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Dentro del marco de la celebración de los 85 años del primer cómic de Supermán, el pasado lunes 24 de abril se llevó a cabo una charla en la Feria del Libro sobre la cosmogonía de este universo gráfico y literario que se ha relacionado comúnmente con los superhéroes, pero que también se adentra en la crítica social y retrata de forma sarcástica e irónica situaciones de la vida cotidiana.
Los cómics, por lo general, se han visto como un agente popular dentro de la cultura de Occidente, en especial en Estados Unidos, donde cuentan con grandes franquicias como DC (Supermán, Batman y la Mujer Maravilla) y Marvel (Iron Man, Capitán América y Hulk), que con sus películas han generado ingresos multimillonarios: con más de US$2.700 millones, Avengers: Endgame (2019) arrasó con el mundo de fantasía de James Cameron de Avatar (2010), hasta que llegó su secuela en 2022, El camino de agua, que lo destronó luego de cuatro años en la cima.
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Sobre los comienzos de es este género literario, el interés del ser humano en crear a un superhumano, y el posicionamiento del manga dentro de la cultura occidental, hablaron Daniel Palacio, coleccionista y dueño de La tienda de los cómics, y su hermano Manuel Palacio, doctor en filosofía, quien ha trabajado alrededor del mundo de las historietas, dentro del marco de la Filbo 2023.
Sobre su origen, según explicaron los hermanos Palacio, “como género literario, empezó en el siglo XIX, cuando en las imprentas aparecieron caricaturas de parodias de lo que pasaba en el día a día”. En la actualidad la palabra cómic se relaciona directamente con los superhéroes, a pesar de que este género fantástico sea solamente una rama dentro de lo que abarcan las caricaturas.
Previo, y durante la depresión de los años 30, el género cómic comenzó a darles un giro a las historias que estaban contando, que más allá de ser una representación de la familia, la sociedad y las fábulas, “hacían crítica social”, comentó Daniel Palacio, y agregó que “es allí donde la filosofía entra a los guiones de los cómics, donde ya no solo te hacen reír, sino que te ponen a pensar”.
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Retomando la idea, el doctor Palacio, quien ha enfocado su trabajo académico en los últimos años en cómo todo este universo de cómics permite al ser humano pensar filosóficamente a través de las mediaciones videolúdicas, se refirió a la Teogonía, de Hesíodo, donde se habla del nacimiento de los dioses dentro de la mitología griega y cómo llegaron a establecer un control permanente sobre el cosmos.
“Las historias de Zeus están llenas de grandeza porque es un dios, inmortal, mientras que los héroes pueden tener algo de divinidad, como Odiseo y Aquiles, pero son humanos: tienen nuestras crisis sobre las relaciones sociales y la supervivencia”, puntualiza Palacio con el ejemplo que presenta el filósofo Thomas Carlyle en su libro Los héroes”, donde habla sobre cómo el ser humano se ve a sí mismo a través de esa objetivación de un individuo apegado, enraizado y empujado por la causa de la realidad para combatir contra la falsedad y las apariencias, como lo hace Supermán defendiendo Metrópolis de grandes amenazas, mientras mantiene un trabajo como periodista y una relación con Luisa Lane.
El cómic, o tira cómica, no tiene solo una gran representación en Estados Unidos, sino que también se popularizó en Francia, Bélgica, Italia, Japón y algunos países latinoamericanos, como México, con Kalimán, entra tantas otras, la historia de un superhéroe descendiente de faraones;; Chile, con las ocurrencias diarias de Condorito, y Argentina con Mafalda,, una tira de prensa creada por Joaquín Salvador Lavado Tejón (Quino) en 1964, que relataba las historias de una niña de clase media y la juventud progresista del país.
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Los franceses poseían un interés en contar historias de aventura, manteniendo siempre una cercanía con el lector, como menciona el ilustrador romano Saverio Tenuta. Uno de sus principales referentes es Asterix, el galo. En España, sus dibujos eran parecidos a los de la escuela franco-belga: para todas las edades y con el superhéroe como un personaje. Sus principales modelos son Jaimito y El capitán trueno. La escuela italiana se caracterizaba por las novelas gráficas, que por lo general trataban temas sobre el amor y la guerra. Corto Maltés es uno de sus personajes más populares.
Por su parte, Japón tuvo una gran influencia del cómic norteamericano, pero definió un estilo propio que años después se convirtió en su sello: el manga.
Daniel Palacio comentó que desde las últimas tres décadas el mercado alrededor de los cómics orientales ha ido en aumento: “La industria del manga se encuentra al mismo nivel de los cómics occidentales”, y es que en 2022 la página web especializada Fiction Horizon publicó un listado con lo que serían los cómics más vendidos a nivel mundial, donde se destacaron en cuatro de los 10 primeros puestos el manga, con One Piece, de Eiichirō Oda, en el primer lugar con un aproximado de 500 millones de volúmenes de la saga vendidos. En el listado también se encontraron Dragon Ball Z, Peanuts, Asterix y Naruto.
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