Publicidad

“El Club”: en el silencio se esconden los pecados

El Club, la quinta película del chileno Pablo Larraín, fue la ganadora del oso de plata en el Festival de cine de Berlín, en 2015. El filme explora las dinámicas de una casa destinada al exilio de sacerdotes que cometieron actos cuestionables y la mujer que los cuida. La llegada de un nuevo miembro perturba el silencio que por años les ha permitido ocultarse.

Juan Andrés Rodríguez
08 de octubre de 2022 - 10:49 p. m.
"El club" hace parte de la Retrospectiva a Fábula Cine, una casa productora chilena que desde 2006 ha producido películas como “Una mujer fantástica”, “No” y “El Club”.
"El club" hace parte de la Retrospectiva a Fábula Cine, una casa productora chilena que desde 2006 ha producido películas como “Una mujer fantástica”, “No” y “El Club”.
Foto: Producción El Club
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Esta narrativa puede recaer fácilmente en la construcción del abusador como una figura monstruosa, un ser que no conoce la empatía y disfruta del sufrimiento ajeno, un dualismo donde lo humano se clasifica entre lo bueno o lo malo. El Club desafía esta convicción al alinear la cámara con la perspectiva de los acusados, empezando por secuencias de días grises en medio de un pueblo en decadencia, donde las carreras de perros son el único antídoto para la monotonía. Acá nadie parece un monstruo, solo hay seres tristes y olvidados.

Le sugerimos leer: Entre la oscuridad del Joe y los destellos del BIFF

Ocultándose bajo el manto de la moral, estos hombres caídos en desgracia justifican sus acciones desde la abnegación, el sentido del deber y la investidura sacerdotal que los hace sentir más cercanos a lo divino que a lo humano, como si por ello sus pecados fueran automáticamente expiados, ocultando sus deseos como parte de la obra y voluntad de Dios.

Podría interesarle leer: Y entra Tarantino a una discusión sobre cine colombiano

Paulatinamente, se revelan los motivos que los confinan en esa casa, provocando tensión desde un acto simple pero poderoso: nombrar las cosas. Usualmente, para huir de la incomodidad se usan eufemismos, se hace implícito un acto con palabras vacías, porque nombrar es como invocar a un fantasma, una vez pronunciado habrá de acechar a quienes han escogido vivir en silencio. Los momentos donde alguien se atreve a gritar la verdad se vuelven aterradores, claustrofóbicos, la música eclesiástica se convierte en un sonido ominoso que solo intensifica la urgencia de huida a cualquier costo.

Larraín logra diseccionar el silencio donde se esconden los pecados, retratando en este grupo la dinámica que ha empleado la iglesia católica para salvaguardar su reputación, la doble moral con la que es más fácil ver la paja en el ojo ajeno y, sobre todo, la complicidad. Larraín logra, finalmente, envolvernos en los pactos de la ignorancia deliberada.

Fábula Cine, la productora de esta película, será la homenajeada en la retrospectiva del BIFF. Esta casa ha sido reconocida mundialmente por películas como Una mujer fantástica, No y El club, que serán proyectadas en funciones especiales durante el festival.

Si le interesa seguir leyendo sobre El Magazín Cultural, puede ingresar aquí 🎭🎨🎻📚📖

Por Juan Andrés Rodríguez

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar