El enigmático Jan Fabre
Este viernes cumple el MAMM un mes de apertura. Para celebrar, inauguran la primera exhibición individual en Colombia del polémico artista belga.
Liliana López Sorzano
Umbraculum para Medellín, Colombia, un lugar en la sombra para pensar y escribir, de Jan Fabre, es el nombre de la muestra que se presenta a partir de este viernes en el recién inaugurado Museo de Arte Moderno de Medellín.
Esta exhibición tiene la intención de introducir al público al universo de Jan Fabre, pues las obras escogidas recorren su trayectoria artística. En esta ocasión, 21 trabajos realizados entre 1977 y 2007 harán parte de una exposición itinerante por Latinoamérica.
Aparentemente no hay rincón ni material que este artista belga no se haya atrevido a explorar. El dibujo, la pintura, las instalaciones, la fotografía, la escultura, el video y las artes escénicas (se presentó en el 2004 en el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá) han sido vehículos para crear un mundo paralelo que actúa como conciencia, como revelación, como actor contestatario de la sociedad y como un gran inquisidor de los grandes temas filosóficos de nuestros tiempos. El resultado es un universo fascinante que limita entre el horror y la belleza, como el que se crea en un proceso de metamorfosis. En efecto, este es uno de los temas recurrentes, el ciclo de vida-muerte, la transformación que éste implica, como también los opuestos de la realidad y el sueño, el tiempo y el infinito, el caos y el orden. Su obra, más allá de querer provocar, responde a motivaciones conceptuales y a preguntas existenciales.
Su prolífica y extensa obra ha aterrizado en los más importantes escenarios del arte. Ha participado en tres ocasiones en la Bienal de Venecia, dos veces en la Documenta de Kassel, ha estado en la Bienal de Sao Paulo, la de Lyon, la de Valencia y la de Estambul. Además, Fabre es hasta el momento el único artista contemporáneo que ha hecho una exposición individual en el Museo del Louvre, con su obra Ángel de la metamorfosis, el año pasado.
Lo prohibido, la muerte, el sexo y la religión son conceptos que cobran vida tanto en sus primeras obras como en las más recientes.
Si hay algo que sea una constante en la obra de Fabre, eso es la provocación. “¿Cómo cuestionar a una sociedad aburrida de pensar, de preguntarse, sin chocarla?”, se pregunta el artista.
En sus inicios realizó dibujos en que experimentaba con insectos y trataba el primer momento de la metamorfosis. Los escarabajos, en especial, fueron motivo de su investigación, por su carácter místico. En el Egipto antiguo se les veneraba porque transformaban lo muerto en vida. Además, Fabre los considera grandes guerreros y como los primeros ‘computadores’ por ser de los seres más antiguos y tener una memoria histórica inscrita.
Los animales y la naturaleza son temas recurrentes en su expresión artística, donde cuestiona la relación hombre-animal, la animalidad en el ser humano y donde recuerda la génesis de la evolución. En su serie El carnaval de los perros callejeros muertos, los canes se tornan en inquietantes esculturas contextualizadas en un ambiente de carnaval. “Esta obra es una rehabilitación de los perros que han sido abandonados por sus dueños y que han muerto en la calles por la falta de cuidado humano. El artista belga simboliza mediante el banquete de Dionisio la congelada imagen de lo que sería un banquete en la muerte”, afirma Björn Geldhof, el coordinador artístico de la muestra.
En otros dibujos ha utilizado fluidos de su cuerpo (sangre, semen y lágrimas) para plasmarlos en el papel y explorarlos como material creativo, dejando en el arte una extensión de sí mismo.
En sus obras más recientes, aparece la imagen del cerebro en esculturas y dibujos como un terreno exploratorio. La fascinación por este órgano que no tiene presencia visual física nace de esa ambivalencia como transmisor entre cuerpo y mente. En algunas de sus figuras, el cerebro es domado como si se tratase de un caballo halado por las riendas.
Esta es una muestra cargada de exentricidades y mensajes polémicos, tal como el artista, quien ha sido catalogado como uno de los más versátiles y visionarios representantes de la vanguardia flamenca y del mundo.
Museo de Arte Moderno de Medellín, sede Ciudad del Río. Carrera 44 Nº 19A-100.
