“El dinero despierta envidia. La envidia refuerza el ego. Los egos causan violencia”
El empresario, Gunter Pauli, quien es jurado del premio Zayed a la Sostenibilidad, el cual es entregado por el gobierno de los Emiratos Árabes Unidos a las iniciativas que impulsan el desarrollo sostenible, habló sobre su labor y las motivaciones que lo han llevado a estar en el lugar que ocupa hoy.
Samuel Sosa Velandia
¿Qué es la sostenibilidad?
La sostenibilidad es una forma de vivir, de estar feliz y en armonía con tu familia y con la naturaleza.
¿Cuáles son sus motivaciones para abogar por la sostenibilidad?
Cuando me refiero a la sostenibilidad, hablo de la economía azul, que es lo contrario a la economía verde, la que me produce frustración, porque es donde todo lo que respecta al bienestar propio y del ambiente es costoso y se convierte en un privilegio de los ricos. Por eso decidí que la sostenibilidad tiene que ser un nuevo modelo de negocio, donde tenemos lo bueno como lo barato y lo malo como caro.
Le sugerimos: “Siempre pienso primero en la cultura”: Luis Guillermo Quintero.
¿Qué es la economía azul? ¿Cómo surgió este concepto?
Como emprendedor estuve conociendo muchas tecnologías inspiradas por la naturaleza, y no entendía cómo era posible que nuestra economía estuviera basada en la manipulación genética o en los agrotóxicos, cuando la naturaleza podía ser la base de los métodos de producción y, sin problema, respondería a las necesidades inmediatas de todos. La economía azul buscaba el respeto por el medio ambiente y el bien social.
¿Por qué ese nombre?
Porque el cielo es azul, el mar también lo es, y entre cielo y mar estamos nosotros.
El concepto de sostenibilidad lo hemos atribuido muchas veces a algo económico. Sin embargo, usted lo relaciona con la cultura. ¿Cuál es el papel de esta en el desarrollo sostenible?
En la vida no todo tiene que ser plata. El dinero despierta envidia. La envidia refuerza el ego. Los egos causan violencia. Nosotros necesitamos cultura y tradición. La economía debe tener en cuenta lo cultural, porque eso permitirá que se pueda ajustar, adaptar y disfrutar de lo local.
¿Y cómo lidiar con el ego en el mundo empresarial?
El ego lo promueve la misma persona. No hay nada de malo si está hecho con humildad y gratitud, el problema es cuando se torna agresivo e imponente. Y un empresario que recibe licencia de operar en un país tiene que ser una persona agradecida y humilde.
¿Pero cómo transformar esa concepción empresarial que, en algunos casos, ignora la responsabilidad social?
Existe el emprendedor que se imagina que algún día va a ser billonario, pero también está el que piensa en que su comunidad tenga felicidad y desarrollo social y económico. Es un asunto de prioridades, y si tu pilar es el bien común, tendrás la lealtad del consumidor. Hoy hay una generación de jóvenes que están muy comprometidos con ser emprendedores y tienen un propósito. Ese es un buen indicio de que las cosas pueden cambiar.
¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
Que soy libre, que cuando encuentro una pasión puedo seguirla, que tengo la libertad de pensar, de opinar y de transformar ideas en realidades.
¿Ese gusto por la libertad también se traduce en no tener a un jefe y no tener que rendirle cuentas a alguien más?
Tenemos que rendirles cuentas a todos los clientes. No quiere decir que porque no haya un jefe tengamos la libertad absoluta. Incluso el consumidor es más exigente que un director, y eso obliga a que tengamos que ser más responsables.
Le recomendamos: “El éxito es un momento”: Camilo Jiménez Varón.
¿Quisiera saber si con todos sus logros ha perdido la capacidad de emocionarse?
Me considero un emprendedor patológico, porque siempre que veo una oportunidad me entusiasmo, y creo que un empresario no puede ser únicamente calculador, estratégico y político, tiene que trabajar desde la pasión y la perseverancia. Por tanto, siempre que hay un negocio que se cree imposible, me gusta tomarlo y me emociono por sacarlo adelante, así sufra en el proceso.
¿Cómo le gustaría ser recordado?
A mí me pueden olvidar, pero a las fábulas que he escrito no, por eso las hago, para inspirar a los jóvenes a que salgan de sus redes sociales, que no escuchen solo problemas, guerras y matanzas. De ahí también mi trabajo con la Fundación Zayed, que busca contribuir y tomar la iniciativa para cambiar la vida de los niños.
Hablemos de la importancia de la escritura en su carrera…
Cuando tengo demasiado por hacer, me pongo a escribir. La escritura es iniciar un diálogo con uno mismo, porque es un acto muy solitario. Pero luego, cuando lo publicas, empiezas a conversar con la gente que te lee. Gracias a escribir puedo hablar, ser escuchado y escuchar.
Le puede interesar: “Que el cacao sea el pretexto para armonizar la vida de la familia y el territorio”.
Si usted desea participar en la convocatoria del Premio Zayed a la Sostenibilidad, las inscripciones se aceptarán hasta el 23 de junio de 2024 a través del portal en línea del galardón. Son seis categorías que se premian: Salud, Alimentos, Energía, Agua, Acción Climática y Escuelas Secundarias Globales.
