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Camilo Ortíz, guitarrista clásico bogotano, y Amalia Díaz, cantante y violinista bumanguesa, conforman el dúo ganador. Ambos músicos, radicados en Estados Unidos, se encuentran finalizando su primer disco titulado “Senderos”. Este tendrá un repertorio musical que incluye Libertango, de Astor Piazzola, y Entr’acte, de Jacques Ibert, piezas con las que realizaron su audición para el concurso. “Ahora que se acerca la fecha y estamos a menos de un mes hay mucha emoción y adrenalina. Nos sentimos muy orgullosos de ser colombianos y de poder tocar en este escenario tan emblemático de la música”, comentó el guitarrista.
“El concurso internacional de violín, piano y guitarra tiene como objetivo ayudar a músicos de todas las edades a alcanzar sus metas y avanzar en el aspecto artístico”, afirma la página de internet de Progressive Musicians.
“Nosotros participamos en la división profesional y preparamos una audición con repertorio que tocamos en nuestro dúo de violín y guitarra. Para nosotros era muy importante que las piezas no solo tuvieran retos técnicos y musicales, sino que representaran el tipo de repertorio que nos gusta interpretar. En otras palabras, escogimos piezas que realmente nos gusta tocar”, dijo Ortíz sobre la participación del dúo.
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Este certamen busca que sus participantes mejoren a lo largo de las dos rondas que lo conforman y ese avance forma parte de los criterios de calificación. Durante el proceso los concursantes tienen sesiones de retroalimentación con los jueces, lo que les permite hacer ajustes a su presentación antes de la ronda de selección de los ganadores.
“Cuando nos inscribimos, lo que estábamos buscando en realidad era ese feedback para mejorar musicalmente, no necesariamente pensando en que íbamos a tocar en Carnegie Hall”, comentó Ortíz. Inicialmente, el recital estaba programado para el 2021, pero debido a la pandemia fue pospuesto. “Cuando pasamos las dos rondas y nos llegó la noticia de que íbamos a ser parte del recital de ganadores, fue algo increíble que nos tomó tiempo asimilar”.
Tanto Ortíz como Díaz trabajan como educadores y desarrollan proyectos con niños inmigrantes para darles acceso gratuito a la educación musical.
“Nuestro mensaje para ellos siempre es abrirles los ojos al mundo y a las posibilidades que la música puede abrir en su vida. Nuestra presentación en Carnegie Hall de alguna manera es la validación de ese mensaje que tratamos de transmitirles a ellos”. El grupo comenzó mientras ensayaban en los descansos de su trabajo en la Orquesta Juvenil de Salinas (Youth Orchestra Salinas -Yosal, por su sigla en inglés-). Ortíz y Díaz han participado en diferentes programas que tienen como objetivo resaltar la educación y función social de la música en diversas circunstancias.
Los proyectos que desarrollan, menciona el guitarrista, son inspirados en “el Sistema de Orquestas de Venezuela y La Fundación Batuta en Colombia. Amalia fue recomendada por Batuta para venir como consultora al programa de Orquestas Juveniles de Salinas en California (YOSAL) en el cual yo trabajaba. A partir de ese momento, es decir, hace ya casi nueve años, hemos desarrollado tres programas en las ciudades de Salinas, Santa Cruz y Watsonville que han impactado a cientos de niños inmigrantes de bajos recursos que reciben educación musical gratuita. Los proyectos de sacan adelante a través de fondos privados y estatales”, concluyó Ortíz.
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La trayectoria de ambos músicos comenzó en Colombia. Amalia Díaz, por su parte, estudió en la Universidad Autónoma de Bucaramanga y realizó su maestría en la Universidad del Sur de Mississippi. Camilo Ortíz comenzó su formación musical en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá y luego recibió una beca para estudiar guitarra clásica en la Universidad de Arizona, convirtiéndose en un guitarrista que ha ganado varios premios a lo largo de su carrera.