EL Espectador le explica la oferta de esta FILBo 2023
Porque como dijo Chimamanda Ngozi Adichie, “las historias cambian la forma de ver el mundo”, aquí va una con un vistazo a la feria de las letras en Bogotá.
Edwin Bohórquez Aya
Es miércoles, día de El Espectador le explica. ¿Por qué en medio de tantos asuntos que estamos viviendo en Colombia, como la crisis política que desencadenó el trámite de la reforma a la salud y que ya nos tiene hablando de revuelo ministerial por el cambio de 8 de estos titulares de carteras como la de Hacienda y Agricultura, o la profunda crítica por las declaraciones de Otty Patiño sobre los niños y el reclutamiento forzado por cuenta del ELN, o la denuncia sobre el papel del Tren de Aragua en la trata de personas en América Latina, dedicamos este boletín de noticias a la Feria Internacional del Libro 2023? Porque en El Espectador también tenemos un espacio importante para la cultura y, en el marco de la conmemoración de los 35 años de este emblemático encuentro, queremos no solo contar sobre lo que allá está sucediendo, sino cómo en la letras, la literatura y los espacios que allí vivimos, podemos hallar un bálsamo ante tantas noticias negativas, escudriñar en un compilado de información para llenarnos de argumentos y recordar que desde los libros podemos abrir fronteras para conocer otras realidades. Ya lo dijo la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, invitada especial el día de la inauguración: “Las historias cambian la forma de ver el mundo”. Comencemos.
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Es miércoles, día de El Espectador le explica. ¿Por qué en medio de tantos asuntos que estamos viviendo en Colombia, como la crisis política que desencadenó el trámite de la reforma a la salud y que ya nos tiene hablando de revuelo ministerial por el cambio de 8 de estos titulares de carteras como la de Hacienda y Agricultura, o la profunda crítica por las declaraciones de Otty Patiño sobre los niños y el reclutamiento forzado por cuenta del ELN, o la denuncia sobre el papel del Tren de Aragua en la trata de personas en América Latina, dedicamos este boletín de noticias a la Feria Internacional del Libro 2023? Porque en El Espectador también tenemos un espacio importante para la cultura y, en el marco de la conmemoración de los 35 años de este emblemático encuentro, queremos no solo contar sobre lo que allá está sucediendo, sino cómo en la letras, la literatura y los espacios que allí vivimos, podemos hallar un bálsamo ante tantas noticias negativas, escudriñar en un compilado de información para llenarnos de argumentos y recordar que desde los libros podemos abrir fronteras para conocer otras realidades. Ya lo dijo la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, invitada especial el día de la inauguración: “Las historias cambian la forma de ver el mundo”. Comencemos.
Varios datos para contextualizar: más de 500 expositores de 25 países, 13 jornadas profesionales, México como país invitado, 70 editoriales nacionales, 90 autores, 110 artistas y 150 eventos dentro y fuera de sus pabellones. Tan solo de allí, de México, arribaron 30.000 títulos con nombres como Juan Villoro, Guillermo Arriaga, Lydia Cacho o Juan Volpi. Desde el día 1, en medio de la profunda revolución digital que vivimos, los mismos protagonistas dejaron saber sus opiniones, como Paco Ignacio Taibo, presidente del Fondo de Cultura Económica, cuando hizo una petición en voz de muchos: bajar el precio de los libros. Un debate largo y difícil en dos sentidos porque los costos de la industria no son bajos y competir contra plataformas digitales exige calidad, que no es barata. Así que no se está tocando un reto menor.