Del 27 de noviembre al 30 de enero de 2010.
Umbraculum para Medellín, Colombia, un lugar en la sombra para pensar y escribir, de Jan Fabre, es el nombre de la muestra que se presenta a partir de este viernes en el recién inaugurado Museo de Arte Moderno de Medellín.
Esta exhibición tiene la intención de introducir al público al universo de Jan Fabre, pues las obras escogidas recorren su trayectoria artística. En esta ocasión, 21 trabajos realizados entre 1977 y 2007 harán parte de una exposición itinerante por Latinoamérica.
Aparentemente no hay rincón ni material que este artista belga no se haya atrevido a explorar. El dibujo, la pintura, las instalaciones, la fotografía, la escultura, el video y las artes escénicas (se presentó en el 2004 en el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá) han sido vehículos para crear un mundo paralelo que actúa como conciencia, como revelación, como actor contestatario de la sociedad y como un gran inquisidor de los grandes temas filosóficos de nuestros tiempos. El resultado es un universo fascinante que limita entre el horror y la belleza, como el que se crea en un proceso de metamorfosis. En efecto, este es uno de los temas recurrentes, el ciclo de vida-muerte, la transformación que éste implica, como también los opuestos de la realidad y el sueño, el tiempo y el infinito, el caos y el orden. Su obra, más allá de querer provocar, responde a motivaciones conceptuales y a preguntas existenciales.
Su prolífica y extensa obra ha aterrizado en los más importantes escenarios del arte. Ha participado en tres ocasiones en la Bienal de Venecia, dos veces en la Documenta de Kassel, ha estado en la Bienal de Sao Paulo, la de Lyon, la de Valencia y la de Estambul. Además, Fabre es hasta el momento el único artista contemporáneo que ha hecho una exposición individual en el Museo del Louvre, con su obra Ángel de la metamorfosis, el año pasado.
Lo prohibido, la muerte, el sexo y la religión son conceptos que cobran vida tanto en sus primeras obras como en las más recientes.
Si hay algo que sea una constante en la obra de Fabre, eso es la provocación. “¿Cómo cuestionar a una sociedad aburrida de pensar, de preguntarse, sin chocarla?”, se pregunta el artista.
En sus inicios realizó dibujos en que experimentaba con insectos y trataba el primer momento de la metamorfosis. Los escarabajos, en especial, fueron motivo de su investigación, por su carácter místico. En el Egipto antiguo se les veneraba porque transformaban lo muerto en vida. Además, Fabre los considera grandes guerreros y como los primeros ‘computadores’ por ser de los seres más antiguos y tener una memoria histórica inscrita.
Los animales y la naturaleza son temas recurrentes en su expresión artística, donde cuestiona la relación hombre-animal, la animalidad en el ser humano y donde recuerda la génesis de la evolución. En su serie El carnaval de los perros callejeros muertos, los canes se tornan en inquietantes esculturas contextualizadas en un ambiente de carnaval. “Esta obra es una rehabilitación de los perros que han sido abandonados por sus dueños y que han muerto en la calles por la falta de cuidado humano. El artista belga simboliza mediante el banquete de Dionisio la congelada imagen de lo que sería un banquete en la muerte”, afirma Björn Geldhof, el coordinador artístico de la muestra.
En otros dibujos ha utilizado fluidos de su cuerpo (sangre, semen y lágrimas) para plasmarlos en el papel y explorarlos como material creativo, dejando en el arte una extensión de sí mismo.
En sus obras más recientes, aparece la imagen del cerebro en esculturas y dibujos como un terreno exploratorio. La fascinación por este órgano que no tiene presencia visual física nace de esa ambivalencia como transmisor entre cuerpo y mente. En algunas de sus figuras, el cerebro es domado como si se tratase de un caballo halado por las riendas.
Esta es una muestra cargada de exentricidades y mensajes polémicos, tal como el artista, quien ha sido catalogado como uno de los más versátiles y visionarios representantes de la vanguardia flamenca y del mundo.
Museo de Arte Moderno de Medellín, sede Ciudad del Río. Carrera 44 Nº 19A-100.
Del 27 de noviembre al 30 de enero de 2010.