Participantes e instructores del taller sobre la construcción de ocarinas, que se realizó en Santa Marta.
Foto: Archivo Particular
Las hojas se balancean con el viento; izquierda, derecha. En el centro, una construcción blanca. Letras blancas, fondo amarillo: “Quinta de San Pedro Alejandrino”.
Adentro, las hojas siguen moviéndose. Hay troncos gruesos, otros no tanto. Sus raíces son invisibles; están atrapadas entre hojas verdes. Allí, hasta los árboles tienen historia: los de tamarindo han sobrevivido por 250 años, y los de samán, unos 450.
Por Danelys Vega Cardozo
Comunicadora social y periodista de la Universidad de La Sabana con énfasis en periodismo internacional y comunicación política, y un diplomado en comunicación y periodismo de moda. Perteneció al semillero de investigación Acción social y Comunidades, bajo el proyecto Educaré.danelys_vegadvega@elespectador.com
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