va quedando claro que el mayor error de Raskólnikov ha sido no saber juzgarse a sí mismo. Es un intelectual y su mente está repleta de las ideas más modernas, pero no se conoce a sí mismo. Aquí vemos cómo un ser humano puede tener grandes ideas sobre el mundo y nuestro lugar en él y no saber en absoluto lo que significa ser un ser humano”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                De Raskólnikov surgen varias interpretaciones que, incluso, pueden contradecirse entre sí. La primera de ellas es de corte utilitarista, pues tal como lo expresa Strathern, para los intelectuales contemporáneos y coterráneos de Dostoievski, la moral era una construcción social y, por ende, no hay bien ni mal; argumento que el protagonista de Crimen y castigo defiende. Y aquí puede darse un paréntesis, pues del utilitarismo hay un posible escalón al totalitarismo, y esto último lo resalta el filósofo británico John Gray, quien afirma que varios personajes del autor ruso anticiparon o vaticinaron la esencia de las ideas totalitarias en tanto estas legitiman o justifican matar para defenderse y mantenerse.

                                                                                                                                Sin embargo, Raskólnikov aspira a ser un ser superior, y aquí de nuevo resultamos anacrónicos, pero bien vale la pena resaltar que esa figura era la misma que expresaría tiempo después Nietzsche cuando habló del superhombre, de esa figura y ese ser humano que sería capaz de valerse por sí mismo y asumiría sin temor la muerte de Dios.

                                                                                                                                Le recomendamos: María Zambrano, treinta años después de su muerte

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                                                                                                                                "Los hermanos Karamazov", "Crimen y castigo" "Los demonios" o "El jugador" son algunas de las novelas escritas por Fiódor Dostoievski.
                                                                                                                                Foto: Mario Rodríguez
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Individualismo, nihilismo y existencialismo son algunos de los ismos más presentes en la narrativa de Fiódor Dostoievski. Todos ellos surgieron no solo de la metamorfosis que vivía Rusia, sino la que vivió él también después de haber salido del campo de prisioneros, donde estuvo entre 1849 y 1854.

                                                                                                                                Le puede interesar: El sufrimiento de mujeres esclavizadas por la medicina ahora tiene un monumento

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                                                                                                                                Le recomendamos: Homenaje al arte colombiano en Tokio

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                                                                                                                                Desde su espiritualidad surgió una preocupación por la moral, una preocupación que justamente lo llevó a notar el individualismo rampante, que se convertiría, con el paso de los años, en uno de los pilares del capitalismo, incluso en el mismo ensayo criticó que aquellos valores que promovía la Revolución francesa (igualdad, libertad y fraternidad) solo eran realmente posibles siempre y cuando hubiera dinero de por medio.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Y esa preocupación por la moral y el exceso de individualismo lo llevó a pensar por toda la humanidad, y de esa idea se desencadenó uno de los primeros aparecimientos del existencialismo en la literatura, pues casi que contemporáneo a él, Soren Kierkegaard empezó a hablar de esta corriente en la filosofía que, años más tarde, se seguiría desarrollando con pensadores como Jean Paul Sartre, Martin Heidegger, Albert Camus y Franz Kafka, entre otros.

                                                                                                                                Tumba de Fiódor Dostoievski, ubicada en San Petersburgo, ciudad donde falleció el 9 de febrero de 1881. / Getty Images
                                                                                                                                Foto: Getty Images
                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Le puede interesar: Nicolás Buenaventura: “Las virtudes están pegaditas a los vicios”

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                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Aunque sea anacrónico, el escenario de la enfermedad y el padecimiento se asemejan a obras que décadas después escribieron Franz Kafka, en La metamorfosis, o Jean Paul Sartre, en La náusea, una obra existencialista por antonomasia. Y es que el existencialismo se pregunta por el absurdo de la levedad de la vida y su trascendencia, que se ve atravesada por el destino inexorable de la muerte, por el desasosiego, la libertad del ser humano, la responsabilidad que tenemos de nuestros actos y de cómo ellos representan a toda la especie, y cuando nos hacemos conscientes del peso que cargamos en la espalda nos chocamos con ese despertar de consciencia en el que asumir nuestro comportamiento y nuestras ideas es asumir nuestro tiempo y nuestra condición; idea que también plasmaría Sartre en El existencialismo es un humanismo.

