El cambio climático destruye sitios arqueológicos antes de ser estudiados
Un estudio publicado en la revista Antiquity asegura que el cambio climático está destruyendo sitios arqueológicos antes de ser estudiados.
Los restos arqueológicos se preservan mejor en lugares como el océano y parches de hielo, que se encuentran en peligro debido al incremento constante en la temperatura global. Una serie de artículos publicados en la revista académica Antiquity advierte que los lugares donde mejor se conservan restos arqueológicos como humedales y océanos están en creciente riesgo.
“El cambio climático se está acelerando, amplificando los riesgos existentes y creando otros nuevos, cuyas consecuencias podrían ser devastadoras para el registro arqueológico global”, escribió Jørgen Hollesen, investigador del Museo Nacional de Dinamarca y autor del estudio.
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La erosión pone en peligro sitios costeros, mientras que sitios arqueológicos submarinos sufren a causa de condiciones climáticas extremas. Hollesen advierte que “los sitios se están erosionando actualmente a un ritmo cada vez mayor, a menudo antes de que los científicos puedan registrarlos y evaluar su valor” y lista entre los lugares más afectados a Escocia, Irán, Rapa Nui y Flroida.
Garry Shaw del medio The Art Newspaper escribe que descubrimientos similares a la momia de Ötzi podrían perderse debido al deshielo de glaciares y parches de hielo. Cuando una pieza arqueológica es liberada del hielo, debe ser recuperad con prontitud para poder estabilizarla y preservarla, de acuerdo con el investigador. “Sin una intervención rápida, gran parte de esta cultura material se degrada rápidamente y pierde su potencial para contribuir a nuestra comprensión del pasado”.
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Los humedales por su parte, donde mejor se preservan restos orgánicos, podrían secarse pronto y de acuerdo con Henning Matthiesen, colega de Hollesen en el Museo Nacional de Dinamarca y en la autoría de uno de los artículos, “dado que la excavación de sitios inundados es costosa y la financiación es limitada, inevitablemente se tendrán que tomar decisiones difíciles sobre cuántos sitios amenazados y qué tan completamente se pueden excavar”.
Más allá de estas advertencias, desde la Universidad de Lincoln, Cathy Davis y sus colegas apuntaron sus esfuerzos a estudiar la inclusión de acciones en pro del patrimonio cultural entre los planes de adaptación climática en países de mediano y bajo ingreso. Davis encontró que 17 de los 30 países que tomó como muestra mencionan planes para su patrimonio cultural en medio de la crisis climática y solo tres de ellos mencionan acciones específicas.
“En el lado positivo, el estudio demuestra que los planes de adaptación local están en marcha en países como Nigeria, Colombia e Irán”, escribe Hollesen. “[Sin embargo,] los resultados también apuntan a una desconexión preocupante entre los responsables de la formulación de políticas sobre el cambio climático y el sector del patrimonio cultural en todo el mundo, como resultado de la falta de conocimiento, coordinación, reconocimiento y financiación”.
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Los restos arqueológicos se preservan mejor en lugares como el océano y parches de hielo, que se encuentran en peligro debido al incremento constante en la temperatura global. Una serie de artículos publicados en la revista académica Antiquity advierte que los lugares donde mejor se conservan restos arqueológicos como humedales y océanos están en creciente riesgo.
“El cambio climático se está acelerando, amplificando los riesgos existentes y creando otros nuevos, cuyas consecuencias podrían ser devastadoras para el registro arqueológico global”, escribió Jørgen Hollesen, investigador del Museo Nacional de Dinamarca y autor del estudio.
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La erosión pone en peligro sitios costeros, mientras que sitios arqueológicos submarinos sufren a causa de condiciones climáticas extremas. Hollesen advierte que “los sitios se están erosionando actualmente a un ritmo cada vez mayor, a menudo antes de que los científicos puedan registrarlos y evaluar su valor” y lista entre los lugares más afectados a Escocia, Irán, Rapa Nui y Flroida.
Garry Shaw del medio The Art Newspaper escribe que descubrimientos similares a la momia de Ötzi podrían perderse debido al deshielo de glaciares y parches de hielo. Cuando una pieza arqueológica es liberada del hielo, debe ser recuperad con prontitud para poder estabilizarla y preservarla, de acuerdo con el investigador. “Sin una intervención rápida, gran parte de esta cultura material se degrada rápidamente y pierde su potencial para contribuir a nuestra comprensión del pasado”.
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Los humedales por su parte, donde mejor se preservan restos orgánicos, podrían secarse pronto y de acuerdo con Henning Matthiesen, colega de Hollesen en el Museo Nacional de Dinamarca y en la autoría de uno de los artículos, “dado que la excavación de sitios inundados es costosa y la financiación es limitada, inevitablemente se tendrán que tomar decisiones difíciles sobre cuántos sitios amenazados y qué tan completamente se pueden excavar”.
Más allá de estas advertencias, desde la Universidad de Lincoln, Cathy Davis y sus colegas apuntaron sus esfuerzos a estudiar la inclusión de acciones en pro del patrimonio cultural entre los planes de adaptación climática en países de mediano y bajo ingreso. Davis encontró que 17 de los 30 países que tomó como muestra mencionan planes para su patrimonio cultural en medio de la crisis climática y solo tres de ellos mencionan acciones específicas.
“En el lado positivo, el estudio demuestra que los planes de adaptación local están en marcha en países como Nigeria, Colombia e Irán”, escribe Hollesen. “[Sin embargo,] los resultados también apuntan a una desconexión preocupante entre los responsables de la formulación de políticas sobre el cambio climático y el sector del patrimonio cultural en todo el mundo, como resultado de la falta de conocimiento, coordinación, reconocimiento y financiación”.
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