El debate por el monumento a la resistencia en Cali: arte o “adefesio”
En Cali, el Monumento a la Resistencia se ha convertido en un punto de discusión: hay un intenso debate sobre su significado y valor cultural en medio de las tensiones sociales tras las protestas de 2021. Hablamos con el doctor en historia del arte, Elkin Rubiano, y con un representante de uno de los colectivos que participó en su construcción.
Diana Camila Eslava
Entre las comunas 11 y 16 de Cali, en el separador vial de la autopista Simón Bolívar, un brazo de más de nueve metros levanta una mano que sostiene un cartel que dice “Resiste”. Una escultura que hoy en día es un punto de referencia para hablar de las tensiones y los conflictos que surgieron durante el estallido social de finales de abril de 2021.
Gracias por ser nuestro usuario. Apreciado lector, te invitamos a suscribirte a uno de nuestros planes para continuar disfrutando de este contenido exclusivo.El Espectador, el valor de la información.
Entre las comunas 11 y 16 de Cali, en el separador vial de la autopista Simón Bolívar, un brazo de más de nueve metros levanta una mano que sostiene un cartel que dice “Resiste”. Una escultura que hoy en día es un punto de referencia para hablar de las tensiones y los conflictos que surgieron durante el estallido social de finales de abril de 2021.
A un costado del brazo se colgaron los escudos en los que los integrantes de la denominada “Primera línea” plasmaron los rostros de algunas de las víctimas de la revuelta social. Marcelo, Daniel, Dylan, Angie Johana, Hugo, son solo algunos de los nombres que se pueden leer. Es un monumento cargado de imágenes y frases: “¿por qué nos matan?, ¿y los desaparecidos?, Misión médica, Lucha, Pueblo, 2021, 6402, 1312, 1977, Historia, Arte sobre la guerra”.
“La gente se reunió y decidió que quedara un legado, un recuerdo de todo lo que estaba pasando”, contó para este periódico Byron P.R., uno de los habitantes de lo que hoy se denomina Puerto Resistencia, al oriente de Cali, y que fue una de las muchas personas que ayudaron a construir este monumento. Entre la comunidad reunieron distintos elementos como alambres, cemento, soldadura y arena. Comenzaron con la estructura de la mano, que se fue formando con varillas forradas en mallas rellenas de cartón. Ataron las mallas con alambre dulce y recubrieron todo con una mezcla de cemento impermeabilizado.
“Por eso esa mano es tan fuerte. Aunque los materiales fueron donados, algunas personas se involucraron de verdad en esta construcción. Si no hubiera existido quienes estuvieran dispuestos a hacer las cosas con corazón y fe, no se habría logrado un monumento tan sólido. Esa mano sigue igual de intacta que en los primeros días”, detalló P.R.
Controversia y defensa del valor cultural del Monumento a la Resistencia
Tres años después, el monumento, que algunos consideran un emblema de la lucha por la justicia social y los derechos humanos, es percibido por otros como un “adefesio mal diseñado”, lo que llevó a cuestionar su relevancia en el contexto urbano actual. Algunos sectores han propuesto su demolición, argumentando ante la Procuraduría, la Contraloría y Metrocali que se trata de una instalación ilegal. No obstante, a medida que la comunidad del distrito de Agua Blanca ha defendido su significado, ha surgido un movimiento para que esta escultura sea reconocida como un bien cultural.
En el marco de la COP16, líderes de la comunidad de Puerto Resistencia entregaron un expediente preliminar al ministro Juan David Correa, solicitando la declaración del Monumento a la Resistencia como Bien de Interés Cultural Nacional (BICNAL). Este documento reunió la historia y la simbología que envuelven a la escultura, así como las voces de aquellos que participaron en su creación. Se enfatizó en que el monumento no es un simple capricho, sino el resultado de un proceso histórico que resuena con la memoria colectiva. La solicitud de reconocimiento ante el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural la entienden, por tanto, como un paso fundamental para consolidar su legado y garantizar su protección y valor dentro del patrimonio cultural del país.
El ministro Juan David Correa dejó clara su postura cuando contestó a quienes consideraron que el Monumento a la Resistencia era “feo”. “Esa es la estética de un sector de la población de la ciudad de Cali, de un proceso social y comunitario que construyó un monumento. No se trata de que todos estemos de acuerdo en si es bello o no; es que las culturas van trabajando y construyendo un destino”. Durante su intervención en el panel “Cultura para el cuidado de la diversidad de la vida, el territorio y la paz”, enfatizó en que el patrimonio cultural no puede limitarse únicamente a lo hispánico o a lo que se desarrolla en otros lugares.
La estética y el simbolismo en el contexto urbano
El Monumento a la Resistencia se ha convertido en un símbolo de diálogo sobre el papel del arte en la sociedad y en una reflexión acerca de la memoria histórica y sus desafíos contemporáneos. Al consultar al doctor en historia del arte, Elkin Rubiano, sobre la función de los monumentos en la construcción de la memoria colectiva, él afirmó que estos son representaciones físicas de los recuerdos compartidos por una comunidad. En el caso específico del Monumento a la Resistencia, el docente mencionó que no solo contribuye a preservar la memoria histórica de Colombia al rememorar conflictos y luchas sociales, sino que su diseño y ubicación invitan a la reflexión sobre el estallido social de 2021.
“La significación de su diseño y ubicación radica en que marcan un hito urbano, reconfiguran determinados lugares a partir de dicho estallido. Por ejemplo, el antiguo Puerto Rellena ha sido renombrado como Puerto Resistencia, lo que implica una resignificación que carga a estos lugares con nuevas valoraciones. Así, este monumento se convierte en un símbolo tanto histórico como urbanístico”, expresó.
Rubiano también mencionó que las personas que se toman fotografías en el monumento reflejan su creciente integración en la memoria de la ciudad. “Estos pequeños actos son significativos, pues evidencian que la obra ya forma parte de la identidad colectiva de la comunidad y subrayan su importancia cultural y social, lo que la convierte en un espacio activo en la vida urbana”.
Ante la valoración de que el Monumento a la Resistencia era un “esperpento”, Rubiano resaltó la importancia de cuestionar desde qué perspectiva se emitían estos juicios, así como quiénes eran los críticos y bajo qué circunstancias realizaban estas afirmaciones. El doctor en historia del arte también mencionó un caso relevante: Auschwitz. Allí, la representación de actos de barbarie extrema llevó a una reconfiguración estética hacia lo sublime, es decir, hacia lo que resultaba irrepresentable. Debido a la magnitud del sufrimiento experimentado, las representaciones que intentaban replicar esos eventos de manera literal eran insuficientes. Esto condujo a la creación de monumentos abstractos que evocaban la tragedia sin tratar de replicarla de manera exacta. Para Rubiano, esta elección estética es, en sí misma, una declaración significativa.
Según Byron P.R., su comunidad se muestra abierta al diálogo. Afirmó que son un grupo de personas unidas y que este monumento, en lugar de ser una razón para las divisiones, ha funcionado como un integrador social. “Los invitamos a darse cuenta de que también tenemos mucho que ofrecerles”, concluyó.