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Anoche, el Centro Nacional de las Artes fue cubierto en su entrada por una pequeña alfombra roja. Adentro del recinto, dos mujeres se encargaban de registrar a quienes iban llegando. Era una noche especial. Una que fue medida por el tiempo en forma de reloj de arena. “Reloj de 4 minutos, el tiempo justo en el que deberías bañarte”, anunciaba una etiqueta que sostenía un frasco transparente con arena azul, que parecía escarcha. A cada uno de los asistentes se les entregó el reloj. Aquella fue la bienvenida “a una expedición inédita a los mares de Colombia con National Geographic”.
El mar estaba lejos, pero parecía cercano en el tercer piso del recinto. Imágenes de los océanos colombianos y especies marinas fueron esparcidas en aquel nivel. Las fotografías eran tan solo una pequeña muestra de la riqueza que se esconde en el país bajo sus mares y que una película quería visibilizar: el documental “Colombia azul”, una iniciativa que surgió durante el gobierno de Iván Duque y que fue posible gracias a National Geographic Society y su proyecto de conservación marina, Pristine Seas.
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Pasada las 7:00 p.m., luego del discurso de cuatro personalidades, entre ellas Alex Muñoz, director senior para América Latina de National Geographic Pristine Seas, e Iván Duque, expresidente de Colombia, los espectadores se sumergieron en las aguas abiertas del Pacífico, el golfo de Tribugá, y los atolones Bajo Nuevo y Serranilla en el Caribe Occidental. Ellos recorrieron, a través de una pantalla y durante aproximadamente 50 minutos, la travesía marítima que emprendieron por siete semanas 17 científicos y expedicionarios.
“Colombia azul” fue el resultado de su exploración, que a la vez era un motivo de júbilo. Con el largometraje se buscaba, entre otras cosas, celebrar la protección de más del 30% del mar colombiano, un compromiso adquirido durante el anterior gobierno y que pone en el mapa a nuestro país como líder en esta iniciativa, pues atendió ocho años antes el llamado de la comunidad internacional fijado para 2030.
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La expedición, que se realizó en el buque Argo, arrojó nuevos hallazgos, como 12 nuevas especies de tiburones en el archipiélago de San Andrés y Providencia. Poblaciones de estos peces también fueron encontradas en los montes marinos del Pacífico, así como hábitat de corales y meros de “gran tamaño”. Y en el golfo de Tribugá, como dijo Juan Mayorga, buzo y científico de National Geographic Pristine Seas, “unos bosques de corales blandos de cientos de años, y arrecifes rocosos con abundantes peces en estado juvenil”.
Los descubrimientos son un llamado a la protección de los océanos y a su vida marina, un trabajo que vienen adelantando varios científicos, la sociedad civil, las comunidades, las autoridades locales y regionales, y el gobierno nacional. Como dice Mayorga: “Aún queda mucho por hacer, pero pienso que es importante que celebremos nuestros logros. Que elevemos el país, la belleza de sus mares, y el compromiso de nuestra gente por conservarlo”.
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