Si le interesan los temas culturales y quiere opinar sobre nuestro contenido y recibir más información, escríbanos al correo de la editora Laura Camila Arévalo Domínguez (larevalo@elespectador.com) o al de Andrés Osorio (aosorio@elespectador.com).
¿Qué es la sostenibilidad?
La sostenibilidad es una forma de vivir, de estar feliz y en armonía con tu familia y con la naturaleza.
¿Cuáles son sus motivaciones para abogar por la sostenibilidad?
Cuando me refiero a la sostenibilidad, hablo de la economía azul, que es lo contrario a la economía verde, la que me produce frustración, porque es donde todo lo que respecta al bienestar propio y del ambiente es costoso y se convierte en un privilegio de los ricos. Por eso decidí que la sostenibilidad tiene que ser un nuevo modelo de negocio, donde tenemos lo bueno como lo barato y lo malo como caro.
Le sugerimos: “Siempre pienso primero en la cultura”: Luis Guillermo Quintero.
¿Qué es la economía azul? ¿Cómo surgió este concepto?
Como emprendedor estuve conociendo muchas tecnologías inspiradas por la naturaleza, y no entendía cómo era posible que nuestra economía estuviera basada en la manipulación genética o en los agrotóxicos, cuando la naturaleza podía ser la base de los métodos de producción y, sin problema, respondería a las necesidades inmediatas de todos. La economía azul buscaba el respeto por el medio ambiente y el bien social.
¿Por qué ese nombre?
Porque el cielo es azul, el mar también lo es, y entre cielo y mar estamos nosotros.
El concepto de sostenibilidad lo hemos atribuido muchas veces a algo económico. Sin embargo, usted lo relaciona con la cultura. ¿Cuál es el papel de esta en el desarrollo sostenible?
En la vida no todo tiene que ser plata. El dinero despierta envidia. La envidia refuerza el ego. Los egos causan violencia. Nosotros necesitamos cultura y tradición. La economía debe tener en cuenta lo cultural, porque eso permitirá que se pueda ajustar, adaptar y disfrutar de lo local.
¿Y cómo lidiar con el ego en el mundo empresarial?
El ego lo promueve la misma persona. No hay nada de malo si está hecho con humildad y gratitud, el problema es cuando se torna agresivo e imponente. Y un empresario que recibe licencia de operar en un país tiene que ser una persona agradecida y humilde.
¿Pero cómo transformar esa concepción empresarial que, en algunos casos, ignora la responsabilidad social?
Existe el emprendedor que se imagina que algún día va a ser billonario, pero también está el que piensa en que su comunidad tenga felicidad y desarrollo social y económico. Es un asunto de prioridades, y si tu pilar es el bien común, tendrás la lealtad del consumidor. Hoy hay una generación de jóvenes que están muy comprometidos con ser emprendedores y tienen un propósito. Ese es un buen indicio de que las cosas pueden cambiar.
¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
Que soy libre, que cuando encuentro una pasión puedo seguirla, que tengo la libertad de pensar, de opinar y de transformar ideas en realidades.
¿Ese gusto por la libertad también se traduce en no tener a un jefe y no tener que rendirle cuentas a alguien más?
Tenemos que rendirles cuentas a todos los clientes. No quiere decir que porque no haya un jefe tengamos la libertad absoluta. Incluso el consumidor es más exigente que un director, y eso obliga a que tengamos que ser más responsables.
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¿Quisiera saber si con todos sus logros ha perdido la capacidad de emocionarse?
Me considero un emprendedor patológico, porque siempre que veo una oportunidad me entusiasmo, y creo que un empresario no puede ser únicamente calculador, estratégico y político, tiene que trabajar desde la pasión y la perseverancia. Por tanto, siempre que hay un negocio que se cree imposible, me gusta tomarlo y me emociono por sacarlo adelante, así sufra en el proceso.
¿Cómo le gustaría ser recordado?
A mí me pueden olvidar, pero a las fábulas que he escrito no, por eso las hago, para inspirar a los jóvenes a que salgan de sus redes sociales, que no escuchen solo problemas, guerras y matanzas. De ahí también mi trabajo con la Fundación Zayed, que busca contribuir y tomar la iniciativa para cambiar la vida de los niños.
Hablemos de la importancia de la escritura en su carrera…
Cuando tengo demasiado por hacer, me pongo a escribir. La escritura es iniciar un diálogo con uno mismo, porque es un acto muy solitario. Pero luego, cuando lo publicas, empiezas a conversar con la gente que te lee. Gracias a escribir puedo hablar, ser escuchado y escuchar.
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Si usted desea participar en la convocatoria del Premio Zayed a la Sostenibilidad, las inscripciones se aceptarán hasta el 23 de junio de 2024 a través del portal en línea del galardón. Son seis categorías que se premian: Salud, Alimentos, Energía, Agua, Acción Climática y Escuelas Secundarias Globales.
Si le interesan los temas culturales y quiere opinar sobre nuestro contenido y recibir más información, escríbanos al correo de la editora Laura Camila Arévalo Domínguez (larevalo@elespectador.com) o al de Andrés Osorio (aosorio@elespectador.com).