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¿En qué momento surge el Festival El Cine Suma Paz?
Nace en 2021, esta es nuestra tercera edición. Es un festival de cine que promueve la relación de los seres humanos con los ecosistemas, junto a la cultura de paz y ambiental. Colombia, a diferencia de otros países, ya cuenta con varios espacios que dan cuenta de su cinematografía, tenemos una oferta amplia y dedicada.
Sin embargo, hacen falta escenarios que puedan contarle al mundo sobre la riqueza que tenemos sobre temas importantes, sobre como el cine puede interactuar con la conciencia colectiva y con la transformación de imaginarios en un ejercicio de formación a los diferentes públicos, estructurado por la experiencia que cada uno tiene, y complementarla con la información que existe.
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Es un desarrollo con el que hemos venido trabajando con la Fundación Cine Social, que existe hace 12 años. Con este proyecto hemos tratado de demostrar como la cinematografía puede hacer una apuesta real a la construcción de sociedad, por medio del cine podemos generar espacios de investigación, procesos de formación y crear contenidos audiovisuales que nos representen.
Como organización no nos basta en generar contenidos, sino que tenemos que crear los escenarios de circulación para conectar con las audiencias que tenemos y a las que queremos llegar. Nos interesa educar a las comunidades y a los territorios para mostrarles que estamos viviendo con el último gran páramo del mundo, que es el Sumapaz, y es algo que no todo el mundo logra dimensionar.
¿Por qué enfocarse en este páramo en específico?
El festival cuenta con tres categorías: cultura ambiental, cultura de paz y simbiosis. Este páramo colinda con territorios en Cundinamarca, Huila y Tolima, rodea todo Bogotá e históricamente es un escenario que en más de 500 años ha tenido tránsitos militares y armados, siendo un punto estratégico porque permite conectar con diferentes partes del país. Es un espacio inexplorado en muchas lógicas, con ausencia de gobernanza y por lo delicado que es, debemos prestarle mucha atención, no es solamente una fábrica de agua, sino que pasa todo este conflicto humano en el corazón del mundo y de la vida, por eso se llama Festival Internacional de Cine, El Cine Suma Paz.
El festival realizará actividades en Bogotá y otros municipios, ¿cómo funciona esta temática?
Como festival nos hemos puesto una meta que es no fomentar el turismo al páramo como un lugar exótico para visitar, sino que promovemos la asistencia digital como su mayor herramienta, también para que personas de cualquier parte del mundo puedan asistir. Con cada visita que se hace al páramo, ponemos en riesgo la historia de los frailejones que pueden llevar 50, 60 o hasta 200 años formándose.
Creamos la alternativa de la plataforma para poder brindar educación ambiental y de cultura de paz. Las personas que se quieran conectar con estos contenidos pueden hacerlo hasta el próximo 23 de septiembre en nuestra web oficial.
Por otro lado, creamos espacios educativos de la mano de diferentes colegios e instituciones, y dentro de la programación intentamos que siempre estén presentes los niños o que haya una oferta cultural importante para ellos, que es algo que se logra con los mensajes que transmiten los cineastas.
Sobre el recibimiento del público…
Nos hemos expandido en estos últimos tres años y hemos logrado aumentar las redes de apoyo de este proyecto. Este festival está pensado de una manera distinta, donde las alfombras rojas y el ego quedan a un lado, y lo importante es llevar el mensaje del cuidado y la preservación a diferentes comunidades.
Tratamos de que las audiencias que siempre se han subestimado desde los medios y de la misma cinematografía, sigan en expansión. Ahora, son estas personas las que están preguntando cuándo empieza, dónde se podrá ver y dónde nos encontraremos nosotros.
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¿Cuál es el proceso para que las y los directores se acerquen a postular su película?
Seis meses antes de comenzar con el festival, lanzamos la convocatoria nacional, y ocho meses antes, la internacional. Lo que tratamos es de dirigir lo más claro posible las pautas para participar; en las últimas dos ediciones recibimos más de 5 mil películas, este año fuimos más específicos y enviaron solo 250 que están ligados a lo que queremos mostrar con el festival.
¿De qué manera logran acercarse a nuevos públicos?
De acuerdo con las personas y los medios que saben de circulación, un festival no se consolida hasta su tercer año de creación, y estoy de acuerdo con eso, es donde realmente empieza a madurar como ejercicio cultural. Hemos venido experimentando y siendo innovadores, en lo posible, en la manera en la que estamos abordando estas temáticas desde su curaduría, el relacionamiento con los medios y organizaciones sociales y ambientales.
Esperamos que para la cuarta edición podamos tener una conversación que nos permita llevar el páramo al mundo entero. Hemos contado historias y también hemos recibido muchas otras que contar. Desde el festival también creamos nuestro propio contenido donde queremos seguir promoviendo a cineastas locales.
¿Considera que actualmente hay espacios en Colombia para exponer películas con esta temática?
Sí, Colombia tiene una diversidad de festivales importante, que creería que es de los que más tienen, y eso se debe a la pluriculturalidad que hay en el país, y para esta variedad también existe el público que lo consume. Cada región narra su historia y contamos con festivales de renombre internacional como el Festival Internacional de Cine de Cartagena o Bogoshorts. También hay festivales ambientales como Planet On, Festiver, que dirigía Toto Vega, y que siguen mejorando su oferta. Si faltan escuelas y muchos procesos porque al final, el cine es una de las tantas maneras de contar y de transformar territorio. Cada vez estamos mejor capacitados, lo que nos permite perfilar mejor la industria.