El cierre de un museo conmemorativo en Lima desata críticas contra el alcalde
El Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social, o LUM, fue clausurado el pasado 28 de marzo, por órdenes del alcalde de extrema derecha de la capital peruana, Rafael López Aliaga.
El Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social contiene cerca de 4.000 archivos que, junto con fotos y videos, recuentan el periodo de violencia política que experimentó Perú y que dejó más de 70.000 muertos entre los años 1980 y 2000, según el reporte de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de este país. El pasado 28 de marzo, el alcalde de extrema derecha de la capital peruana, Rafael López Aliaga, ordenó el cierre del museo conmemorativo alegando el incumplimiento de normas de seguridad municipales por parte de la institución.
Al día siguiente del cierre se realizaron protestas frente al museo, ya que algunos sectores ven la acción del alcalde como un intento ‘blanquear la historia’, pues se ha opuesto a este museo durante años. The Guardian reportó que López Aliaga ha acusado al museo de promover una “narrativa falsa” sobre los conflictos y los ha llamado una “ofensa a la nación”. El alcalde de Lima sugirió que la institución debía estar bajo control de las fuerzas armadas y afirmo que “era hora de tomar control de la narrativa”. “Basta ya de estos museos de la memoria y la reconciliación que no tienen nada de memoria ni reconciliación”, dijo en enero López Aliaga.
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La clausura “es un acto ilegal, injusto y abusivo con una institución que ha ganado un premio de arquitectura en Perú y América Latina, que no tiene todas las perfecciones que uno puede esperar, pero cumple con todas las normas de seguridad”, reaccionó el director del LUM, el historiador Manuel Burga, de acuerdo con el medio argentino TELAM.
La ministra peruana de Cultura, Leslie Urteaga, confió en que la próximamente se podrá tener “buenas noticias sobre la reapertura del LUM (Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social)”. Durante un recorrido por los museos del Convento de Santo Domingo y del Convento San Francisco en Lima, la ministra atribuyó el cierre temporal del LUM, ubicado en el distrito de Miraflores, a un tema de “hace bastante tiempo, por no contar con el certificado vigente en los museos”.
“Por eso, estamos trabajando en programas y planes de acción para contar con la documentación necesaria, donde la prioridad es no arriesgar a los visitantes. Debemos tener espacios seguros para que los visitantes estén tranquilos ante cualquier riesgo”, expresó Urteaga a los periodistas. La ministra confirmó que ha tenido reuniones para resolver las observaciones de la municipalidad de Miraflores y confió en que la próxima semana pueda “tener buenas noticias sobre la reapertura del LUM”. “Eso va a depender del área técnica de la Municipalidad de Miraflores”, añadió.
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La Municipalidad del distrito limeño de Miraflores clausuró el LUM el pasado martes, el mismo día en el que Amnistía Internacional (AI) tenía previsto presentar su informe anual sobre la situación de los derechos humanos que incluye un capítulo sobre Perú. Este documento denuncia, entre otras cosas, que las autoridades peruanas “socavaron la libertad de expresión y de reunión” durante las protestas antigubernamentales que estallaron en diciembre y que, asegura, fueron reprimidas de forma “ilícita” con “violaciones de derechos humanos”.
La decisión de cerrar por razones técnicas el LUM, construido con fondos de la cooperación alemana e inaugurado en 2015, generó una ola de críticas, pues este espacio es objeto de polémica por parte de sectores próximos a las Fuerzas Armadas y la Policía que no reconocen las violaciones de derechos humanos cometidas por algunos militares y agentes e, incluso, rechazan catalogar el periodo como conflicto armado. Mauricio Zavaleta, excoordinador del museo, afirmó a TELAM que en siete años no habían enfrentado una complicación como esta y calificó la decisión de la alcaldía como un “acto político”.
En un mensaje de Twitter, el (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) PNUD Perú junto al Gobierno de Alemania y la Unión Europea en Perú expresaron que apoyaron la creación e implementación del LUM y que es por eso que tomaron nota “con preocupación de la reciente decisión de su clausura temporal por observaciones técnicas”.
Agregaron que “la memoria histórica es un valor fundamental de toda democracia” y recordaron que el LUM es un “espacio donde se preserva la memoria del período de violencia (1980-2000) que convoca a la ciudadanía a informarse y reflexionar sobre lo sufrido en el Perú, para que no se repita jamás”.
El LUM se creó para constituir un espacio de memoria nacional que tiene por objeto presentar la historia de los hechos de violencia sucedidos en el Perú entre 1980 y 2000 con el propósito de reconocer y dignificar a las víctimas, entre ellas 69.000 muertos, según el informe final de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR).
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El Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social contiene cerca de 4.000 archivos que, junto con fotos y videos, recuentan el periodo de violencia política que experimentó Perú y que dejó más de 70.000 muertos entre los años 1980 y 2000, según el reporte de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de este país. El pasado 28 de marzo, el alcalde de extrema derecha de la capital peruana, Rafael López Aliaga, ordenó el cierre del museo conmemorativo alegando el incumplimiento de normas de seguridad municipales por parte de la institución.
Al día siguiente del cierre se realizaron protestas frente al museo, ya que algunos sectores ven la acción del alcalde como un intento ‘blanquear la historia’, pues se ha opuesto a este museo durante años. The Guardian reportó que López Aliaga ha acusado al museo de promover una “narrativa falsa” sobre los conflictos y los ha llamado una “ofensa a la nación”. El alcalde de Lima sugirió que la institución debía estar bajo control de las fuerzas armadas y afirmo que “era hora de tomar control de la narrativa”. “Basta ya de estos museos de la memoria y la reconciliación que no tienen nada de memoria ni reconciliación”, dijo en enero López Aliaga.
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La clausura “es un acto ilegal, injusto y abusivo con una institución que ha ganado un premio de arquitectura en Perú y América Latina, que no tiene todas las perfecciones que uno puede esperar, pero cumple con todas las normas de seguridad”, reaccionó el director del LUM, el historiador Manuel Burga, de acuerdo con el medio argentino TELAM.
La ministra peruana de Cultura, Leslie Urteaga, confió en que la próximamente se podrá tener “buenas noticias sobre la reapertura del LUM (Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social)”. Durante un recorrido por los museos del Convento de Santo Domingo y del Convento San Francisco en Lima, la ministra atribuyó el cierre temporal del LUM, ubicado en el distrito de Miraflores, a un tema de “hace bastante tiempo, por no contar con el certificado vigente en los museos”.
“Por eso, estamos trabajando en programas y planes de acción para contar con la documentación necesaria, donde la prioridad es no arriesgar a los visitantes. Debemos tener espacios seguros para que los visitantes estén tranquilos ante cualquier riesgo”, expresó Urteaga a los periodistas. La ministra confirmó que ha tenido reuniones para resolver las observaciones de la municipalidad de Miraflores y confió en que la próxima semana pueda “tener buenas noticias sobre la reapertura del LUM”. “Eso va a depender del área técnica de la Municipalidad de Miraflores”, añadió.
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En un mensaje de Twitter, el (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) PNUD Perú junto al Gobierno de Alemania y la Unión Europea en Perú expresaron que apoyaron la creación e implementación del LUM y que es por eso que tomaron nota “con preocupación de la reciente decisión de su clausura temporal por observaciones técnicas”.
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El LUM se creó para constituir un espacio de memoria nacional que tiene por objeto presentar la historia de los hechos de violencia sucedidos en el Perú entre 1980 y 2000 con el propósito de reconocer y dignificar a las víctimas, entre ellas 69.000 muertos, según el informe final de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR).
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