¿Qué hay en la oferta de este año? Están, por ejemplo, los cuentos y las ilustraciones, ese matrimonio que a tantos nos alegra y regocija. Susana Illera Martínez, escritora e ilustradora creadora de la colección “Lala, una lagartija diferente”, que ha sido ganadora de premios como el Latino Book Awards, está presente en la feria hablando de cómo se van mezclando el color de las imágenes con el poder de las letras. Ya lo decía Sandra Ladrón de Guevara Güete, “escribir y pintar, ejercicios de lo gráfico y de la lectura, han tenido esa relación de hermanos entre la confluencia, la soledad y el diálogo. Desde las iluminaciones en los libros medievales, pasando por Paul Gustave Doré, quien se podría decir que fue un precursor en la ilustración de libros, las imágenes han acompañado a la escritura desde hace mucho tiempo”, sin olvidar que “los libros ilustrados nunca han sido solo para niñas y niños. A cualquier edad seguimos leyendo imágenes como seguimos contando historias”.
Rafael Baena y su obra periodística y literaria
¿Por qué dicen que es una feria dedicada a los orígenes? Por varias razones, una de ellas, por el invitado de honor. “Bajo el lema ‘Raíces y encuentros: por un futuro de paz para nuestra América’, los organizadores conmemoran cuatro eventos clave en la historia mexicana: los doscientos años de la firma del Tratado de Unión, Liga y Confederación Perpetua entre México y Colombia; los cien años del muralismo mexicano, los noventa años de la fundación del Fondo de Cultura Económica y los cien años de la muerte de Pancho Villa”, contaban los colegas de la redacción de El Magazín Cultural de El Espectador.
Pero, antes de seguir, vayamos a algunos de los contenidos que hemos desarrollado sobre la Filbo. Por ejemplo, “a la visita de las autoras venezolanas Ariana Godoy y Darlis Stefany se suma la presencia de tres colombianas que contagian a miles de jóvenes lectoras de todo el mundo con sus historias”, decía Esteban Parra; uno de los relatos del libro “Algo alrededor de tu cuello” (Literatura Random House), obra de la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie; o el detalle del texto de Andrés Osorio sobre Nancy Bravo quien junto con su hija Elsa y el ilustrador Paco Baca hicieron “Cuenta conmigo” (Caballito de Acero), “la historia de Arturo, un niño con autismo”, y allí establecen “mediante la matemática y el fútbol, una reflexión sobre esta condición y nuestra relación con ella”:
Los números y la pelota de Arturo
FILBo 2023: “Algo alrededor de tu cuello”, cuento de Chimamanda Ngozi Adichie
“Cualquier historia que no esté contada completa, es una mentira”: Ngozi Adichie
Vayamos a un asunto que ha venido tomando relevancia: la cultura de la cancelación. ¿Qué es eso y por qué genera cada vez más conversaciones? Con el crecimiento de usuarios de las redes sociales y con la posibilidad de hacer denuncia pública por esa vía es que se ha venido creando la práctica de no apoyar y, al contrario, criticar a una persona u organización porque ha protagonizado hechos inaceptables por la sociedad. O para una parte de ella. Entonces se cancela. Pero, el pero de esta llamada cultura, tiene que ver con que se lanzan acusaciones muchas veces escondidas detrás de un avatar y sin prueba alguna. O, en la otra orilla, con todas las pruebas y fundamentos. Sin embargo, cancelar se ha convertido en anular, así las cosas, quien es cancelado ya no tiene voz. No hay posibilidad de conocer su postura. Estaríamos cayendo en un sesgo. Tema interesante que fue central en el conversatorio “Cultura de la cancelación: ¿justicia o venganza por mano propia?”, poniendo en el centro escritores y escritoras colombianas, y sobre el cual dejamos también varias reflexiones aquí.
Conversamos con Mario Mendoza, el escritor colombiano, que acaba de publicar “Leer es resistir”, una serie de textos en los que habla sobre los efectos de la lectura, escritura y las artes para el enriquecimiento de la vida, nos contaba Laura Camila Arévalo: “El libro fue dividido dependiendo de los ritmos de cada una de las historias: la primera parte se llama “Bordes”, la segunda “Pasadizos” y la tercera “Extramuros”, además del epílogo que contó los orígenes de “Satanás”, la novela con la que Mendoza comenzó a “respirar” después de decidir dedicarse por completo a esta profesión: “Mis comienzos fueron muy duros. Tuve que atravesar años y años de rechazos, críticas y desprecios””. Es una invitación en 10 textos donde Mendoza relata “cómo fue que se convirtió en un lector casi que obsesivo”, pero también logra llevarnos por un viaje de recuentos y recuerdos “sobre cómo fue que se convirtió en escritor”.
