El cine en lente rosa
Hasta el 17 de julio la Cinemateca de Bogotá presenta la edición número 22 del “Ciclo Rosa”, que desde el 9 de junio presenta obras audiovisuales en torno a la diversidad.
¿Cuáles son las novedades del “Ciclo Rosa”?
Este año el “Ciclo Rosa” está en su edición número 22, y las novedades son varias. En primer lugar tenemos una muestra nacional que seleccionamos por medio de una convocatoria pública. Es algo que no se hacía hace muchos años y creamos una invitación para que cualquier persona o colectivo del país pudiera presentar sus obras audiovisuales. En esta recibimos, para nuestra sorpresa, más de 60 propuestas, de las cuales seleccionamos 23 que se están presentando en programas largos y cortos en el ciclo. Es una muestra del poder, la fuerza y la diversidad de la producción audiovisual alrededor del cine LGBT en Colombia. Tenemos por segundo año consecutivo la “Toma Rosa”, un espacio para la juntanza y la presentación de experiencias interdisciplinares y performáticas en la Cinemateca, también escogida por medio de una invitación pública, en la que recibimos más de 20 propuestas y seleccionamos 12 que están siendo presentadas todos los fines de semana. Además tenemos la exposición “GenIA”, una muestra de los resultados de un taller de inteligencia artificial en clave de género.
¿Cómo fue el proceso de montar esta edición 22 del “Ciclo Rosa”?
El “Ciclo Rosa” se ha convertido en un referente a nivel nacional y es un hito cada año para la Cinemateca. Aquí somos varias personas divididas en proyectos trabajando un poco cada uno por separado, y en el “Ciclo Rosa” nos articulamos con el objetivo de celebrar la diversidad sexual y de género durante junio y julio. Fue un proceso grande de articulación de todo el equipo de la Cinemateca, la programación de cine que lidero se realizó con la muestra nacional y la convocatoria, hubo un comité curatorial que escogió las películas y para la muestra internacional invitamos al curador francés Cedric Soushibali. También tenemos el programa “Furia”, en el que trabajé, y es un programa que cuestiona un poco las imágenes de los personajes LGBT y queer que nos llegan usualmente y las historias que a veces se enfocan mucho en la tragedia o en la asimilación a las normatividades. Haremos una retrospectiva del cineasta colombiano Jorge Cadena, es la primera vez que se hace esto en Colombia con este cineasta, entre otros proyectos.
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¿Cuáles fueron los elementos más importantes para curar la sección llamada “Furia”?
Para esta curaduría no hubo convocatoria, se hizo una búsqueda activa que resultó con cinco películas escogidas de distintas épocas, de distintas geografías, y la preocupación curatorial surgió precisamente de encontrar que en el cine LGBTQ o en el cine queer más popular suele haber mucha asimilación a la normatividad, entonces veo muchos personajes que buscan reproducir las estructuras normativas de la familia y la sociedad, y este programa se enfoca en esos personajes que son un poco más rebeldes, que se salen de la norma. La idea de “Furia” es explorar esa rebeldía inherente a la idea de lo queer.
¿Cómo fue el proceso de convocatoria y curaduría de la muestra nacional?
El “Ciclo Rosa” llevaba varios años sin tener una convocatoria pública. Estuve hablando hace poco con Julián David Correa, exdirector de la Cinemateca, quien fue uno de los creadores del “Ciclo Rosa” hace 22 años, y me dijo que en las primeras ediciones se hacía convocatoria, pero llegaban cinco o seis obras nada más. Creo que ese es un gran reflejo del momento tan distinto que estamos viviendo, tanto en la producción audiovisual en general como en la producción audiovisual LGBTQ o queer, y el proceso fue que abrimos una convocatoria pública, la promocionamos en redes, por medio de distintos aliados, en bases de datos, y recibimos 60 obras de todos los formatos y duraciones. Hubo largometrajes, mediometrajes y cortometrajes, tuvimos obras de ficción, documental, videoclip musical, tuvimos video y ensayos. Al verlas empezamos a buscar líneas curatoriales, ir buscando puntos de encuentro entre las distintas obras que nos permitieran presentarlas de acuerdo con distintos discursos y terminamos creando tres programas de cortometrajes que se llaman “Fuerza salvaje”, “Feminidades construidas” y “Afectos disidentes”. En “Fuerza Salvaje”, por ejemplo, incluimos muchos cortos en los que veíamos personajes queer.
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¿Qué puede decir la respuesta a la convocatoria sobre el panorama audiovisual en el país?
Creo que nos habla de un cambio más grande en muchos sentidos. Primero, a nivel de producción audiovisual, es claro que los cambios tecnológicos han permitido que la gente pueda crear más con muchos medios que ahora están al alcance de muchas más personas. Por otro lado, esos temas de la diversidad sexual y de género siento que están cada vez más presentes, se habla de ellos de maneras más abiertas y hay también unos incentivos, estímulos institucionales u organizaciones como el mismo “Ciclo Rosa” que permiten darles más visibilidad a sus proyectos y que estimulan la producción y creación alrededor de estos temas.
¿Cuál espera que sea la reflexión que se pueda llevar el público que asista al “Ciclo Rosa”?
Espero que la reflexión sea entender la diversidad dentro de la diversidad, sabemos que es un ciclo de diversidad sexual y de género, pero siento que dentro de la experiencia de vida gay, lesbianas, trans, no binarias o queer hay una diversidad grandísima. Igual intentamos tener historias de distintas partes del país. Es un llamado a entender esa inmensa variedad y diversidad de experiencias de vida, a permitir que el cine o entender que el cine puede ser una manera de encontrarse con formas y experiencias de habitar el mundo.
