El día en que los cuerpos desnudos se convierten lienzos regresa a Nueva York
Resguardadas bajo unas improvisadas carpas para protegerse del agobiante calor, unas 45 personas cedieron sus cuerpos desnudos a 35 artistas en la neoyorquina plaza de Union Square para expresar la aceptación de lo que somos y la alegría de vivir.
Jóvenes, ancianos, mujeres, hombres, negros, blancos, latinos, gordos, delgados... los lienzos desnudos fueron tomando forma y sobre todo llenándose de vívidos colores ante la atenta mirada de cientos de personas que se arremolinaban junto a la valla que protegía el evento, tomando fotos y haciendo videos con todo tipo de cámaras y de teléfonos.
“Me encanta pintar a la gente para que se sienta bien empoderada”, cuenta Dorothy Rojas, de origen ecuatoriano y chileno, mientras da los últimos retoques a la modelo con la que trabaja.
Le sugerimos leer: Cuerpos desnudos pintados para celebrar el arte y aceptarse
Dorothy, que también se ha pintado a sí misma medio cuerpo desnudo, asegura que eligió esos colores y ese diseño para que la chica sobre la que traza sus pinceladas se sienta “linda como es ella” y refleje su energía.
“Estoy aquí, primero, porque esto es algo que siempre he tenido en mi lista de cosas que quería hacer; segundo, porque amo mi cuerpo, mis curvas, todo y, tercero, porque es arte, porque es hermoso”, explica Rachel Medard, una enfermera que ha cedido su piel como una hoja en blanco y que asegura que es la primera vez que participa y que se siente libre.
Entre los artistas y los cuerpos pintados hay mesas, cajas, pinceles y pinturas, cientos de pinturas para decorar a los modelos, y entre los que hay que moverse con cuidado para no tropezar.
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Lisa I. también es la primera vez que se desprende de toda su ropa para que los pinceles la vistan de colores y confiesa que para ella todo es una cuestión de “respeto” y que hoy, pintada así, se siente como una “superhéroe”.
Unos modelos charlan con sus pintores, hablan con otros lienzos humanos o bailan al son de la música que acompaña el evento, mientras que algunos simplemente se dejan acariciar por la brocha de los artistas.
Darrell es mecánico y su esposa enfermera, los dos se han desplazado desde el estado de Dakota del Norte solo para participar en este evento, en el que hoy se estrenan.
“Pensamos que sería divertido y genial sentirnos libres para expresarnos nosotros mismos y estar rodeados de gente tan distinta en un evento de arte diferente”, asegura Darrell.
El evento, organizado por la organización Human Connection Arts, tiene la entrada restringida y muchas personas se acercan a la mesa de recepción para preguntar sobre lo que está ocurriendo o pedir información para poder participar el próximo año.
Antes de concluir la novena edición de los cuerpos desnudos pintados de Nueva York, este año los participantes, por primera vez, se unieron en lo que llamaron un “círculo de esperanza” para compartir la energía.
“Quería ser parte de esta gente con energía positiva, que se junta y difunde un mensaje de esperanza”, asegura la alemana Daniela, en cuyo cuerpo, además de vivos verdes y amarillos, se pueden leer varios mensajes como “recordaré el día de hoy” o “anoche tuve un sueño, un sueño de esperanza”.
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“Me encanta pintar a la gente para que se sienta bien empoderada”, cuenta Dorothy Rojas, de origen ecuatoriano y chileno, mientras da los últimos retoques a la modelo con la que trabaja.
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Dorothy, que también se ha pintado a sí misma medio cuerpo desnudo, asegura que eligió esos colores y ese diseño para que la chica sobre la que traza sus pinceladas se sienta “linda como es ella” y refleje su energía.
“Estoy aquí, primero, porque esto es algo que siempre he tenido en mi lista de cosas que quería hacer; segundo, porque amo mi cuerpo, mis curvas, todo y, tercero, porque es arte, porque es hermoso”, explica Rachel Medard, una enfermera que ha cedido su piel como una hoja en blanco y que asegura que es la primera vez que participa y que se siente libre.
Entre los artistas y los cuerpos pintados hay mesas, cajas, pinceles y pinturas, cientos de pinturas para decorar a los modelos, y entre los que hay que moverse con cuidado para no tropezar.
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Unos modelos charlan con sus pintores, hablan con otros lienzos humanos o bailan al son de la música que acompaña el evento, mientras que algunos simplemente se dejan acariciar por la brocha de los artistas.
Darrell es mecánico y su esposa enfermera, los dos se han desplazado desde el estado de Dakota del Norte solo para participar en este evento, en el que hoy se estrenan.
“Pensamos que sería divertido y genial sentirnos libres para expresarnos nosotros mismos y estar rodeados de gente tan distinta en un evento de arte diferente”, asegura Darrell.
El evento, organizado por la organización Human Connection Arts, tiene la entrada restringida y muchas personas se acercan a la mesa de recepción para preguntar sobre lo que está ocurriendo o pedir información para poder participar el próximo año.
Antes de concluir la novena edición de los cuerpos desnudos pintados de Nueva York, este año los participantes, por primera vez, se unieron en lo que llamaron un “círculo de esperanza” para compartir la energía.
“Quería ser parte de esta gente con energía positiva, que se junta y difunde un mensaje de esperanza”, asegura la alemana Daniela, en cuyo cuerpo, además de vivos verdes y amarillos, se pueden leer varios mensajes como “recordaré el día de hoy” o “anoche tuve un sueño, un sueño de esperanza”.
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