La poesía. Otro capítulo de tantas páginas y retratos que nos van acercando a la belleza de las letras. De la crudeza de la realidad. O de la belleza. Del asombro como puente hacia otras vidas que no hemos tenido el placer de conocer. Y entonces apareció la historia de la poetisa que nació el 6 de agosto de 1920 en Jericó, Antioquia, y que se ha convertido en protagonista de estudio de otras literatas: Dolly Mejía. ¿Por qué llegamos a ella? Porque Elena Chafyrtth escribió este texto en donde nos cuenta que “la filóloga y escritora colombiana Olga Echavarría lanzó en el 2015 ‘Aún llueve en Torcoroma’, publicada por Hilo de Plata Editores”. Que es una novela biográfica que “sumergirá al lector en la vida íntima de la poetisa Dolly Mejía”, y por ello, se concretó la charla con la escritora Alexandra Castrillón acerca de la obra que “revela los secretos de la poetisa colombiana”.
¿Cómo abordar el racismo desde la primera infancia?
Este es un apartado que denota el documento escrito con el que el lector y la lectora se van a encontrar: “Dolly recostó su frente contra la vidriera y cerró los ojos con fuerza para protegerlos de la fuerte luz del día. La carta abierta en las dunas de la cama se estremecía con el frío viento que se colaba por las rendijas del claustro”.
También resulta interesante adentrarse en el nuevo libro de Marco Robayo que “está protagonizado por Paula de Eguiluz, quien fue juzgada tres veces por brujería, nada menos que por la Inquisición de Cartagena de Indias”. Dice Robayo desde la amurallada que “cuando me encontré con esos acontecimientos alrededor de esta emblemática mujer, quedé muy impactado con lo que ella representó en su época. Para mí, Paula encarna de manera magistral la valentía de las mujeres en un mundo plagado de machismo e injusticia. Conocer cómo se reinventó a partir de esas acusaciones que, sin duda, fueron infundadas es demasiado fascinante”. No tan lejano a muchos de los episodios que vemos a diario, en pleno siglo XXI, en una sociedad sin duda todavía machista, muy a pesar de las luchas femeninas que van tomando cada vez fuerza.
Aquí va la novela que fue adaptada y ganadora del Oscar este 2023, además del primer capítulo del libro “Métale Punk”, un fragmento de Cosas que hacemos y que no decimos que hacemos, de Carolina Suárez Latorre; y también un primer vistazo al más reciente texto de Fernando Vallejo “La conjura contra Porky”:
“La violación es una imaginación femenina”: Ellas hablan
Fernando Vallejo y un fragmento de su novela sobre “Los Porkys”
“La literatura infantil no es solo para niños”
Vamos saltando, de tumbo en tumbo, porque cubrir toda la capa literaria que trae la Filbo es una tarea titánica en la que siempre quedamos en déficit. Llegar a toda las editoriales, las afamadas y las independientes; a todos los autores, los de premio y los que van construyendo todavía sin reconocimientos; a todas las charlas, las rimbombantes y las escondidas; no es tarea terminada. Pero, como nos pasa con muchos libros, vamos intentando agarrar con nuestra reportería, con nuestra memoria, unos cuantos pedazos de la colcha de retazos en la que se convierten nuestras vidas. Un armazón de lo que atrapamos de uno y de otra. De aquí y de allá.
