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La imponente escultura llegó a este pequeño edificio ubicado en 1872, con la intención de protegerlo del deterioro que sufría en su anterior ubicación, en Piazza della Signoria, y rodearlo de otras obras del gran artista del Renacimiento.
“El desplazamiento, impensable en nuestros tiempos, duró siete días, del 30 de julio al 8 agosto de 1873 y, debido al gran calor, tuvo lugar principalmente durante las primeras horas del mañana, de 4 a 11 de la mañana”, recordó en un comunicado la Galería.
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La necesidad de proteger al David de las inclemencias meteorológicas venía discutiéndose desde años atrás.
Ya en 1482, el escultor Lorenzo Bartolini fue el primero, según la entidad cultural, en presentar un proyecto para trasladar el David, señalando que “la magnífica estatua” se estaba “deteriorando con el tiempo, y su deseo era poder preservarlo”.
Luego, en la segunda mitad del siglo XIX, en 1866, una comisión de artistas, científicos y técnicos, presididos por Luigi Menabrea y Emilio Santarelli, evaluaron la urgencia y la inminente necesidad de sacarlo de la plaza, indicó la entidad.
Las autoridades culturales de la época, siguiendo la sugerencia de Emilio De Fabris, uno de los arquitectos florentinos más autorizados, decidieron entonces construir un nuevo espacio museístico “que pudiera albergarlo dignamente”.
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Tras un año de trabajo, el traslado se completó tal día como hoy hace 150 años y en el diario de operaciones se dejó escrita una nota final: “Viernes 8 de agosto. Trasladado y montado en la base, donde permanecerá el tiempo que los dioses quieran”.
Para mejorar su lucimiento, De Fabris diseñó “una verdadera tribuna en honor del artista supremo, un templo secular cubierto por una bóveda de cristal que garantizaría la iluminación más natural posible”.
Ahora, esa tribuna mejorará la experiencia al visitante con nuevo sistema de iluminación led y un tragaluz “más seguro y limpio”, en el que “la luz natural se filtra excelentemente, iluminando el David, permitiendo que todos sus detalles sean captados aún más claramente y dotándola de un ambiente más sugerente, que cambia en los diferentes momentos del día”.
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El David fue esculpido entre 1501 y 1504 años por un joven Miguel Ángel que ni siquiera había cumplido 30 años para decorar la catedral de Santa María del Fiore de Florencia.
Cada año, casi dos millones de personas acuden a la Galería de la Academia para verlo de cerca.