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¿Cuáles son las novedades del “Ciclo Rosa”?
Este año el “Ciclo Rosa” está en su edición número 22, y las novedades son varias. En primer lugar tenemos una muestra nacional que seleccionamos por medio de una convocatoria pública. Es algo que no se hacía hace muchos años y creamos una invitación para que cualquier persona o colectivo del país pudiera presentar sus obras audiovisuales. En esta recibimos, para nuestra sorpresa, más de 60 propuestas, de las cuales seleccionamos 23 que se están presentando en programas largos y cortos en el ciclo. Es una muestra del poder, la fuerza y la diversidad de la producción audiovisual alrededor del cine LGBT en Colombia. Tenemos por segundo año consecutivo la “Toma Rosa”, un espacio para la juntanza y la presentación de experiencias interdisciplinares y performáticas en la Cinemateca, también escogida por medio de una invitación pública, en la que recibimos más de 20 propuestas y seleccionamos 12 que están siendo presentadas todos los fines de semana. Además tenemos la exposición “GenIA”, una muestra de los resultados de un taller de inteligencia artificial en clave de género.
¿Cómo fue el proceso de montar esta edición 22 del “Ciclo Rosa”?
El “Ciclo Rosa” se ha convertido en un referente a nivel nacional y es un hito cada año para la Cinemateca. Aquí somos varias personas divididas en proyectos trabajando un poco cada uno por separado, y en el “Ciclo Rosa” nos articulamos con el objetivo de celebrar la diversidad sexual y de género durante junio y julio. Fue un proceso grande de articulación de todo el equipo de la Cinemateca, la programación de cine que lidero se realizó con la muestra nacional y la convocatoria, hubo un comité curatorial que escogió las películas y para la muestra internacional invitamos al curador francés Cedric Soushibali. También tenemos el programa “Furia”, en el que trabajé, y es un programa que cuestiona un poco las imágenes de los personajes LGBT y queer que nos llegan usualmente y las historias que a veces se enfocan mucho en la tragedia o en la asimilación a las normatividades. Haremos una retrospectiva del cineasta colombiano Jorge Cadena, es la primera vez que se hace esto en Colombia con este cineasta, entre otros proyectos.
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¿Cuáles fueron los elementos más importantes para curar la sección llamada “Furia”?
Para esta curaduría no hubo convocatoria, se hizo una búsqueda activa que resultó con cinco películas escogidas de distintas épocas, de distintas geografías, y la preocupación curatorial surgió precisamente de encontrar que en el cine LGBTQ o en el cine queer más popular suele haber mucha asimilación a la normatividad, entonces veo muchos personajes que buscan reproducir las estructuras normativas de la familia y la sociedad, y este programa se enfoca en esos personajes que son un poco más rebeldes, que se salen de la norma. La idea de “Furia” es explorar esa rebeldía inherente a la idea de lo queer.
¿Cómo fue el proceso de convocatoria y curaduría de la muestra nacional?
El “Ciclo Rosa” llevaba varios años sin tener una convocatoria pública. Estuve hablando hace poco con Julián David Correa, exdirector de la Cinemateca, quien fue uno de los creadores del “Ciclo Rosa” hace 22 años, y me dijo que en las primeras ediciones se hacía convocatoria, pero llegaban cinco o seis obras nada más. Creo que ese es un gran reflejo del momento tan distinto que estamos viviendo, tanto en la producción audiovisual en general como en la producción audiovisual LGBTQ o queer, y el proceso fue que abrimos una convocatoria pública, la promocionamos en redes, por medio de distintos aliados, en bases de datos, y recibimos 60 obras de todos los formatos y duraciones. Hubo largometrajes, mediometrajes y cortometrajes, tuvimos obras de ficción, documental, videoclip musical, tuvimos video y ensayos. Al verlas empezamos a buscar líneas curatoriales, ir buscando puntos de encuentro entre las distintas obras que nos permitieran presentarlas de acuerdo con distintos discursos y terminamos creando tres programas de cortometrajes que se llaman “Fuerza salvaje”, “Feminidades construidas” y “Afectos disidentes”. En “Fuerza Salvaje”, por ejemplo, incluimos muchos cortos en los que veíamos personajes queer.
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¿Qué puede decir la respuesta a la convocatoria sobre el panorama audiovisual en el país?
Creo que nos habla de un cambio más grande en muchos sentidos. Primero, a nivel de producción audiovisual, es claro que los cambios tecnológicos han permitido que la gente pueda crear más con muchos medios que ahora están al alcance de muchas más personas. Por otro lado, esos temas de la diversidad sexual y de género siento que están cada vez más presentes, se habla de ellos de maneras más abiertas y hay también unos incentivos, estímulos institucionales u organizaciones como el mismo “Ciclo Rosa” que permiten darles más visibilidad a sus proyectos y que estimulan la producción y creación alrededor de estos temas.
¿Cuál espera que sea la reflexión que se pueda llevar el público que asista al “Ciclo Rosa”?
Espero que la reflexión sea entender la diversidad dentro de la diversidad, sabemos que es un ciclo de diversidad sexual y de género, pero siento que dentro de la experiencia de vida gay, lesbianas, trans, no binarias o queer hay una diversidad grandísima. Igual intentamos tener historias de distintas partes del país. Es un llamado a entender esa inmensa variedad y diversidad de experiencias de vida, a permitir que el cine o entender que el cine puede ser una manera de encontrarse con formas y experiencias de habitar el mundo.
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