Así que, para los que alguna vez hemos corrido detrás de una pelota, éste era un encuentro esperado. Para quienes no estuvieron, pues aquí aparecen los apartes. Las, digamos, mejores jugadas, las que despertaron más emoción, las que hicieron vibrar desde la tribuna. Fueron Martín Caparrós y Juan Villoro junto a Santiago Rivas los que charlaron sobre esa pasión -no la única- que cobija a América Latina y a gran parte del mundo: el fútbol. Frases como “Los mayores problemas del fútbol están en los palcos directivos”, “No hay hinchada como la del Boca” o “¿Qué existe que pueda salvar al fútbol, más allá de que volvamos a ser irracionales cuando lo vemos?”, fueron levantando césped.
Más allá de honrar la muerte de Shakespeare o de Cervantes, los 23 de abril son una celebración de las letras y la literatura también en Latinoamérica, donde el español alcanzó otras cotas de la mano de grandes escritores como Gabriel García Márquez, Gabriela Mistral o Jorge Luis Borges.
Así se celebra el Día Internacional del Libro en Latinoamérica
Sarah Gutiérrez, de la sección de Entretenimiento, lo escribía así: “Los efectos positivos que ha dejado el fútbol se reúnen en momentos. Juan Villoro recordó ver al Corinthians de Brasil con una camiseta que decía ‘democracia’ en 1980; los futbolistas de Irán, que arriesgaron su vida por protestas en el Mundial 2022; la selección femenina estadounidense, que con su lucha de equidad y género logró tener un mejor sueldo que sus contrapartes masculinas. Incluso, mencionó cómo Maradona logró que todos los que jugaran con él, jugaran mejor, solo por el hecho de estar con él. “Hay varias cosas que se pueden rescatar. La tolerancia a la frustración hace que puedas lograr hazañas””.
De Ricardo Silva, otro de los conocidos, y que viene con el lanzamiento de sus dos libros titulados “Cómo perderlo todo” y “Cómo vivir en vano”, tenemos esta conversación junto con Andrés Osorio, donde hablaron de tantas cosas pero que por aquí les adelantamos algunas: “la mercantilización de la literatura”, “la imposibilidad de nosotros los lectores de ir al ritmo de las publicaciones de los grandes sellos”, de sellos editoriales (grandes y pequeños). Decía el autor, recordando un poco el oficio de escribir desde el periodismo cultural: No puede uno leerse el libro y disfrutarlo y analizarlo y darle vuelta. Yo lo entiendo porque he estado metido desde el 98 en adelante en salas de redacción. Entonces entiendo cuál es el afán de todos los días y me parece que es virtualmente imposible ir al ritmo de las publicaciones”.
Compartimos con ustedes este bloque de videos que hemos creado desde las charlas abiertas en el stand de El Espectador:
Conversaciones sobre la obra de Juan Villoro
Periodismo y literatura, caminos cruzados
Deporte Femenino en Colombia. ¿en qué es que vamos?
La investigación a la filtración de documentos de las Fuerzas Militares y Fiscalía
“”Sin la poesía no vale la pena vivir”, dijo algún día Manuel Mejía Vallejo. Y honrado a su palabra, poemas escribió. Pero primero fueron las cartas de amor, aquellas en las que él tan solo era un secretario, un intermediario que con su puño y letra ayudaba a la comunicación entre dos campesinos enamorados, sin importar que para ese entonces tuviera “mala letra y pésima ortografía”. Tiempo después aparecieron los cuentos, esos que relataba en los velorios. Pero si no hubiera sido por un elogio a temprana edad quizá no hubiera pensado en la escritura como una opción de vida, para su vida”, escribía Danelys Vega Cardozo, periodista de El Magazín Cultural, en este texto conmemorativo con el que además invitaba al homenaje musical en Corferias.
Y, muy cerca de allí, el protagonista era Rafael Barajas Durán, conocido como Cuentagotas y El Fisgón. ¿Qué sucedió? “El caricaturista e ilustrador mexicano ofreció un taller en el que habló de su proceso creativo y su oficio, que lleva ejerciendo por más de tres décadas”, contaba Andrea Jaramillo Caro, también periodista de El Magazín cultural. “El chiste del ilustrador es que debe entender una plástica e ir desarrollando una plástica que va acorde con la narrativa que te dice el escritor. Un escritor cursi necesita un ilustrador cursi. Un escritor de terror necesita a un ilustrador que pueda recrear sus creaciones de terror”, contaba Barajas.