                                                                                                                                Le sugerimos: Ty Cobb: La leyenda del villano del béisbol (II)

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                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Raskólnikov, personaje central de Crimen y castigo, es uno de los emblemas de la literatura dostoievskiana y de la narrativa rusa. En palabras de Paul Strathern, que escribió Dostoievski en 90 minutos: “En la mente de Raskólnikov se desarrolla un drama igualmente interesante y vivimos con él sus sentimientos de culpa, junto al terror y la bravuconería que recubren sus pensamientos. Poco a poco va quedando claro que el mayor error de Raskólnikov ha sido no saber juzgarse a sí mismo. Es un intelectual y su mente está repleta de las ideas más modernas, pero no se conoce a sí mismo. Aquí vemos cómo un ser humano puede tener grandes ideas sobre el mundo y nuestro lugar en él y no saber en absoluto lo que significa ser un ser humano”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                De Raskólnikov surgen varias interpretaciones que, incluso, pueden contradecirse entre sí. La primera de ellas es de corte utilitarista, pues tal como lo expresa Strathern, para los intelectuales contemporáneos y coterráneos de Dostoievski, la moral era una construcción social y, por ende, no hay bien ni mal; argumento que el protagonista de Crimen y castigo defiende. Y aquí puede darse un paréntesis, pues del utilitarismo hay un posible escalón al totalitarismo, y esto último lo resalta el filósofo británico John Gray, quien afirma que varios personajes del autor ruso anticiparon o vaticinaron la esencia de las ideas totalitarias en tanto estas legitiman o justifican matar para defenderse y mantenerse.

                                                                                                                                Sin embargo, Raskólnikov aspira a ser un ser superior, y aquí de nuevo resultamos anacrónicos, pero bien vale la pena resaltar que esa figura era la misma que expresaría tiempo después Nietzsche cuando habló del superhombre, de esa figura y ese ser humano que sería capaz de valerse por sí mismo y asumiría sin temor la muerte de Dios.

                                                                                                                                Le recomendamos: María Zambrano, treinta años después de su muerte

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                                                                                                                                “¿Si Dios no existe entonces todo está permitido?”, se pregunta uno de los hermanos Karamazov. Y tanto en esta novela como en Los demonios, Dostoievski plantea su preocupación por la ausencia de Dios en la humanidad. Kiríllov, personaje del último libro en mención, manifiesta que será el ser humano quien ocupe el lugar de Dios, y en otro pasaje se refieren al nihilismo como el fuego en la mente de las personas. Y ese carácter nihilista nos conecta de nuevo con el existencialismo al tratarse de la pregunta sobre la capacidad que pueda tener cada individuo para soportar y controlar su libertad, comprendiendo que con esta habría, quizás, un nuevo orden moral: “Lo único que hay que destruir es la idea de Dios que ha elaborado la humanidad (…). Una vez que la humanidad renuncie a Dios, y eso ocurrirá como cambian las eras geológicas, la antigua forma de entender la vida se colapsará sola, junto a la vieja moralidad. Entonces podrá empezar una nueva era. Los hombres se asociarán para obtener todo lo que la vida puede dar, pero buscarán solo la felicidad y alegría de este mundo. Se exaltarán con el espíritu divino, sentirán un orgullo extremo y este hombre-dios andará sobre la tierra. Hora tras hora extenderá su conquista sobre la naturaleza, haciendo igual uso de su voluntad y de la ciencia (…). Pero la cuestión es, te preguntarás, si alguna vez habrá una época parecida. Porque si la hubiera, todo se resolvería y la humanidad alcanzaría su meta última”.

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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