El despertar más triste en la vida de César Luis Menotti (Como de cuento)

Mientras hablaba de tantas cosas, siempre con un cigarrillo prendido en la boca, recordaba una tarde cuando empezaba a jugar en la primera de Rosario Central, al lado de su ídolo de siempre, El Gitano Juárez, y la recordó con gesto de admiración y con ese tono entre profundo y grave con el que solía decir las cosas que lo tocaban.

Fernando Araújo Vélez
14 de enero de 2020 - 11:33 p. m.
César Luis Menotti durante la Copa del Mundo de Argentina, 1978. El cigarrillo infinito, la mirada penetrante, la convicción a la orden del día.  / Cortesía
César Luis Menotti durante la Copa del Mundo de Argentina, 1978. El cigarrillo infinito, la mirada penetrante, la convicción a la orden del día. / Cortesía

Habló de la amistad en una cancha de fútbol. De la solidaridad con una pelota de por medio y el triunfo o la derrota a la vuelta de la esquina. Entonces decía que aquella tarde El Gitano le había entregado una pelota en la mitad de la cancha y que él, César Luis Menotti, se la había devuelto de primera. Tic-tac, como un reloj. De primera, también, el Gitano se la volvió a dar, larga y profunda, pero él no fue. No había entendido y tampoco le había dado la gana de ir. Se quedó con las manos en jarra, con cara de reproche,...

Por Fernando Araújo Vélez

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