Contamos la historia de la historia de cuando se robaron la primera edición del libro “Cien años de soledad”. Los hechos ocurrieron el 2 de mayo de 2015, en medio de un homenaje al escritor colombiano, “cuando ladrones no identificados se llevaron la primera edición de Cien años de soledad. Este ejemplar contaba con la particularidad de contener la firma real de García Márquez”. Sucedió de todo: el dueño fue a la feria, se llevó todos los otros ejemplares que había prestados, contó cómo lo había conseguido en Argentina y hasta le dijeron que el libro ya era “de todos los colombianos”. Y, como suele suceder en Colombia, con historias de no creer, se supo que “el entonces general de la policía, Rodolfo Palomino, informó que luego de infiltrar una banda de tráfico de arte, las mismas personas que cometieron el hurto del libro dejaron el ejemplar en una cafetería de La Perseverancia”.
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No se nos puede quedar por fuera la historia y un contador de ella, de primera línea. Enrique Uribe Botero escribió este texto sobre “Pondré mi oído en la piedra hasta que hable”, el más reciente libro de William Ospina, donde, dice, “nos da cuenta de que este autor es un apasionado de la historia. De que es un gran poeta, no queda duda”. Y, en su reflexión, recuerda que “Ospina nos presenta a Humboldt como un gran observador. Para él, la naturaleza era un todo interconectado. Desde su más temprana juventud atrajo y supo rodearse de los grandes nombres de la historia de su momento. Personas como el poeta F. Schiller, el escritor J.W. von Goethe, el naturalista G.A. Forster y Simón Bolívar, fueron algunos de ellos, sin ignorar a las gentes sencillas que lo rodearon”.
Aparece en esta oferta de contenido el “Creo en la voz de las mujeres” y “nunca me ha avergonzado mi opinión” en voz de la escritora y actriz Margarita Rosa de Francisco; la primera parte del libro “García Márquez y Vargas Vila: un camino, dos historias”, autoría del periodista Jaime De la Hoz Simanca; y el aporte del escritor y editor Alfonso Carvajal, quien hizo el primer periódico de la Feria del Libro:
Margarita Rosa de Francisco, una voz que no le teme a opinar en Colombia
García Márquez y Vargas Vila: un camino, dos historias (Por capítulos)
“El periódico de la feria”, el primero en su especie en la FILBo
Julio César Londoño y los ensayos de un ateo piadoso
Cerramos este boletín de noticias, cuando todavía quedan seis días de feria, con esta propuesta de Camila Melo, poeta bogotana, retratada por Andrés Osorio viajando en el poemario “La noche dice nunca”, porque es, como la vida, de matices, no de absolutos. “La escritura básicamente es esa reivindicación con el pasado, y de alguna manera volver a visitar los recuerdos alegres, sino también las frustraciones. A través de hacer un recorrido por la escritura puede saber mucho de uno mismo y de todo lo que ocurría alrededor”. Cree Andrés que “eso es su libro”, se trata de “una exploración a los pasados más antiguos y a los más inmediatos, un recorrido por sus memorias, por las Camilas que ya fue y las que apenas están muriendo para darle paso a la que es ahora, a la que entre risas reconoce que su poesía ha mutado por la forma en que asume sus vivencias, sus emociones, por las licencias que se permite con sus impulsos y pulsiones”.
Este, como nos pasa cuando dejamos muchos libros por terminar, pero con la angustia de saber que lo que nos falta es tiempo para lograrlo, es solo un apartado de todo lo fantástico que hay en esta feria de las letras. Los invitamos a las charlas diarias que hacemos todos los periodistas de El Espectador en la Filbo y también les dejamos el compilado de todo lo que sobre ella hemos generado para nuestras páginas, para nuestro portal, aquí. Nos vemos en el próximo.